I
Carlos de Ayala Martínez
Con todo,Ia SedeApostólica era ya muy consciente a estas alturas
que el control pontiñcio sobre la cruzada pasaba necesariamente porl¿
iniciativa y gestión de los reyes peninsulares. No siempre el pontificadq
había sido tan escrupuloso. Ochenta años antes un papa con mucho
carácter, Gregorio MI, habÍa contemplado la posibilidad de intervenlr contra los musulmanes en España sin contar con sus responsables
políticos77. Es verdad que eran otras circunstancias y otros momentos.
Ahora, Roma era especialmente cuidadosa en este punto. De hecho,
muy poco más adelante, en 1159, era el propio papaAdriano IV quien
reconocía que no era ¡éalista una expedición contra los musulmanes
en la Península que no contara con el acuerdo de sus monarcasTs.
De este modo el pontificado, que no deseaba perder el monopolio en la gestación y gestión de las iniciativas cruzadas, mostraba
su respeto hacia las específicas estrategias de los reyes peninsulares.
Era un primer reconocimiento de la hispanización de la cruzada que,
recelos pontiñcios aparte, no iba a tardar mucho en materializa¡se.
Fueron precisamente los sucesores inmediatos de Alfonso MI
quienes, en la segunda mitad del siglo XII, apuntarÍan claramente
en esta di¡ección. La reconquista, ya convertida definitivamente en
cruzada, era ahora más que nunca instrumento de acción política
al servicio de unos reyes que aspiraban al más efectivo y sistemático control de sus reinos. La c¡uzada, hispanizada, e¡a el sac¡alizado
expediente en manos de monarcas fortalecidos que buscaban en él la
justificación divina de sus liderazgos. El proceso ahora, en los últimos
decenios del siglo XII, no hacía más que comenzar, pero sin duda lo
hacÍa con paso firme. El nacimiento de las órdenes militares hispánicas era la prueba más palpable de ello.
Prendiendo el fuego de la guerra.
Operaciones militares en las
fronteras crist¡ano-almohades
entre 1209 Y 121'11
MARTÍN ALVIRA CABRER
Universidad Complutense de Madrid
Entre finales del siglo XII y principios del XIII, en un perfodo
de los
relativamente corto de tiempo (unos veinte años), las ftonteras
."irro. tri.put o. con el Caliiato Almohade experimentaron cambios
importanüs'. A raÍz de su derrota ante los almohades en la batalla de
elarcos (1S de julio de 1195), el Reino de Castilla perdió los territorios centrales d'e la Península situados entre Toledo y Sierra Morena'
f¡onteuna región que dominaba desde mediados del siglo XII' Las
del rÍo
Valle
del
allá
más
desde
ras cris-tianai ret¡ocedieron entonces
Unaversiónabreviada¿IeestetextofuePlesentadacomocomünicaciáiellFfontef.¿sengüerfa.
lÍl SíñDosío,,La conducción rte la glená' c.950-c. ]35o,' (cáceres,9.11 de Nouieñbre de 2010)'
Lii""i,iál!,
r. uilrll.liá"á
aá
r*trí*"a".".
ag.adezco
a
cartos de Ayala
ra
lectura previa de esra
versión y sus comentarios.
77
78
138
véase más arriba nota 24.
En febrero de aquel año el papa esc¡ibla a Luis vII de F¡ancia disuadiéndole de emprend€r una
campaña militar en compañÍa de Enrique II de Inglaterra para destruü el pode¡ de la "barbarie
pagana" en España, antes de que expresaran su voluntad la "Iglesi4 los príncipes y el pueblo" del
territorio afectado; en este sentido, Adriano IVrecordaba al monarca f¡ancés que recientes fracasos
en Tierra Santa podfan imputarse a esta falta de consideración hacia Ias autoridades locales
(Patrología Latin4 188, cols. 1615-1617). Cit. DE¡oURNEAUX, M. (1956) "LoüisWI et les souverains
espagnob. l:enigne du Pseudo-Alphonse", en Estudios dedícados a Menéndez Pídal, W, l¡4adr\d, en
especial pp. 651-654, y O'C^t-L^aB^N , Reconq uest and Crusade, p. 50.
Estas fronteras en los siglos
)(II_Xlll no eran unos límites territoriales estáticos' sino una zoÍa de
por corstruir
cf;stia,,os v m,,s.,lmaoes, una tierra de castillos con§truidos o
'¡. ;;;;;;;ll;;.;;
dinámico y'le en constante movilidad, tal como señala SÉNAG' P' "¿aio¡¡d¿rc
po, ,un,o, ,.,.t
e^t confusionem
'ii"ái*iii'r'* ""p*"io
i" n nrc siéctes: mot e¡ ta chose pro de¡ensionem christianorum
265-267 Enlre una
,rrior"noru ', Cahiers d? civitisa¡ion Médiévale, i2 (191i9), pp 259-272' esp
verse BLRTSI' P (2004)
.ññll<im, hihliñqráfla
sobre Us fronterás cristianomusul¡ninas, Puede
p¿nínsute lbénque: du rise a Ia siefta Morcna @n
7;';::;;."";;;Z;;¿;"*l'á u,ii.i'i"
xle'
reunidos €n
v más en general' los recienres estudios
"'¡iiLt,ili'.'p.uiiü."t
estudios sobre el conterto social
^¡ii"ii
DE LA PEÑA, M. A. (coord.), (2009) ¡l¿ ced'ores ie ftontera:
RoDRfcuEz
en tll Éspaña ñedíeval, Madrid CEU Ediciones¿te la
iiií"
frontera
Ú"i,"oli¿,
'
Marlín Alvira Cabror
Guadiana hasta el VaIIe del Tajo3. En 1197, castellanos y almohades
llegaron a una tregua de tres años que se prorrogó primero en llgg
hasta I203, luego hasta 1207 yfinalmente hasta 12104. Este perÍodo de
treguas excepcionalmente largo -trece años- hizo posible una estabilización también excepcional de las fronteras cristiano-musulmanas,
sobre todo teniendo en cuenta los grandes cambios ocur¡idos tras Ia
batalla de Alarcos. Estabilidad fronteriza no significó, sin embargo,
inactiüdad milita15.
1.
Un rey en tregua: Alfonso VIll y Ia fortaleza
de Salvatierra
El rey de Castilla Alfonso VIII mantuvo su pacto con los almohades, pero no está claro que otros cristianos, incluidos algunos súbditos suyos, se sintieran sujetos por la tregua acordada con los califas
de Marrakech. Hacia 1198, poco después de comenzar el primer cese
de hostilidades, los freires de la Orden de Calatrava, cuya sede conventual de Calatrava laVieja había caído en manos musulmanas tras
la derrota de Alarcos, tomaron en un golpe de mano la fortaleza de
Salvatierra, situada a unos 100 kilómetros de Toledo, en el extremo sur
Una descripción de la frontera castellano-alrnohade en estos años en MaRTfNEz DfAz, G. (1995)
rey de CastiÁa y Toledo, B\trqos, La Olmeda, (Corona de España. Reyes de Castilla 2t),
pp.l69-172.
Awnso WI,
CoNzfrEz, r. (1960) E¡ reino d.e CastíLh en la época de Awnso wII,3 vols., Mad¡id, CSIC, I, pp. 979G^RcfA Frrz, E l2OO5) L¿Lt Navas de lo¡osa, Barcelona, A.¡iel, pp. 134-135 y 139; t&nbién
M^¡rlñEzDl^z, Awnso wl¿ pp. 168-169.
98li y
Lot hGchos que nos interesan han sido estudiados por Hurcl MInÁñDA, A. "Estudio sobre la campaña
do Lrr Navas de Tolosa', Anales ¿lel Instítuto General y T¿cníco ¿Le Vale¡rcia, l-2 (1916), pp. 1-196,
oar, §7-106; Hurcr MTR NDA, A. (1956) ¿as¡ra¡¡des batallds d.e la Reconquista durante las inuastones
¿L[rlcanas (alñotávides, almohades, benímerines), Madrid, Instituto de Estudios Aiicano§-CSIC,
(ed. facs. Universidad de Granada, 20001, pp. 227-239i HuIcI MInaNDA, A. (1956-1957) Hi§toria
poutica del Imperío Almohade,2 vols,'fetoán, Editora Marroquí, (ed. facs. Universidad de Granada,
2OO0),11, pp. 414-422t RosADo LráMAs, M. D- y LópEz Pa\TR, M. G. (2001) La Batall!1de lat Navas de
Tolosa. Historía y mito, laén, Caia Rural, pp. 61 -86; GARCí{ Frrz, E (2002) R ekbiones poltticas y gu.naLa experiencia castellano-leonesa frente al lslam, sig¿os XI-Xü, Sevilla, Universidad de S€ülla, pp.
141-I43; G^RCíA Frrz, ¿as Navas, pp.139-744i y A¿!'Is,l CaBFxR, M. (2012) Las Navat de Tolosa 1212.
Idea, Iitltrgia y memoria de la bata*a, Madríd, Sílex, pp. 66- 71.
140
prondiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras..
üsta de Sierra Morena6. Según Francisco de Rades,
el célebre cronista de las órdenes militares que escribió en el siglo XVI,
un contingente calatravo formado por freires y vasallos de las encomiendas de Ciruelos, Zorita, Cogolludo y otras üllas -400 jinetes y 700
peones- realizaba una cabalgada en territorio manchego. A cambio
áe su libertad, uno de los musulmanes cautivos se ofreció a infbrmarles sobre la forma de capturar fácilmente eI castillo de Salvatierra,
Esta fortaleza, muy alejada del telritorio cristiano, contaba con una
guarnición escasa que, además, estaba desprevenida. En una tfpictl
ácción de "expu gración a furto", los calatravos penetraron en silencltr
por un postigo mostrado por eI cautivo musulmán, sorprendicron tl
ios defensores y conquistaron rápidamente la posición7. [,os l'«llt'ot
enseguida fortificaron Salvatierra, conürtiéndola en la nucvtt stl<lo cltl
la orden, que cambió en estos años su denominación tradl<:lt¡tt¡tl tltr
"Orden de Calatrava" por la más novedosa de "Orden de Salvntltlrrn"á,
de la Mancha y a la
(:hlllóll y
Es posible que los calatravos retuvieran desPués de 1195 los castillos de Picdrfthr,onll,
Du;ñas, est; ütirno situado ft€nte a salvatierra, en el emplazamiento que luoSo ocul)td( lá grfll¡
fortalezad€Calatrav¿taNue,GoNzÁI-Ez,J.(1975-1976)RepoblacíóndeCastíllaLqNuato'2voh,
Madrid, Universidad CompluteNe de Madrid, L Pp. 235_236; RoDRfcuEz'Prc vE M^rn,¡,^, 11. ( l llll2 )
"Monarqula castellana: A.lionso VIII y la oden A¿ Cahtrava', NuÑo GoNz^Lez' l, lcootd,), Aubnro
WII y s; época. Semínario. II Cutso ¿le A.LIturu Medievat (Aguítar de Campoo, 1990r, Agt¡l¡dr rlo
Campoo, Fundación Santa MarÍa La Real-Centto de Estüdios del Románico, pp. 361'378, d¡p ll71l;
y Ro;RfGUEz-PIcAvE MATMA, E. (1994) Las ór¿tenes mi\tarcs y la fron¡era: la col¡rlbu.ló do ktt
brdenes a ta delímitación de la jurisdícción territorial d,e C^ttitla en et s¡8lo Xr¿ M adrld, U n lv6 rild {d
Aütónoma de Madrid, p.99. i)t.os arrtores creen que Dueñas fue probablemenlo sban¿ollü(lo,
MARTfNsz Dl^Z, á¿fo¿stv[¿ p. l7l. Sobrc esta fo¡taleza, conocida tambiéo como Cds 0l de l)lo,
o castillo de la Nñve, véase b'CALLAGHAN, I. (1963) "Sobre los orfgenes de cal¡lrüvlt l0 Nnovr",
Hispania,23-92, pp. 494-504; y RoDRíct Ez-PIcAl'EA, "Monarqula', P. 372.
