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Ahora más que nunca, necesitamos hacer planes que nos ilusiones. Ideas para poder viajar cuando la pandemia sea ya historia, una fea pesadilla. Paisajes que nos permitan disfrutar de la explosión del otoño o lugares en los que aislarnos de frío. Siempre con sentido común, seguiremos recurriendo a escapadas cortas que no supongan mucho esfuerzo, buscando lugares tranquilos para detenernos, respirar y dejar todo el estrés en casa.

Por esta razón, los pueblos con encanto se están convirtiendo en uno de los talismanes para los que buscan un pequeño respiro en plena pandemia. Porque Los hoteles ‘boutique’, donde cada detalle y rincón se miden con mimo, en su gran apuesta. Esta combinación es precisamente la que encontraremos en Ayllón, una joya medieval ubicada en Segovia.

Muy cercana a los pueblos rojos y negros de Segovia y a la despampanante Riaza, la villa medieval de Ayllón acumula siglos de historia: desde sus orígenes celtíberos a las poblaciones árabes que aquí habitaron –todavía perduran señuelos como la torre La Martina– sin olvidar la reconquista de Alfonso VI en el siglo XI.

torre la martina en ayllón, segovia
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El contexto es bellísimo. Estamos en plena Sierra de Ayllón, donde arranca una sucesión de cimas y cascadas que se extiende hasta Guadalajara. Tampoco sorprende comprobar que Ayllón está incluido en la lista de los pueblos más bonitos de España así que, aunque no es excesivamente grande, habrá que recorrerlo al milímetro para no pasar por alto ninguno de sus atractivos.

El mejor umbral que encontraremos en Ayllón es su arco medieval, el único que queda en pie de los tres que daban paso al recinto amurallado. Nada más cruzarlo, a mano derecha, tenemos el Palacio de los Contreras, un edificio de estilo gótico con tres blasones y un cordón franciscano que adorna la entrada principal.

palacio de contreras, ayllón
Alf

En apenas unos metros ya nos hacemos una idea del tono rústico y medieval que impera en la arquitectura de Ayllón. Algo que constataremos nada más adentrarnos en su Plaza Mayor. Rodeados de terrazas y coquetas casas porticadas, al fondo queda el encuadre más significativo de la villa.

plaza mayor de ayllón en segovia
Iñigo Fdz de Pinedo//Getty Images

A la izquierda preside la iglesia de San Miguel, un templo románico con una curiosa balconada que ejercía de mirador cuando había festejos en la plaza, hoy reconvertido en oficina de turismo y sala de exposiciones durante los meses de verano. Justo en frente encontramos el Ayuntamiento, ubicado en un palacio del siglo XVI, con una fachada también porticada a dos alturas y coronada por un reloj. De fondo asoma la torre de la iglesia de Santa María la Mayor. Al visitarla comprobaremos que frente a ella se improvisa otra pequeña plaza desde la que apreciaremos, con más detalle, el campanario de 40 metros que despunta en el cielo de Ayllón. No olvides cruzar su entrada –entre columnas y bajo la imagen de la virgen– para llegar a su precioso retablo mayor.

vista de la iglesia santa maría la mayor y la torre la martina en ayllón, segovia
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La piedra rojiza y los tonos tierra hacen de hilo conductor en Ayllón y eso hay que descubrirlo paso a paso. Solo así van apareciendo edificios en los que detenerse, como el Palacio del Obispo Vellosilllo. Hoy es sede de su Museo de Arte Contemporáneo que, aunque actualmente no se encuentra abierto al público, cuenta con una alternativa virtual que nos acerca igualmente a otros rincones de la villa.

Al alejarnos ligeramente del centro comprobamos que Ayllón se guarda más de un as en la manga. Prueba de ello son el Convento de la Purísima Concepción del siglo XVI o la iglesia de San Juan Evangelista, un discreto templo románico, casi escondido y con una preciosa capilla gótica, que dejó de ser parroquia para pasar a manos privadas años después. Actualmente alberga una colección de Art Brut en su interior.

Lo único que iguala en belleza a un paseo por las calles de Ayllón es poder apreciarlo en su conjunto y con perspectiva. Para cumplirlo abandonaremos el entramado de calles y ascenderemos hasta el cerro donde permanecen los restos de La Martina, una torre vigía rematada con almenas y un estrecho arco de tiempos árabes que revela que aquí se erigía antes una fortificación musulmana.

vista de la torre la martina en ayllón
José Luis Vega García//Getty Images

Tendremos todavía mejor perspectiva de la Plaza Mayor y del collage de tejados si avanzamos hasta la escultura del Cristo del Sagrado Corazón. Sin embargo, La Martina no es la única huella árabe que queda en Ayllón. ‘Los Paredones’, lienzos de tapial pertenecientes a las murallas que ayudaron a dibujar el antiguo trazado que esta seguía, también siguen a pie de cañón.

vista de ayllón desde la martina
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Puestos a soñar, con el día de nuestra boda por ejemplo, sería imperdonable no hacerlo en Los Claustros. Aquí resisten los restos de un antiguo monasterio franciscano conocido como el convento de San Francisco que acumulan más de 800 años de historia. Dar el “sí, quiero” bajo las ruinas y rodeados de un precioso jardín se ha convertido en uno de los escenarios más solicitados para disfrutar de este día tan especial.

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Dónde comer y dormir en Ayllón

Una reinterpretación contemporánea del estilo rústico. Así se definen en Hotel Ayllón, un alojamiento ubicado en dos antiguas viviendas de la Plaza Mayor y articulado en torno a un patio. 18 habitaciones, cada una de ellas distinta a la anterior, para evocar la sencillez, el sosiego y los guiños a la zona a través de la decoración –como los castellanos campos de trigo con amapolas que se evocan– y los materiales utilizados.

hotel ayllón
Jara Varela
hotel ayllón
Jara Varela

Su restaurante, El Patio de Ayllón, es la herramienta con la que transmiten la historia y cultura de la zona a golpe de gastronomía. Su carta recoge propuestas sencillas basadas en materia prima de temporada que nos deja platos tan apetecibles como su cordero o sus alcachofas con foie acompañados de vinos de la región. El fin de semana perfecto era esto, ¿verdad?

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Jara Varela