Treinta años sin la voz de “La Creciente”

Se cumplen tres décadas de la muerte de Rafael Orozco, una de las voces más recordadas del vallenato en Colombia.

Rafael Orozco fue uno de los más importantes cantantes del vallenato. Su trabajo popularizó el género en el país. FOTO Archivo

El Colombiano

11 de junio de 2022

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El 11 de junio de 1992 murió Rafael José Orozco Maestre, el inolvidable intérprete de El Binomio de Oro. Pasados treinta años de su desaparición, su música le mantiene vivo.

Rafael Orozco nació el 24 de marzo de 1954, en Becerril, Cesar, hijo de gente humilde y trabajadora. Se inició en 1975 en el mundo de la música, con Emilio Oviedo, conocido con el apodo de “El Comandante”, con quien grabó dos producciones, destacándose el tema “Cariñito de mi vida“, del entonces novel compositor Diomedes Díaz. Posteriormente se unió al acordeonero Israel Romero. De esa unión surgió el Binomio de Oro.

Este grupo llevó el vallenato a posicionarse en otras esferas, tanto en lo musical como en la parte administrativa de las agrupaciones.

Rafael Orozco no solo reflejó el temperamento, la conducta o el modo de ser del hombre costeño, sino que además fue su arquetipo, el modelo, el ídolo de juventudes, el prototipo de hombre y la revolución en el canto vallenato. No era el hombre maduro, de sombrero y abarcas que junto a un compañero en el acordeón transmitía una imagen bastante folclórica. Era el muchacho apuesto, simpático y arrasador. Era quien interpretaba los temas que llegaban no sólo a la “ Provincia”, sino que se esparcían por todo el país con mensajes diferentes, más universales, núcleo de romances, amores perfectos, traiciones o experiencias que llegaban a inmiscuir al público nacional.

Vale aclarar que en la cronología vallenata, el período que abarca los años setenta estaba representado por Alfredo Gutiérrez, Los Hermanos Zuleta, Jorge Oñate, entre otros. De igual manera las casas disqueras y el desarrollo de los medios de comunicación terminaron de amalgamar la idea de Israel Romero y Rafael Orozco de considerar a su agrupación una empresa. Con visión imitaron el ejemplo de grandes orquestas a nivel internacional: Los Melódicos y La Billo’s Caracas Boys. De allí tomaron ideas como la de uniformar a los músicos, realizar coreografías, introducir otros instrumentos musicales a la producción. Administrativamente hablando implementaron el manejo de nóminas e hicieron de cada integrante de su agrupación un maestro en la materia.

En otro aspecto, el de la composición, los temas musicales estaban marcados por la evolución del género, con la pluma e ingenio de compositores como Gustavo Gutiérrez , Fernando Meneses, Hernando Marín, Octavio Daza, Iván Ovalle, Efrén Calderón, Alberto Murgas, entre otros. Estos letristas marcaron una época que le permitió al Binomio dividir a la Costa Atlántica en dos bandos: Binomistas y Diomedistas.

A treinta años de la muerte de Orozco se sabe de club de fans que enaltecen su recuerdo, imitadores que buscan emular su recuerdo, grupos en redes sociales, eventos, tertulias o celebraciones en cada aniversario, libros impresos, y el homenaje hecho telenovela por la televisión colombiana.

Y a quienes recuerdan El Show de las Estrellas de Jorge Barón les debe aún emocionar la presentación de aquel muchacho que contrastaba con la imagen que acostumbraba el folclor. Pulido por el espectáculo se presentó en escenarios internacionales de la talla del Madison Square Garden de Nueva York y la Calle 8 de Miami. Además, recorrió Venezuela y alteró el estricto reglamento del Congo de Oro del Carnaval de Barranquilla porque “ Curramba” no dejaba de corear “Que será de mí”.