(:íh/,tttwt y
DE RADES YANDRADA, E (1572) Chrcnica de tas tres Or¿lenes y Cauallertas de SdnctlaYr,
Atcantara,'Íoledo, luar. de Ayala, (ed- facs. Valeücia, Librerías "Pafs-Valencia'l 994 ) r (:h¡ o h tt tl'
Calatrava, fol. 2lv. Sobre esüs golpes de mano, debe verse GaRcf^ Flrz, E ( t99{l) Qtt lkt y l 't¿l
rltt
hente al klam. ktrategias de exiansiín y Ac*cas militares kiítos )U'ru ), scülle, lrnlvñrrldrd
Sevtlla, pp.2l7-223.
1
Sobre esta fortaleza, véase CoRcHADo SoRtaNo, M. y VALENTíN CaM^zo, R. (1976) "lll c('tllkr ll0
SalvatierraI C¿sri¡¿os de España, a\ pp. g-72;Rulsal. RoDnfGUEz, A. (199I) "Castlllo d{ S¡lvlllÚlrA'l
Ahdernos de Estudios Manch8os, i0, pp. I43-ls7; RoDRfGuEz_P¡cAvE , "Monarqul¡", pp, :l?0"117¿¡
cARcí^ Frrz, castílla y León, pp. zro-)iz; nos"oo y LóPEZ PaYER, La Batalla' pp ?9'{l:ll V^¡llA
tL
AGüf, E. "salvatie¡ra: simbolisÁo y poder en una fo;taleza de la ordcn de Calstrivo", Mll
(l¡¡l'llll'
Fortífrca1oes na Penlnsuta lbérica- e'no MA?reb f5o0_J500r. SimpÓ§lo lnlornrclontrl aol'r§ ^fiot
Lisbóa, iolibrí-Cáma¡a Municipal de Palrn;la,2001, pp.633-64Civ^nsr.^Aatll,E l2ooz) l' lükfu'
medie;at: símbotisño y podet ;n ta Edad Media, tvailádolidl, Iunta dc co§llllü y Loón, pp' M ¡ 711,
esp. 162'163; y GARCíA Frrz, Las Nauas, pp.196-197.
t4t
Martín Alvira Cabrer
El brillante asalto sorpresa a Salvatierra, según Rades, fue diri_
gido por el comendador mayor MartÍn Martínezy realizado en 1lggr,
si bien el maestre de los calatravos era entonces MartÍn Pérez de
Siones (1179-1182 y c. 1I97-1199)r0. Más trascendente que la identi_
dad del caudillo de los freires es el momento en el que tuvo lugar la
operación. El hispanista foseph O'Callaghan la dató entre mediados
de diciembre de 1196 ymediados de mayo de lIgB, es decir, a caballo
de la tregua acordada por Alfonso VIII de Castilla y el califa almohade
a1-Mansúr. Si la entrada en territorio andalusÍ y el ataque a Salvatierra
ocurrieron a finales de 1197, los calatravos aprovecharon los últimos
momentos de guerra antes del primer cése de hostilidadesu. pero sila
acción tuvo lugar en 1198, como aseguró Rades, los calatravos üolaron abiertamente las treguas acordadas por el monarca castellano12.
No hay constancia dc quc la conquista cristiana de Salvatierra
alterara las relaciones castellrino-almohades, ni supusiera un problema a la hora de renovar las treguas de I 197 en 1199, lZO3 y 1207.
Es algo que sorprende, teniendo en cuenta que Salvatierra no puede
considerarse un castillo de frontcra, slno más bien -en palabras de
Enrique Varela- un "islote cristiano en meclir.¡ de un mar agareno,,r3.
Ciertamente, no hay muchos datos concretos sobre la participación
de la fortaleza en acciones armadas cristianas antes del año l20gr4.
Hay que pensar que Ia tregua pactada por Alfonso VIII impedía oficialmente a las órdenes militares combatir a los musulmanes desde
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones mil¡tares en las fronteras
Castilla. De hecho, en junio de 1205 y a petición de1 rey de Aragón
pedro el Católico, el papa Inocencio III autorizó el t¡aslado de los
calatravos y de Ios santiaguistas a tierras catalano-aragonesasls. Y en
1206, y por la misma razón (ídem milites conflictum armorurn aduerelpapa,
sis eosdem paganos propter treguas datas nequeant exercere),
esta vez a instancias del abad cisterciense Guy de Morimond, del que
dependía ia Orden de Salvatierra, ofreció a los calatravos la posibilidad de trasladarse a Tierra Santa con apoyo financiero de los reyes
y nobles peninsulareslG. Ambos hechos probarían la sujeción de los
freires castelianos a las directrices militares de Alfonso VIII en estos
años-
Otros argumentos, en cambio, sugieren que la fortaleza de
Salvatierra actuó durante -al menos una parte de- estos casi tres
lustros (1197/98-12II) como una importante basc clc opcrilciones
cristiana en territorio islámico y, además, con unfl f unción "cmincntemente ofensiva, depredatoria"rT. [Jno de cllos tieno que ver con
su ubicación: muy lejos de las fronteras cr¡stianas, aislada, rodeada
de tierra musulmana y estratégicanlctl t e situada en el camino que
conducía hacia el Puerto del Murad¿rl (Sierra Morena), la principal vía de comunicación enttc las llanuras manchegas y el Valle del
Guadalquivirrs. No parece muy vcrosf mil que los calatravos eligieran
¡5
R^DE5 Chroníca ¡le Calatruva, fol.ztviRoDtlcuEz-ptc^vE
, Las órdsnss mtutd¡¿s, pp, 49, tOO y L21.,
miutares hkpántcas en la Edad Media 6Bk,s XIi¿ü),
Madrid, Marcial Pons, p. 416; y RoDRfcuEz-prc^\'E^ M^rtLLA, E. l2oOA) Los monjes gu¿neros en los
feínos
reinos hisDánicos.
hispánicos. Las órilenes militares ¿n ld
Pénln\ la lb¿rtca
hln.a d
nnt, tñ
r¿n,!'M;1.
t¡^,t.iA tLa"
la Penlnsula
durante
td Edad
Medta, Madrid,
Esfera de los Libros, pp.80 y 178.
DE AyArÁ MARrlNEz, C. (2OO3) Las órdenes
.Martfn pérez de Siones,
J. (1962)
,(cñhr.
163-17f)
163-170,
163- 170, e(ñ
esp. r66
165; ó'aarr¡¿páN
',Sobre r^.
O'CALL GHAN, "Sobre
los ^rroañaa,
orfgenes",
A quien se atribuye la conquista de Salvatierra, O,CALLAGH^N,
ll
t2
l3
l4
142
Maestre de Sah,?tierra'.', H¡spania,22-A6,
Htsnania.22-A6
pp.
J6, ñn
pp. 498-499; y VAREr-a,. "Sállatierra'. Dp. 636.
h, .ll.h6
l, ñña
636, n
n. 36
36. T,mhién
También <F
que la
se ha
dicho ñrre
operación fue
consecuencia
consecflencE de
cle una escisiótr entre los propios calarravos,
calatravos, Rurz cóMEz,
GóMEZ, E (2003) ¿os
Los o genes de
Ias órdenes militares y la repoblación ¿te tos teÍítotios de tlt Mancha AISO-1250), Madria, CSIC,
(Biblioteca de Historia, 54), p. 228.
Es lo que sugiere O'CALLAGEAN, "Sobrc los orígenes,,,
p.499.
Ambas opciones en VAREta, "salvatierra', p. 630, n.45.
lbidem, p.637.
G^nct^Ftrz, Castilla
y L¿ón, p.
2tI;
yVARET-{, "salvatierra,, p. 638.
.
rd
Ladocumonkitón \tod[tckthtttttt lttoconclo l/I (t r98_J2]6)' Roña,lnstituto
Español de Estndios Eclesiásticos, (Mtrn¿¡rnr¡¡i ilkpdnladV cana Sección Registros, I), n'321y
ed: ALV¡RA CABRER, M. (2}lo) Pedrc el Chtóllt:o, noy do AraSóñ y Conde de Barcelona (1196'1213)'
Documentos, Testimonios y Memorla Hlslórlct,0 vo¡d l0n lfn0dl, Znrstoza, Instilución "Fernando
el Católico"-CSIC, (Fuentes Histórlcas Arsgoncans, 52),
http://ifc.dpz.es/publicaciones/cbooks/ ld/:i00:1, ll, rr' 547 (lfi l!nlo I205),
Ed.MANS¡LLA, D- (1955)
Lvrr-r, ktsórdenes mi¿irares, p.
$0¡ nu¡z
GóM ttz, I.o¡
otl$t,t1s, pp.226'2
27; y RoDBlGuEz'P¡cavEA' ¿os
ñoíjes guerreros, p. 219.
17 Vo*r*,
"salvatierra', p. 637. La historis mlllt0r dt lÍ lorl¡rlczs dc Salvatierra es tan fascinante e
hist6ricamente rele!'a;te como coria y poco conocklft, sobrc la acliüdad Suerrera de las órdenes
tmütares, véase Rurz GóMEZ, E (2000);'aa hucslc de lur Ordcnoú Mllllar€s", IZQU¡enDo BENlro, R y
RuIz GóMEZ, F {coords .), Las ó enes t¡.ltltares oñ la Penlnsula lb¿ ca. VoL 1: Edad Media, Cre¡r'a'
Universidad de Castilla-La Mancha, Pp 403'43(i' Av^t^, Las ót¿lonas mi¡lrar¿r, pp 409'41I y' mds
amptiamente, pp. 541-60l; GaRcl^ Fn;, ¿d§ Ndlds, pp. 186'200i y Ron¡lk¡l,llz'¡'¡c^vn^, Ir,r '¡orr'§
guirr"rot, pp. iiz-tsa, usp. I23_165. sobre lns lncuriionor doprodntorl¡t$ on lrrrllork' orl0rnlSo cri
imprescindible GARCíA Ft'tz, CastilLa y Laón, pp 59'l7O
l8 sería interesante comparar el caso de salvaricrra con or¡r)s oJflirpl(xt d0lort¡rk,rlr rr¡¡llÍrl¡1il ¡rlrl¡lclo§
eo territorio islámico y sostenidas militar y logfs(icamcnl(j dcsdc Tonrrs ¡rltrJntl¡rÍ'
143
Martín Alvira Cabrer
semejante posición como sede de su Orden para mantenerse militarmente pasivos durante añosrs. Otro argumento es la existencia en
Salvatierra de una enfermerÍa u hospital que daba asistencia médica a
los freires y a otros combatientes2o. Más relevante es el sostén económico y militar que nobles y reyes -en especial el de Castilla- ptoporcionaron durante estos años a la sede conventual de los calatravos2r.
También contamos con alguna noticia de operaciones militares concretas anteriores a 1209. Hacia 1204-1206, de nuevo según Rades, los
freires de las órdenes de Santiago y Calatrava planificaron una ofensiva combinada sobre territor¡o andalusí. Los primeros devastaron
el Campo de Montiel y la Sierra de Alcaraz, tomando Castilsegura
y Villanueva, mientras que los segundos, partiendo de Salvatierra,
atravesaron el Puerto de Muradal y atacaron el norte de Andaluciarr.
Los explícitos testimonios musulmanes son un indicativo especialmente importante. El más conocido es la carta que el califa almohade
al-Násir ordenó escribir para dar cuenta de la conquista de Salvatierra
en el verano de 1211. El texto conservado, aún con variantes, habla
de una posición cristiana situada en pleno territorio islámico: "era un
ügía en el desierto y un águila en el cieio, un estandarte extendido
sobre las regiones y un punto negro que se alzaba sobre las llanuras
del Islam y un observatorio elevado contra el que nada podfan los
prendiendo el fuego de ¡a guerra Operaciones militares en las fronteras...
¡¡usulmanes"23. En su radio de acción había numerosas poblaciones andalusfes a las que los almohades, debido a Ia proimidad, no
nodían defender eficazmente: "los cristianos lo habían puesto como
álas para ir a todas partes y lo habían preparado para que fuese la llave
de las puertas de las fortalezas y de las ciudades"'¿a. La carta califal
alude expresamente a los apoyos que Salvatierra recibía desde territorio cristiano: "la serüan sus reyes, sus caballe¡os y sus ciudades, y
fluían a ella sus dírhemes y sus dinares"zs. El califa añadió otras dos
ideas importantes. La primera es que el convento central de los calatravós era visto como la primera línea de defensa de los reinos cristianos: "la miraban todos como la defensa de sus casas"26. La segunda
es que la fortaleza de Salvatierra era considerada un destino militar
de guerra santa que reportaba recompensas espirituales a quienes
combatían en ella: "la miraban como [...] el lugar de expiación de sus
pecados"27. Aun con sus dosis de retórica y de justificación, la carta
ialifal de 121I da a entender que Ia fortaleza de Salvatierra se conürtió, durante estos años, en una dolorosa espina cristiana clavada en
pleno corazón de al-Andalusz8.
Carta det catifa al-Ná'ír (texto parcial de la carta enüada al jeq're Abú Muhammad Abd alwáid,
gobernador áe Ifríqiya), en AL-HMY^Ri Kí ib ar'Rawd al-mictár, trad. Hu¡cI, Grundes batallas
pp.314-3I5, esp.3l4.
t9
zo
2t
'En estas circunstancias no resulta posible admitü que entre lt98 y I2I2 Salvatierra iuüera un¡
funcionalidad detensiva en relación con la fronrem castellanal cARcfA Ftrz, Castitla y León, p.2ttl
VAREr-A, "Salvatie¡ra', pp. 634 y 63?-639; Va¡xr-A , La
fortaleza, pp. t66-167; y G^Rct^ Frrz, ¿ns Naras,
pp. r96-r97.
VAREL , "Salvatierra I p. 638: y RoDRfcrrr¿-Prcavrá , Los monjes guerreros, p, 257 .
En su testamento de l2O4 led. coñzÁLEz, Alfonso y¡Il III, no 269), Alfonso \4II deió al castllo do
Salvadefta y a los calatravos un tercio de rodas sus atmas (lorigas, Iorigones, Iorigas de caballo,
ballestas, turquisias larcos compuestos o mazasl, cofias de armas y yelmos), asf cómo una renra
anual durante diez años, pro constrüctione et Íeparatione et retícencia, de 10.000 maravedfes, más
del doble que la dejada al castillo de Uclés (sede de la Orden de Santiago) y clnco veces más que Ir
dejada alcastillo de Consuegra (sede de la Orden del Hospitat),lo qu€ démuestra que la constdéraba
la primera fortaleza de¡ reino, RoDRlcuEz-prca¡/EA, "Monarqufa', p.370; RoDnlcuez-p¡cAw^, ¿dr
ó enes militares, pp.5I y I0Or y RoDnÍGUEz-Ptc^\¡E^, Los monjes tuerreros, p. t?A. En l2ll, l{,s
a,lmohades añrmaban que el casti.llo de Salvatiera erala mano derecha del scñor de Cast¡lls, Cnrr¡
d.el caliÍa al-Násir sobre ta campañade Saluatier,,a, en IBN,ID,{RÍAL-M^ \t\^É.\tál, Al"Baydn al-mugih
fí íjtisár ajbtir muluk al-Andalus üa at-Magrib. T. t y 2: Los Almoha¿tes, trrd.
;rcl [4¡¡r^ND^,
Tetuán, Editora Maroquí, 1954, pp.265-270, esp. 268. Sobre el apoyo dcl t.y tl¡ ^.
ukt. húüt.
^rr|flólr.,
R^DEq Chronica de Sanctíago, fol.22v. La data en RoDafcuEz-prc^vrn, los ,¡orrrs
frrd,.¡drr¡f,
1,.
t7|
24
Ibid.em.
Carta del califa al-Násir, en IBN 'IDÁRI p. 267.
26
Carta del catifa al-Nási¿ trad. Hu¡cI, "Estudio'l pp. 117_119, esp. ll8. La importancia eslraté8ica
de Salvatienaha sido puesta de relieve por Dr AYAI-a MARrfNrz, C. (I993) "Las fortalezas castellanas
de la Orden de Calatráva en el siglo xII", En ¿a Es paña Medieúal, 16, pp.9-36, esp. l6i GARcla F¡rz,
Castilla y León, p.211; y G^RCía Friz, ¿¿s N¿ras, p. 196. VAnEI-a la Ilama la "Puerta del reino de Toledo"
f'salvatierra', p. 372), un titulo que no Parece exagemdo a tenor del dilema estratégico que provocó
su caida en mános musuLnaras en 12i1, dilema que estuvo en el origen de la Sran campaña de Las
Na€s d€Tolosa. Sobre esta cuestión, ALVIFA, ¿a§ Nava' pp.7l1a.
Car¡a del catifa al-Násit, tra.d. HuIcI, "Estudio", p. I18 (Ia consideraban los infiel€s como su
peregrinación y su gueua santa, en IBN'IDÁRí, p.267). El t¿tto habla también de la Suerra psicoló8ica
o "v:ólencia simbólica" que los crisüanos ejercian sobre territorio islámico desde Salvatlerra con el
sonido de sus campanas y la exhibición de sus cruces, VAELA, "Salvatierra', p.638.
¿l momento
1,0 m¡srnfl Inrprcsión en GARcfa FIrz: [la fortateza de Salvatierra] "se convirtió, desde
dr slr conqüisia por la orden de Calatrava, en la más peligrosa y ofensiva base de operaciones qu€
lrrn tn¡rcllrinos t¡¡¡rfarr al sur de Toledo" (Cdst¿lIa y Leói, p.2t\l v también en VARELA, "Salvatierra'l
l'.
(i:17.
145
Martín Alv¡ra Cabrer
2.
Un rey en guerra: Pedro el Catól¡co y los
almohades
No sabemos mucho sobre las relaciones de la Corona de Aragó¡ ;
y el Califato Almohade después de la batalla de Alarcos. A los nueveT:
meses de la derrota castellana murió el rey Alfonso el Trovador y ,
subió al trono su hijo Pedro el Católico (abril-mayo t196),r. El jove¡
monarca catalano-aragonés se mostró desde el primer momento
como un firme apoyo de Alfonso MII. Juntos combatieron al rey de
León Alfonso IX, aliado del califa almohade al- Mansúr, durante los
veranos de 1196 y 119730.
Varias noticias de estos primeros años presentan una situación beligerante en las fronteras catalano-aragonesas, en especial
en los lÍmites del Bajo Aragón con el futuro Reino deValencia (véase
Mapa l)3r. En febrero de 1197, Pedro el Católico donó el castillo turolense de Monroyo a los canónigos de la Iglesia de Tarragona. En el
documento, el rey animó a la repoblación de un lugar situado uicinum
frontarie sarragenoruüt (a unos 25 kilómetros al norte de Morella,
entonces bajo dominio islámico) y adürtió del peligro que supondría su ocupación por los musulmanes32. Más aI sur había también
bastante actiüdad. El castillo y la ülla de Cascante (del RÍo) fue¡on
dados por el rey a su fiel vasallo y amigo Martín Pedriz (o Pérez) de
La situación de la frontcta 3trr ¡ltdgonosn cn esos momentos se desc¡ibe en GuaL CaMARENA, M.
(1953) Prccedentes de la Reconqulskt ualoncla a, Valencia, Instituto Valenciano de Estudios
Históricos - Institución Alfonso ül Mlgnúnlmo . D¡putación Proüncial, p. 207.
Sobre estas campañas, tlutcr, "[§tudkr', pp. l-ll; Hu¡cr, crandes batallas, pp. 170-181; Hurcr,
Historía polttica, t, pp.37|iTai y AoNz^t.l¡z, Alfonso V Lt,pp.g?Z-978.
Sobre la configuración del to¡r¡torlo do Tcrucl y lo conqulsta del Bajo Aragón, UBrEro ARrErA, A.
(I977) "La creaclón dc fs fron(oro ontro
y el esplritu froiterizo", Homenaje aD.]osé
Matta Licarru de MlSt¡01, 5 vol§., Zürllgozu,
Anubar, Il, pp. 95-114, esp. 99-l1l; UBTETo ARrErA, A.
^rngó¡1-Volcocia
ll9Al) His¡oúa do Arcgó . l: Ld loñM.:ló ¡ctrttorlal, ZaraBoza, Anubar, pp. 262-287; y GARGALTo
MoY^,A.J.(1997y2005) l:lCo ct,li¿ l¡'ritlc la E.la.l Media, 1177- 1322 4 wols., Teru€I, Instituto de
EstudlosTurolcnsos, l, pp. 223-2:t l.
Ed. ALvt^^, Pedro d Católi:o,l, n" lll (fcbrcro I 197). n castillo ya habfa sido donado en 1185 por
Alfonso cl trovado r y se Ífa tln¡rlmc n rc en I rcg&do e n t 209 a los /r¿ircs calatrawos de Alcañiz, üd. iüfra.
fronteras
pr6ncliendo el fLleglo de la guerra. Operaciones m¡litares en las
"
a los sarracenos33 Por
Villel en mayo de 1198, quizá tras ser tomados
en Teruel (1 196tenente
Ladrón,
..á, ,"ut"a, Lt "oble aragonés Pedro
Rubielos3a' Y también
iáool, recibiO del monarca el castillo de Mora de
Biar, cerca de
anior""a toa turolenses conquistaron eI lugar de Viar.o
una interrupción de
fii""t, q"i era d'e moro§s. No se aprecia, pues,
de Aragón en
y
la
Corona
tu, frortiii¿ua". entre eI Califato Almohade
estos Pdrneros momentos'
Dicho esto, en mayo de 1198 Alfonso VIII y Pedro el Católico
contra el
acoidaron en Calatayud un pacto de alianzay ayrrda mutuas
aliado
i* d" Nuuu..u y el conde EimengolVIII de Urgell, este últimoa las
treexpresamente
aá Ulru.ttu-otin almohade, en el que se alude
y
almohades
j"u.
los sarracenos36. Recordemos que castellanos
"o"
se comprometieron a no
l'as te.ría.t entonces en vigor. Los dos reyes
a negopactar treguas con tercelos, aunque dejaron la puerta abierta
llede
Aragón
que
rey
el
pues,
lo. -usulmanes. Es pósible,
iiurlu,
de
rey
"oñ
e[
üa
nuiu u uteri., pu"to temporal de no agresión con el Califato
castellanoBartitla,".oti" todo si planeaba participar en la invasión
y desarroa.ugo.re.u d" Navarra, prevista en eI Tratado de Calatayud
de
terreno
el
en
movemos
mayo-junio ¿J ttss, aunque nos
ilud"u
el
Católico
".,
que
Pedro
.u. Lá que sí se sabe con certeza es
iu
"ott¡"t
p."puió el envÍo de un emisario a Ia corte del rey de Marruecos en
Ibídem, i. 153 lrn^yo
torrii"or" ¡i"ri"t
34
35
íam
1198). El texto se refiere a los términos asignados secufldum
et assiSnati' et sunt hodie a chr¡stiunis'
ín tempore
"onstitüti
Ir¡¿¿m, n. 171 (agosto 1198).
lnstitu to d e Estudios Tirrolenses'
Crónicas de tos ¡ueces de Teruel, ed.Lóp¿z{¡l¡o¿l, E f1994) Teruet'
o
que
yli-lz
Podría ser el Puerto delvidre
abril
rrsvr
r""giri""do
nD- 75.77 f30 marzo I 198-20
casteuonJ'
Maestrazgo'
del
Vistabella
de
üi¿re, tl"rnuao t"*Uien El Cotlao, cerca
al rey de Aragón' buscó la
Ed. GoNúLEz, A&nso V)1I,III, n' 667. El conde de Urgell' enfrentado
de I I99 en el pacto de amistad
al,llda del califa almohaa", ae qui"n se r""onáciá vasaltóen ocrubre
castetlano Pedro Fernándezde cast'o contra omnes
;?"ü;;;il;;;¿oidó
L;;;;;;;;;;:k;;i,t;;ltin,"^
cln cl -agnote
ua ñaiiiiiÁ
ici
non faciam satua fide et ñanda¡o dom tei
mognáibus r"¿ni m"¡. 1.a nobl.eza y la monarcuí4
20l I (Blbliotcca
*tnados rta F¿nnndo tt v Al!')nst;tx ( 1ts7'1ful)'Madrid cslc
l'cdro r' rr' 7 r) v
pp. szo'sz r r v"t"n"l,ii i i ocr uhrc I tss: A(;A Persam¡nos do
Almiruñomenlm,c¿.1.c¡roruró¡ v¡orr¡,
i,
1áliliiáliir,,,ii*
;;ñ;;;i;, ri;;;1,
pp.I83-184Y4I1.
147
146
Martín Alvira Cabrer
febre¡o de 1200, si bien no está claro que el üaje se realizara ni que q¡
monarca catalano-aragonés llegara a pactar una tregua con el califa
almohade3?-
. ^ Silahubo, desde luego no fue muylarga. En abril de 1202, pedro
el Católico
entregó a la Iglesia de Zatagoia los castillos turolense;
de Linares (de Mora) y puertomingalvo, los dos in
lTontaria sarra_
cenorum, con el objetivo de poblarlos, construirlos y edificarlos
a¿
incrementum Chrístianitatis et ad defensionem regni mei ,t ,orro"i,i_
norum confusionenfE. Con el mismo propósito donó a primeros
de
junio el castillo de Manzanera, también in
flonturta sirro""norurn,
3l pa¡On Berenguer de Entenza, tenente de Teruel (1201-1205), que
lo habÍa tomado a los musulmanes3e. Ese mes, el rey entregó los castillos de Foz-Calanda y Pitarra al aragonés Artaido dá Artosilla, y el
de
Fortanete a la Orden del Hospital. El objetivo de los freires debÍa ser
ampliar sus términos en las partes que miraban hacia las tierras de loi
salracenosao. lln año más tarde, en julio de 1203, las milicias comunales de Teruel al mando del juez pedro de Armillas tomaron la ülla de
Rubielos de Moraal. En octubre, el rey pedro donó el castillo y el lugar
Ed. ALvtR , Pe¿lro el Catótico, I,
n
225 (Z febrero l20O); MrREr r Saxs, J., ,,Itinerado del rey pedro I
tts6-tzL3", Botettn de ta Reat Academia áe'¡"""Á ktiÁ * aonaoni,
1"..c^"^,3:lLl,
", rygCón,
3
f]905-1906), pp.
79-87, 15I-160, 238.249, 265-2A4, 365-387, 435_450, 492-519, y 4 (ISOZ-lgOgt,
pp. 15.-36 y 9l-114, esp. 239-240; Hürc¡, Grandes bara at p. 224; y Hrrrcl, Hietoria política,I, p;.
40L-El emisario era el judlo Ibn Benist (o Benvenis¡, al quá el rey pedro dotó para lls gastos
con
3.000 mazmudinas de oro presradas por el prohombre de Lbidá Esreve de ¡iaru¡in
n¡lia
ur¡a
mazmudinas quas a te in aurc suscepi et Abenbehíst nomine rneo pro ¡tiñerc quod modo íncontinenti
Aoenoents¡ prelatus Jacturus est ex mandato ñeo ad regem MarroqüitarumJ. Ibn
B enist aparece en la
do^cum€ntación- reda eniunio de I199 (Ibrdem, n. ZOé) yen maúq abril t
í i\rlio de l2OO (Ibideñ. nd
Lr.t z r t yy.¿.r
232,237
253).
L^ emoatao
embaiadaa llhabrta
t, La
abna sldo
sido mAs
primeras
más lógica
tógica entre
(iunio I 199_marzo
enié las dos
dos
fechas (junio
199-mar7¡
Iz00), coincidiendo con el delicado momento que üüa el Califato _muerte deí calfa
al-Ma¡súr
(enero I I99i: ent¡o nización detjoven al-Nási¡,
deiólo l7 años; i¡estabiliaaa aeifoáer urmoma"
e llriqiya por la presión de los Banú cá¡iya- y coincidiendo con
"n
la renováción de las treguas
^rgelta
con el rey de Castilla.
Ed. LEDESMA RuBro, M. L. (7ggt) Cartas d.e poblacíón del rcíno d.e Aragón
en los síglos me¿tíeüate,
Za¡agoza, Institución ',Fernando el Católic;,,- CSIC, (Fue¡tes HistOrilcas er gonelus,
ro;, ,r. f+z
(30
39
40
4l
abril 1202).
Ed. ALvtA^, Pedro el Catótico, I, n. 328 bis {6
iunio t2)2)i y rJ^$ro, Hístoúa, p.2A4.
Ibídem, no 331lzaruEoza, 21.iunio 1202) y 333 (iunio 1202). Sobre et castiUo
de Fortanete, ¿,i¿
s:t:4i¡
4e
Lrontüas de
148
¡rfa.
Ed. CANELLAS LópEz,
Á. Oglg-tgg1) Monumenta Diplomatka Awonensia: los Catuularíos ¡te San
laygoza. ! vo¡s.. zarasoza. rbercaja. rr,.,.zzz 1¡t rio .2d3, quando fu¡t cap¡ L, Rubiotsli y
los Jueces de
Tetuel, pp. za 79
$ abtit
tZO3-27
abil t2}4)t
y U Bt Ero,- H isb;¡a,
pp. 284-28s.
prendiendo el fuego de la guerra Operaciones lnilitares en las fronteras '
Boy (Bos), en eI actual término de Vistabella del Maestrazgo
iCastellón), al aragonés Arnaldo Palacín para su repoblación4'z. Y ya a
nrincipios d,e 1204, confirmando el protagonismo de la notrleza araion"ru ", las actiüdades conquistadoras de estos años, Gastón de
Éastellote recibió el castillo de El Mallo (en Mosqueruela) ut íllud
populetis a.d bonum et deffensionem christianoruma3.
de El
Esta actiüdad militar fronteriza en el Balo Aragón coincide en
almoráüdes Banú
el tiempo con eI apoyo de Ia Coróna de Aragón alos
en Ifríqiya y
Almohade
Califato
del
Gániya, rebeldes a la autoridad
las Báleares. Las relaciones de Pedro el Católico con^los almorávides
¡¡allorquines no se conocen, pero -como escribiera Ambrosio Huiciello es la
"existieron y lfueron] muy estrechas"aa. La mejor prueba de
Mallorca
de
conquista
con
la
que
terminó
operación naval almohade
en septiembre de 1203. El califa al-Nási¡ la consideró una victoria
"más dolorosa para eI rey de Aragón que un flechazo", además de un
duro golpe para otros cristianos del Mediterráneo occidental, esto
los Banú
es, Ias ciudades de Pisa y Génova, sostenedoras también de
derrota
de
la
a
Gániyaas. La reacción inmediata de Pedro el Católico
sus aiiados almoráüdes insiste en su trascendencia. Entre finales de
1203 y principios de 1204 propuso al papa Inocencio III eI proyecto
de conquistar Mallorca, solicitándole el envío de un Iegado pontificio
a la Penínsulaa6. La primera respuesta de Roma (febrero de 1204) fue
tibia y prudente, a causa de la conflictiva situación ibérica, pero en
agosto eI p.pu se mostró dispuesto a conseguir el apoyo de las flotas
donado a
Ed. ñ1ijl:r., Ped.ro el Cafó¿ico, II, n' 404 (5 octubre 1203). En septiemb¡e, el rey habia
(Ibid€m, n" 399)'
Or¿len de Calatrava la villa de Maella y una heredad en Ia villa deFuentes
43
Ed. ALI:|R , Pe¿\ro et Católico,Il,n" 432 fe¡lero 7204); y GARGALLo,
Hvtc!
45
Historía política,I,
E
Col¡ceio de Teruel.l'
la
pp 229'230'
PP. 360-363 y II, Pp. 392-400' esp.396-397.
Cafta d.el calífa at-Násít sobre la coúquísta ¿le Mallorca' reT. E. Lfir-?Ro_L'EJ'¡qA-1, "Un recueil de
(1941,' pp l_80'n'36'
Ienres oficieúes almohades, étude diPiomatique et historique", H¿sP?ris, 28
(cita) i GoNáLEz' (1992)
Los hechos se recogen e ¡Hurc\, Hlttoría politica, ll, pp 397_399, esp 397
(Al-Andalus
itioiii wi, p. sao;"veurne Moi¡¡vs, M. I. ios r¿ inos da iaifas v hs inuasiones mayebtes
y G^F.c|"e.Ftrz'
p
226'
orlgenes'
Los
pp.306-308,
esp.3
07iRutzGói'/,EZ,
u"*i¿,uapfte,
aá xl
"txitj,
LasNauas,p.738.
Authoritv'
Seguimos a SMITH, D.l. l2o}4) InnoceÍrII and ¡he Croun o¡ Aru}on' The-Limits of Papal
pap"ty, the Spanish Kingdoms and
eláershot, nshgate, pp. 40-42 y 50-51; y SMrrH, o. r. tzorll "if,"
las Navas d e tólosa", ,4 nuario de Hístoia de Ia lgle§ia, 20, pp. 157'fia ' esp' 167 '
149
prondlando 6l fuego de la guerra. Operaciones lnilitares en las fronleras '
MartÍn Alvira
.
pisana y genovesa para la empresa mallorquina4T. El sostén pon
se mantenÍa en junio de I205, cuando Inocencio III prometió al
rey ji
Aragón que instau¡arÍa una sede episcopal una vez que conquisia¡j
Mallorca a los musulmanesaa.
g.
I
.
ro ot
«ttóuco,|, n,
^,.rj,rf
ólk o, l¡, no 472
440 (r4
1204J.
febrerc 1204);
ed.sMrn,
t
(
48
Ed, ALwa^, Pedrc al C.tt¿ltco, ¡ ¡, n. ti{ ft
{|
49
A la.Orden del-fr.mplc (14 lnrro;
ll¡t¡k, 1204..!Doro t 206; 20 y 24 septiembre), e¿l. AlvrRA, p¿d¡o ¿I
Laro¡¡co, rl, no 515, 5:16, 57t) y 571i n h ( )rdrn dl, Snnr ,ordi d,Alfama (m aúo), Ibidem,
no 532lmarzo
rzu5)i a ra Orden del Hoip¡lnl {mñyo y jltnlo), ,hldem, i" 53? y 544; ala Orden de Ia
Santa Trinidad
J0
tztt.y
dlciemt rú), lbl.lcm, n 1A3 y 3lt5 bh. Sobre la polÍtica regia hacia las órdenes militares,
en (anto que baluartc y punro dr ¡ñ lrllzn (l{: h gllerra contra los;usulmanes,
con mención de
ros oocume-ntos que nquf mnuc,omoi, vó¡lro BoNI|1, DoNAro, M. (2Oll) ,.Las
ó(denes militares en Ia
exPansron teudar de Ia coronn do Amgón', /r¡ard de la UniLercidad de Atícante.
Hísroria Mealieüar.
17, pp.245-302, esp. 286.289.
0 lu n
to
I
(B
Igosro
:l
casualidad que sus movimientos sean coincidentes con el momento
Drevio a[ estallido de la Cruzada Albigense en e] sur de Francia. El 29
á"rnuyo de 1207, el papa Inocencio III confirmó la excomunión del
conde Raimon M de Tolosa, acusado de complicidad con la hereiía'
y
En su carta, el papa hizo una referencia expresa al rey de Aragón
e[
mism<¡
üo
cómo
el
Católico
a su obediencia a la Iglesiasa. Pedro
día que su aliado y cuñado tolosano era excomulgado, el papa ordenaba deponer a su tío Berenguer, arzobispo de Narbona' Pocos meses
después, el 17 de noviembre, Inocencio III escribió al rey de Francia
Felipe Augusto y a sus barones para volver a rogarles que interünieran inilitaimente en el sur del Regnum Francorum, ofreciéndoles las
tierras que conquistaran a los herejes en nombre de la Cruzss' Estas
amenazas sobre los intereses ultrapirenaicos de la Corona de Aragón
influyeron, seguramente, en el ¡elanzamiento de la guena contra los
almohades.
20r) ).
El orolasonismo del monarca catalano_aragonés en el inicio de la guerra contra los almohades
(coord') (1998) Histoia de Espana dP
se á"nufa'en l,^o.no OuEsA¡^, M A "CastiI; y León'; ÍDEM
Menéndez Pidal, s: La ileconqubtay et Woceso Ae dilerenc iacün polí¡ica fl 035-l2' 7), Madrid' EsPasa
cápl, pp. +os-6sa, esp. sgr;¡veü, I-ás ¿¿enes militares, p 4I8i Rurz GóMEZ Los orí4enes' p 228'
svirn,'rirnocenl nr, p. s0; sMÍfl, "The PaPacy'l p. l7l; y ÁrvrRÁ, ¿a§ N?'as P'-66 véase también
¡rlrne C¡un¡n, M. ;Él ."y de AraSóo Pedr; eicaiólico , sus balallas: del triun[o-de t'a§ Nava§ de
Tolosa al desastre de Muiell SaLv rIsBM,v, CnassIer, P y C,rsrrr-ro, J C- leds)' M*ad'as Crüzad&t
l.Lr Naüar de Tolosa. l212-2012. Iaén, Universidad de Jaén (en prensa)
50
5t
A los
u, no
remplarlls (8
y 9 rnnrzo,
600,601,694.695 vrilT
¿
t206?) y a Ios hospitalarios (mayo t2O6)
, ed. N!¡Lta, pedro el Catótico,
ad poputandum ot ,rnonrtur, ot crlt¡ottten.tum, ad honorcm Dei et
frdei christiane... a¿t omnatl
bonum et cornunen utilkrlte chtt:t¡Ln¡t tk, ed. ALI^R pedro et Ca;ó¡tr,
Ii,
,
sá7iio ¿i"i".¡."
1205). En mafto du t20ti ct rcy rasotvtó un ptciro con Arnatdo tatacin
soUie".eiiastitto y ta vitta
turolenses dc Camarcna (dc lá Sit,r'{), q'rc pflsarfan hego a manos del
castellano pedro Fernández
oe Lrsrro y, cn I210, al ¡raBonós t)cdro dc pomat
ltbidem,If, no 603,616 y g0O y IU, no r.o3o).
ls0
El incremento de la tensión
La estabilidad, relativa como acabamos de ver, de las fronteras
cristiano-almohades comenzó a cambiarmás claramente desde 1207i208. El primero de los monarcas hispanos en relanzar la guerra conparece
tra lqs musulmanes fue el rey de Aragón Pedro el Católicos3. No
. Desde 1204, sin embargo, se observa un descenso en las actividades fronterizas de pedro el Católico. El monarca se volcó entonces
en la consolidación de sus intereses ultrapirenaicos y en la coronación
a manos del papa, que tuvo lugar en Roma en noviembre. Srr."gru.o,
entre mayo y julio de 1205, se tradujo en un repunte de la préocu_
pación por la guerra con los sarracenos, aunque más bien dé fo.ma l
indirecta, mediante nuevas donaciones y priülegios a las órdenes
militares y a los trinitariosae. Lo más interesante eJel visto bueno del ,
papa Inocencio III, en junio de 120S, al traslado de los calatravos ylos
santiaguistas castellanos a tierras de la Corona de Aragón p".u
batir desde allf a los musulmaness0. Los beneficios regios a los freiÁ
"t.¡_
se renovaron entre finales de l20S y mayo de I2065'. Con todo, sólo
la
donación a los hospitalarios del castillo y la villa de Sollaüentos (en el
término turolense de Allepuz), en dlciembre de 120S, alude expresa- '
mente a la defensa de los territori«¡s cristian<¡ss2. La inactiüdaá regia
fue de nuevo muy prolongada durante la segunda mitad del año 1206
II¿ n.2e5 yArvr
lo:yL.*:i^r:9.,1.,:
nnocen. t, n" 6 y cd. Atytl¡^, podto.l i
vcasi todo 1207, meses en los que Pedro el Católico permaneció en
Lataluña Y el sur de Francia'
o¿et¡cio I,i"367.
54
Ed. MANsrr¿a, In
55
Ed.ViLIEMAGNE,A.B¡lrlaircduBl.nhsutouxPlsüerleCastqlndu'maÚyrdelaÍoiA6-Íéurier1208)'
Monrnellier ImD. de la Maoufocturc do ltl Ch[rltó, l§17, ,r" 2tl y 47 Sobr€ estos hechos' véasc
I' pP 200'204r A¡vIrr^
i.q;I"i"i,'¡,{. fáoorl L'É.por¿a Cuth.,ru'2vt'li , lhrf$. li,trl(nrrr!, l\!rrln-lt¡vrr'
(lnlvtrsll¡ltdo
vis áe Mr'jint. t z asoptlr,,rl,rr'¿t'i2,ll B¡rr(¡lonrt'
(7ll0rly20l:l) Mttt¡¡
pp-S8-i02; bMlrt{, It¡,ro ccnt tlÍ,pl1 7677iy]Átttl
^{:^ltrorrr,M
l'lt. :l:l :14
dicisiüadeIa C¡uzada conlftt ht (:.1 ü\,t,ll¡'rcnlrltn,
^lI¡1,
éir"r*, v.izotizl ¡l ¡"
llorcolonrt'
t2l:t l'al) ktlkt
t5l
rl
Martín Alvira Cabrer
La documentación regia conservada sugiere un aumento de la
polÍtica de apoyo a las órdenes militares desde finales de 1207s6. Entre
noüembte de ese año y enero del siguiente, los primeros beneficia_
rios fueron los freires de Sant Jo¡di d'Alfama y, sobrc todo, los templarios y los hospitalariossT. En marzo de 1208, el rey favoreció ¿ l¿
nueva Orden Militar de Alcalá de la Selva, vinculada a la abadía aqui_
tana de La Silva Major (La Sauve-Majeure). Sus miembros recibieion
el lugar de Las Cuevas de Domingo Arquero (término de Castetvispal),
junto aI castillo de Linares de Mora, en la frontera turolense del Ba¡á
Aragón, para que lo poblaran ad exaltacionem fidei chrístiane et ad
confusíonem inimicorum Crugís ChristPs. Menos conocida es la con_
cesión regia a los freires de Alcalá, en el mes de agosto, del diezmo
y las primicias de Salobreña, attendentes religionis et caritatis studia
que domus et fTatres de la Selua excercere non cessa,nt et bona que de
castro et loco de Alcalano quem ipsi tenent et custod.iant in seruicium
et defensionen¿ tocius christíanítafi§e. A preparar la guerra, entre otrás
razones, parecen dirigidas las exenciones y las franquezas dadas por
el monarca en los primeros dÍas de marzo a la ciudad de Teruel, piincipal base de operaciones catalano-aragonesa en la región, con mención explícita a los caballos que pudieran morir (equos qui, secundum
morem Turolii, morientur)60. Y la voluntad de afianzar las posiciones
Entre noviembre de 1207 y febrero de 1209 se contabilizan 25 documentos: trece favorecen alTemple
(AL'r1R,Ped.roelCatólíco,II,t"731-?33,74l,743,746,AO7,827y86s-A73);ochoalHospital{¡¿id;m,
no
734,740,805,809,810,812,830 y834);dos a lostreir¿sdelaOrden deAtcatá de la Sel Qb¡d¿m, n
a las órdenes de SantJordi d'Alfama y de Salvarierra, respectivamerite (tbídem,
726 y800).
756y80I bis); y uno
no
Sánt .lordi d'Atfama {22 noüembre 1207), ALvrE¡., pedrc et Catótico, tI, t\" 726;Temple (6,20 y 23
diciembre 1207), Ibidem, nn 73t-733i Hospital (24 diciemb¡e t2O7 y 5 enero 1208), ;. 734 y 7¿0; y
Temple ( 10, l3 y 27 enero l2OB), Ibid.em, nr 741,743 y 7 46.
Ed. V¡RuErE ERDozírN, R. (2005-2006) "Los documentos de la Orden Militar de Alcalá d€ la Sell,la
seg¡in los cartularios de la abadia aquitana de La Sauve-¡1qeu¡€,,, Reukta d.e Historia
Jerónimo
Zurib AO-AI, pp. 67-97, no 6, pp. 85-87 (6 marzo 1208) y ed. A§1ra, pedro et Católico,tl, n" 756
(data 4). Sobre esta Orden, véase ,ossERAñD, P (2006) .Ab botrum Christianitatis et destructionem
saracenorum: l'abbaye de La Sauve-Maieure et I'ordre militai¡e d,Alcalá de la Selv?|,,
religieux ñílitaires dans le M¡di. Cahiers d.e Fanjeaur, 4t, pp. 3tg-3X2, esp. 234 -235.
Ed. üRrrErE, "Los documentos", no 7, pp. 87-88
agosto, 1208).
Les ord.res
y ed. ALr,'rnA, pedro eI Catótico,Il, n. 80I bis
(2g
Ed. GARGALLo MoyA, A. (1984) Los ortEenes de ta comunídad. de Teruet,Teruel, Instituto de Estudios
Turolenses, no t y 2. Sobre la ciudad de Teruel como base de operacior,es,Vr'tg1/o, Hktoria, pp. Z77i
y so-bre el papel d€ los caballos, CARü^NA GóMEZ DE B^RR!DA, J. (1956) ..Caballeros y caballái en el
Medievo rurolense'l ?¿¡¡¿ el, tS-16, pp.24t-247.
'
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras
.
fronterizas con el Califato Almohade explica también la concesión
de fuero a Montalbán, localidad que poco después volverÍa a caer en
rnanos musulmanasor. La oscura carta puebla concedida al lugar de
Castiel también podrÍa haberse dado en estos días62'
Un interesantísimo documento de agosto de 1208 demuestra
que las iriiciativas bélicas de Pedro el Católico no se limitaban a sus
reinos. Se trata del convenio pactado con el poderoso magnate Pedro
Fertá¡dez de Castro, el Castellano, al que no está de más presentar
breivementeo3. Considerado inimicunt capitalem de Alfonso MII, pasó
lamayorparte de suüdafuerade Castillayjunto alos rivales de su refa.
Desde 1194 estuvo ünculado aAlfonso IXde León y a los califas almohades. De hecho, en la batalla de Alarcos combatió en las filas musulmanas y en 1I99 se reconoció vasallo del MiramamolÍn65. En octubre
de ese año llegó a Ia Corona de A¡agón, en concreto a tierras de Lleida,
donde residió hasta agosto de 1203 junto al conde Ermengol \¡III
¿le SantiaSo en Ia Corona dE Aragón. La encomiend.a
de Montalbán (1207-1327), Zaragoza, lnstrtución "Felnando el Cat6lico'LCSlC, p 3l y n' 3, pp
236-23Ay ed. ñ]r\a, Pedrc el C,atólico, lf, n" 766 (22narzo l2OA).
Ed. SArNz DE LA MAzr LAsoLr, R. ( 1980) ¿¿ Orde¿
Ed. RrBAy GARcfA, C. {1915) "Carta de población de la ciudad de Santa María de Albarlacín seÚn
el códice rcmanceado de Castiel exislente en la Biblioteca Nacional de Madnd", Colacción de
documentos paia el estudio de Ia Historia de Ara&ón,X,zara8oza,P Carra, PP. 239'242. El documento
se ¿lata en iastiel a I de septiembre de 1209. RIBA sospechó que Castiel podia ser Castielfabib
lIbídeñ, p.lll,11. 4) y Gn^L que el año podria haber sido 1210 (Precedentes, p. 208, n. Ill), por lo
que Io dátamos asf en nuesua edición, si bien con dudas (AauRá, Pedro el católico' lII, n' 1.079)
Áendiendo alos test€osyal itinerario regio, creemos podercoregirahoraesta datación y rctra§arla
a primercs de ma¡zo ¿e 1208: Pedro Gutiérrez, que figüra como mayordomo,lo fue entre diciembre
dé \ZOZ y agosto d" \ZOA Ubidem,V, Ap.3.t.1., Pp.2.377-2.379);Vela tue iuez de Teruel entre el 24
de abril de 1207 y el I de abril de 1208, pues en sePtiembre de I2O9 10 era Esteban de Torta.iada y
un año después, ,uan de Escriche (Crónícas ¿le los Jueces de Teruel, pp.80-83); y otros dos testi8os
turolenses,Juan de Eulalia y Pascual Muñoz, sólo aparecen en la documentación regia el I y el6 de
r\\arzo de l2OA Ubídern, II, n. 754 y 75?), durante la única üsita hecha Por el rey a la ciudad entre
octubre de 1203 yjunio de l2l} (Ibüeñ, AP.2, Pp. 2.333_2.376). Esta nueva datación tampoco aclara
la identificación de Castiel con Castieltabib. Gú^L §€ hizo eco de algünas noticias que aluden a una
conquista del Rincón de Ademuz anterior a 1210, aunque añrmando que "parece poco Probable"
(t pp.207 -2oB).
Sobre este p€rsonaie, PÉREZ LLAMAzAa¡s, J. (1954) "Príncipe leonés, héroe de leyendá oriental: el
Casre,¡á\o", Hidatguta,6, pp. 557-576; GoNzÁLEz, Alfonso WfI,I, pp.33l-336;y, más recientemente,
CAr¡ERóN, "Cum magnatibus", pp. 182-186 y 410-412.
Chronica latina reEum Casteltae, ed. CEARLo BREA, L. en tdem, EsrÉ\'Ez soLA, J. A. y Ca¡-aNDE
HERaxRo, R. (eds.), (199 7) Chroníco hispana sae¿ü¡i XII¿ Tumhout, Br€ pols, tcotpus Chrístianorum'
Continuate Medíaeval¡s, 73), pp. 1-I18, cap.28.
Ed. CALDERóN, "Cum
magíaribvs",n
2, p.52O. Víd. surya.
153
prencliendo el fuego de la guerra. Operac¡ones lnilitares en ¡as fronteras '
Martín Alvira Cab.er
de Urgell, del que fue aliado y fiador, y al que aspiraba a suceder
en el condado urgelitano66. Después de una breve reconciliación
con Alfonso MII, Pedro Fernández reaparece en febrero de 1206 en l
Aragón. El rey Pedro estaba entonces enfrentado a Ermengol de Urgell :,i
yse mostró dispuesto a apoyar las ambiciones del Castellano6T. Fue el,
primer momento de una relación que se intensificó anormalmente ',.
poco después. Tras otra corta estancia en Castilla, Pedro Fernández se
hizo vasallo de Pedro el Católico yocupó durante unas cuantas semanas de mayo el cargo de mayordomo real68. Esta súbita cercanía al
monarca parece tener mucho que ver con los más de 24.000 maravedíes alfonsinos que le había prestado6e. Dos años más tarde, en agosto
de 1208, la deuda seguía pendiente de pago y fue renegociadaio.
Ped¡o el Católico recuperó los castillos dados en prenda en I206, pero
cedió ahora a Pedro Fernández de Castro las ciudades de Zarugoza,
Calatayrd y Teruel. Lo que más nos interesa es la garantía ofrecida
por el rey si no cumplÍa lo acordado: los dÍez ricoshombres del Reino
de Aragón -GarcÍa Romeu, Jimeno Cornel, Miguel de Luesia, Artaldo
de Alagón, Loferrench de Luna, Blasco Romeu, Arnaldo de Alascún,
Ramón de Pueyo, Pedro Maza y Pedro Sesé- cumplirlan su servicio de
hueste en el castillo de Salvatierra, que está entre Calatrava (la Vieja)
y el puerto del Muradal (Sierra Morena), durante un tiempo de dos
meses si combatieran al norte de Sierra Morena (más acá defl Paso
.
:
(más allá de
del la Losa) y de tres meses si atravesaran Sierra Morena
Andalucía7r.
la Losa) y entraran en
Semejante acuerdo indica, primero, el compromiso de Pedro
el CatóIico con las órdenes militares, incluidas 1as castellanas, en
tanto que imprescindible apoyo de la monarquía en la guerra contra los músulmanes. Confirma, al mismo tiempo, lo que pensaban
los almohades de la fortaleza de Salvatierra en 1211: que era considerada una posición estratégica, vital para todos los cristianos hispanos,
inclüidos el rey de Aragón y sus barones?z. Esta idea puede plantearse
incluso aceptando que el deseo de implicar a los aragoneses en la
aylda militar a los calatravos fuera una exigencia de Pedro Fernández
de Castro, familiar de la Orden de Salvatierra desde 120473' El compromiso de Ia nobleza aragonesa con los calatravos, por teórico que
emendent
nostri Rich¡ homines AfaSonltm, statim toto hoc uobis Domno Ptetrol Fletandil et uestris
et
nísi hoc Íacetent uenian¡ tenere
et
elongamento,
excusatione
siie
alíqua
emendai
Iaciant
osiüce oñnes in saluam terrarn quam tenent fratei de satua ter'a' que es¡ inter calatrauam et
uel
porrttm del Murcdal, inÍra duos mense-; postquam s.iuednt s-i Íuerint citra Clusam' et si ul¡ra
ues mPnses'postquam sciue n¡. [...]Et nos prelati decem conuenimus [ ]sí hocÍacere
'ii ,r^púr" notlemus uil elánga,emus ¡acerc aut fie¡i non ¡aceremus et coltpleri .sicut superius
omnes
i¡"tui nt, ,en¡amu" "¡ne aliq;o interdictu uobis Domno P[etrol Fletrr¿ndi] tenere obstatíce
*rt u^ de s;lüaterru, infta duos menses postquam scircmus si Íueimus in alíquo
ln
"iproditr^
ioco
Litra ctusam, et si ¡uerimus ultra clusam ínfra tres m¿nses postquam sciuetimus' bona Fde tali
Áiao q"od d" pieaictó castro uel uilla nos non exeamus utta hora neque ¡le Castro nos elongemus
instanium sine uestra lícencía et uoluntate' q uod eodem die an ¡e solem positum in ipsuñ castruñ e¡
uillam non feuertamur et tamitiu ístü¿l ostu;ice uobis teneamus in p¡edicto loco, ¿lonec uos sitk bene
'fuetint infta
d,e toto suo¡a.ticto auere uestro ad uestram uoluntatem secundum bonunT intellectüm sine
*Ápt"o^us hoc ¡o¡um 2¡ hoc obstatice teneamüs nagktto et fratribus d2 saluaterra
t. .
ed'
intus- in Satuatetm, donec istud aueÍe totum sít eis paccatuñ et tra¿litum a¿l suum salu'um'
ALvtB, Pe¿|rc el Católico, II, n' 800 (zaragoza, l8 agosto 1208).
bamtis
'iii" ¡A"
66
6t
Ed. Al\\ra, Ped¡o el C,ató¿ic4 II, no 398 (agosto 1203).
Ibidem,n" s97 (lO feúero 1206).
Ibídeñ, rr. 620,622-624, 626, 16271 y 634 (mayo t206). Durante esre tiempo inrerüno en la creación
del Consulado de la ciudad de Lleidaiunro al catalán cuillem de Cerveñ,Ibí¿tem, no 63t lz7 mayo
r206).
El texto habla de 30.000 mazmudinas pagadas en Sevilla a trav¿s de mercaderes de Montpellier y
Narbona, y de 10-000 sueldos dados al rey en la persona del ricohombre a¡agonés pedro Sesé. A
cambio, Ped¡o Fernández recibió erl prenda Ariza, Embid, Fuenres de Jiloca, Huesa, Monta.lbán,
Camarena, las salinas de Calata,ud, Rueda, Epila, Escó y La Peña, ed. AL\Ír.^, pe¿lro el CatóL¡co,It,
no 616 (6 rüayo 1206). Otro documento regio de ese año alude a una parte de la deuda, en conc(ero,
2.900 mazmudinas prestadas en Seülla,I¿¿dem, no 647 (¿junio? I206).
El segundo documento habla de Ia entr€ga de 10.000 süeldos jaqueses a pedro Sesé, de
besantes de milla¡eses de plata dados al €scribano regio Bernardo en Seülla y de ot¡os
besantes d€ millareses de plára dados en Daroca, quando uenistk d.e Hyspania,
I¡ii8o de Aibar, ed. ALwR^, Pedro el Ca¡óli.o,1l, n" 800 (l8 aaosro t2O8).
8.000
2.000
al resporefi real
I
Dos años más tar¿le, Pedro el Cátólico se dirigirá al maestre y a los fe¡res de salvatiera en estos
tétñinos. ut alnore et gracia nostra et ut sempir uobis et domui uesne benefacerc rcneamur' Ibídem'
IIL n. 1.053 (13 junio 12Io).
una lectura
GoNzÁLEz, Alfonso w ,I, pp. 334-335 y 345. Desde la curia castellana podía hacers€
los g.unáes bu.ones araSoneses marcharan a combadr a salvatierra
áif"."rrt" át É"tu
Q,re
En
""u".do.
rr" injeiencia á una zo na de expañsió n qu e co rresp o ndia al rey d e castilla
poáiiu u"rs"
que Pedro
tenien¿lo eÁ cuenta su enemistad coi¡.lfonso ÚIt, no hay que descartar
;ste puñto, y"o-o
en
Femindez áe Castro albe¡gara malas intenciones implicando al rey de AraSón ya sus nobles
tierras manchegas. Pero ráo¡demos que Pedro el c;tólico y Alfonso \'III eran bu¿nos aliados'
pá. r. ó"" r"
militar de tropis foráneas en tenitori; castellaro puede exPlicarse desde
que
de ambos mo¡arcas. También tiene senrido desde la deliberada añbi8üedad
ia connivencia""',r"la"á
con el
il-á" c""i,l. a"-"siró durante los meses anterior€s a la fi¡alización de unas treguas
que Pedro
"l
caliiatoAlmohade que no renía intención d€ renovar (rid_ intr¿)- sirva también €l daro de
rli.ra.,¿ez ¿" casttá estaba el3 dejulio de 1208 en Cast la ¿onñrmando un docum€nio deAl[onso
Ylll llbidem,
I, p- 335)
.
155
Martín Alvlra Cabrer
fuera, también puede tener relación con la presencia confirmada de
barones aragoneses en Castilla en esos momentos. Concretamente,
los Anales Toledanos I info¡man de las muertes de Berenguer de
Ilntenza en mayo de 1208 y de García (de) Ortiz en julioia. El texto no
indica las causas de las muertes, pero tradicionalmente se ha dado
por buena la interpretación de Jerónimo de Zurita: "Haciéndose de
esto mención en memorias de aquel reino, según yo conjeturo, debieron ser muertos por los moros en la guerra que el rey de Castilla tenía
con miramomelin"?s. Si la conjetura del gran cronista aragonés es
cierta, desde luego no pudieron morir luchando con AlfonsoMII, qus
estaba en tregua con los almohades-.. aunque sÍ con los calatravos de
Salvatierra. Hipótesis nuevamente. El compromiso de los ricoshombres aragoneses con la Orden de Salvatie[a sugiere también otra cosa
asimismo ya apuntada: que los calatravos no respetaban las treguas
pactadas por Alfonso MIL La preüsión de futuras acciones cristianas
de larga duración -dos y tres meses-, de largo alcance -más allá de
Sierra Morena- y por parte de fue¡zas numerosas -freires calatravos
y huestes nobiliarias- hace pensar que la fortaleza de Salvatierra era
una base militar activa y que operaba o podía operar hacia 1208 al
margen del control del rey de Castilla.
Volüendo al rey de Aragón, las concesiones a las órdenes militares del Temple y el Hospital se repitieron en los últimos meses de
120876. El22 de noüembre, Pedro el Católico donó al catalán Guillem
de Cervera, uno de sus hombres de confianza, el lugar de Benifassá,
a unos 50 kilómetros al suroeste de Tortosa y en el lÍmite norte del
Levante andalusÍ (§arq al-Andalus), con la intención de impulsar su
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras..
repobiación. E1 monarca se comprometió expresamente a ayudar a
sl vasallo contra cunctos homines, qui in hoc uos unquam indebite
contrariare uel molestale aliquatenus atemptarenf1 ' Los templarios y los freires de Sant Jordi d'Alfama fueron favorecidos de nuevo
a mediados de febrero de 120978. El reforzamiento de la zonas fronterizas turolenses fue proseguido con la donación de los castillos y
las villas de Estercuel y Gargallo a otro vasallo, el zaragozano Miguel
SanchoTe. Dos semanas después, eI3 de abril, el rey Pedro concedió al
maestre de Alcañiz Martín Martínez, cabeza de la rama aragonesa de
la Oiden de Salvatierra, los castillos de Monroyo, Molinos y Ejulve, los
tres situados al sur de Alcañiz y en Ia misma frontera norte-noroeste
del futuro Reino deValencia, para que los repoblaran igualmente para
defensa de la cristiandad y contra la opresión de los paganosso. Al día
siguiente, el maestre calatravo le cedió los castillos turolenses de
Lledó y Arens (de Ltedó), que fueron entregados por el rey al obispo
Gombau de'lbrtosa para que los repoblara bajo protección regiaor.
Durante el verano de 1209, el inicio de la Cruzada Albigense
contra los vasallos y l<ls aliados ultrapirenaicos del rey de Aragón,
asf como el viaje de su hermana Constanza a Sicilia para contraer
matrimonio con Federico Staufen, centraron la atención del monarca
catalanoaragonés. A primeros de septiembre murió en Palermo su
hermano Alfonso II, conde de Provenza, de.iándole como tutor de su
heredero, el pequeño Ramón Berenguer V lo que le obligó a desplazarse a tierras provenzales a finales de año82' Por estas fechas, Pedro el
Católico ya tenía la mente puesta en la guerra contra los almohades,
pues le comunicó al papa Inocencio III sus intenciones y le pidió la
Ibidem,
Analcs Toledanos I,ed.PoRRES MARTíN-Cr]6T0, J. (1993) Toledo, Instituto Provincial de lnvesrigaciones
y Estudios Toledanos,Diputación Provincial, pp. 167-I68. Berenguer de Ertenza figura por última
vez €n la documentación regia el ll de abril de 12OA er.zara9oza (ed. C^NELL sLópqz, A. Colección
Diplomática del concejo de Zaragoza, 2 !ols., Zaragoza, Ayuntamiento, 1972-1975, I, n. 36 y ed.
ALvÉ}, Pedro el Católico,Il, n. 769); carcia de Orriz, el I de i,ulio llbidem, nn 792).
.vols-, ZaraBoza,
DE ZuRrrA, r. (1976-1977) Anales de la Corona de Aragón, ed,. Á. CANÉL!
^sLópEz,5
Institución "Femando el Cató1ico"-CSIC, lib. fI, cap.lü.
932 (22
no\ embre 1208).
Ibídeñ, ño 86a-a73 03,16,
79
pro [...] deÍensione christianitatts et paganorum oPpreseione, Ibidem, Ñ aqo (15 maIzo 1209)'
20 y 22
febrero 1209).
demuiro, etreydonó en feudo el ias-üllo ylaü[a de CalataEá (Lleida) alricohonbte araSonés
GarcíaRomeu, otro Írombre muy cercano, en recompensa Porsusbuenos servicios llDldem, n'883)'
mili¡arcs' p- 419iy RoDP.fGU€z_PIcavEA, ¿os monJ'es
Ibidsm, n" 887 13 ab 'l2og)', Av¡ll-,., L^t
ht zo
guefteros,p,l?8.
'rdenes
Alostemplarios(17septiembrey17noviembrc],j.Oü,ALvtR,PedroelCatólico,11,o,ao7yazTjy
8l
hospitalarios (9 y30 septiembre,
8r2,830 y 834.
Ed. ALvtR, Ped rc el Catór¿co, II, n" 889 (4 abril 1209) y 890 (13 abril 1209).
a2
Iü¡d¿m, III, n.948'949 y 981-985.
a los
156
n
78
I octubre,20
y 26 noviembre 1208), Iüider?, n.80s,809,810,
t57
Martfn Alvira Cabrer
concesión de los beneficios dc cruzada y que exhortara a otros reyes
cristianos a ayudarle0¡. La movilización del rey de Aragón volüó ¿
traducir,s-e en priülegios y donaciones a las órdenes del Temple y el
Hospitals4.
En Marrakech se debla estar al tanto de los preparativos mili_
tares de Pedro el Católico, pues el califa almohade al-Násir ordenó a
sus flotas del Magreb y al-Andalus, al mando del sayyid Abú-l:lJlá,
que atacaran las costas del bilád Barsalúna ("paÍs de Barcelona,). Esta
ofensiva marÍtima, la mayor y la más exitosa acometida nunca por los
almohades, se desarrollo hacia mayo-junio de l2I0 y debió tener una
finalidad tanto agresiva como seguramente preventivass.
4.
prendiendo el fL¡ego de la gLlerrá. Operaciones militares en las fronteras...
gerrella, aunque se desconoce en qué momentoss. Estando el ejército
acampado junto a Castielfabib, Pedro el Católico entregó al ricohombre aragonés Artaldo de Alagón el Castell de Cabres, situado junto a
Benifassá, in frontaria Morelldo. Los catalano-aragoneses permanecieron en Castielfabib hasta el 27 de agosto. El día 30, el rey Pedro
estaba de regreso en Teruel (véase Mapa l)'gr.
La documentación conservada nos permite reconstruir parcialmente el ejército que participó en esta campaña (véase Tabla 1).
Sabemosque afinales de agosto, junto aCastielfabib, el catalánGuillem
de Guárdia-lada prestó homenaje iunctis manibus al rey de Aragón
coram multis baronibus Curie uestre Aragonensibus et Catalani§z. Ett'
efecto, la alta nobleza aragonesa tuvo un papel destacado, empezando
La primera ofensiva reg¡a: la campaña del
Rincón de Ademuz (1210)
La primera gran ofensiva de un rey cristiano contra territorio
andalusÍ después de la batalla de Alarcos se inició a comienzos del
verano de 1210. El rey de Aragón concentró sus tropas en Teruel a
mediados de junio. El objetivo eran los castillos situados en lo que
luego se llamarÍa el Rincón de Ademuz, un enclave situado al suide
la f¡ontera turolense del Bajo Aragón. El 2l de junio, las tropas de
Pedro el Católico estaban asediando el castillo de Ademuz86. El I de
julio se puso sitio a la fortaleza de Castielfabib, cuya guarnición resistió la presión cristiana hasta el 24 de agostosT. Antes del día lg fue
tomado el castillo de El Cuervo88. Y también cayó el castillo llamado
por GarcÍa Romeu, alférez real y hombre de confianza del monarca,
quien vio recompensados sus buenos servicios con la donación legia
del castillo y el lugar de El Cuervos3. Entre los barones catalanes destacaron el senescal real Guillem Ramón de Montcada, Pere de Creixell
y Bernat de Portella. La campaña fue secundada por los obispos de
Zaragozay deTarazona, Ramón de Castrocol y García Frontín. El propio rey reconoció y recompensó la a¡rda prestada por la Olden del
Hospital en la toma de Castielfabibea. Al terminar la campaña, estaban
con él en Teruel algunas de las primeras autoridades hospitalarias,
sobre el emplazamiento d€l castilo de Serrella (llamado también Serriella, Sertella o Sorrella) y, en
gene¡al, sobre el Rincón de Ademuz y Moya en estos años, debe veise DE LEóN, G.y MoMB¡EDRo, L.
(1996) "Una cruzada, un noble y un castillo eIl la frontera de Moya', Moya: Estudíos y Documentos
I,
Cueoca, Diputación, (actualizado en 2001: lvww.a sta¡kos.com/Stextos/s€rella/index.htm
[consulta: 26104/2013]), pp. 2l-42, esp. 30 (mapa), 3I y37.
Ed. Grr^L, Prece¿lentes, rr" 47 y ed-
ALfir^,
Pe¿lro el
Católíco,lll,
i"
1.075
(in exercítu iuata Castellum
Habib,26 agosto Lzlo).
Ib¡dem,lll, D" 1.006 (mencionado en la carta de Inocencict Ilt al arzobispo
I210),
y An'rRÁ,
¿ai Naras, p.
66_
de Toledo,
Ed. AL\\A^, Pedrc el Ca¡ólico,lll, \. 1.O77 -1.O7 8- La primera noticia de esta camPaña se encuentra
en un privilegio ¡egio a fa orden del Temple: cepímus casüum de Deyñuz et C¿Lttelluñ Habib et
castellim quod. d.íc¡afi Lo Coruo et costetlum qltod. dicitur Serrela llbíd¿m, no I.082, 19 septiembre
l21O). El relaio de los hechos en G!^L, Prece¿lentes, pP.2OA'212t también CARÜaNA GóMEZ DE
BA¡.REDA, J. (1956) Hístoría de la Prouincia de krüel, 'ter'uel, Instituto de Estudios Turolenses,
t6 febrero
Vid. in[ra.
Alos templarios
(8 y 26 febrero,26 marzo,6 y 7 ab rit), ed. Aluira, pedro et Caról¡to, III, no 1.004, 1.014,
1.023 y 1.031-1.032;y a Ios hospitalarios (26 feb rcrc y t3 abrit), Ibidem, n. L0t3 y 1.036.
fBN'IDiRi, p.258; Hurcr, "Estudio'l p.2I; Hurcr, Grandes bataltas, p.228., Htrtct, Hístoria polltica"lT,
Batala, p. 63.
p. 414; y RosADo y LópE z P^\.Er., La
86
87
88
r58
Ed. ALvtM, Pedro el Católi¿o, III, n. r.059-L060 (Ademuz,
Ibidem, n" 1.06A y
Iü¡?¿m, n"
LO7 r -\.O7 4.
l.o7I (castielfabib, la agosto l2l0).
2l junio r2ro).
pp.50-51;UBtEro,Ilirtoria,pp.2a5-2a6',yre\.A1"\1a,PedroelCat'lico,lll,r't"1.o5?.
92
Ed. LL\.ÍR , Pedro el Cató¿i¿o, ItI, n. 1.078 (Teruel, 30 agosto 1210).
93
Ibi¿Leñ, n"
94
Ibidem, r 1.074 (Cas\ielfabib, 26 agosto r2r0)iy ed. DELAVILLE LE Rout'x,1. Oa94'19o6) Cattulaire
général dE I'O re des Hospitatiers ¿e Saint-Jean de lerLLtalem, 4 vols.,Parls, II, n' L356 y ed' ALVIR^.
Pebo elCatóLíco,III,a" I.080 (Teruel, 6 septiembre l2I0).
l.o7l (Castielfabib, rg agosto
1210).
159
Martín Alvira Cabrer
entre ellas el gran prior en España Jimeno de Lavata, aunque durante
las operaciones sólo consta el nombre de MartÍn de Andués, maestre
de Amposta. La Orden del Temple se implicó mucho máse5. El día que
cayó Castieifabib acompañaban al monarca el maestre en Provenza
y las partes de España, Pere de Montagut, y los comendadores de
Monzón, Miravet y Gardeny. Pedro el Católico recompensó la ayuda
de los templarios con la donación de la ciudad de Tortosa, el castillo y
la ülla de Ascó y otras prebendase6. Las milicias de Calatayud yTeruel
también debieron contribuir a la campaña regiaeT.
Sabemos que antes de comenzar la ofensiva del Rincón de
Ademuz, en Te¡uel había varios personajes importantes de origen
castellano: el maestre de Santiago, el maestre de Salvatierra y varios
barones y caballeros. Quedémonos por ahora con los santiaguistas
y con su maestre Fernando González (de Marañón). El 13 de junio
recibieron del rey de Aragón el castillo y la villa de Montalbán, localidad turolense que había caído poco antes en manos musulmanas y
que sería desde entonces Ia sede conventual de la Orden de Santiago
en la Corona de Aragóne8- El documento de 1210 no alude a una conquista por las armas, pero una noticia recogida en el siglo XVI por el
cronista Francisco de Rades nos ofrece una ve¡sión de lo ocurrido.
Aprovechando la campaña de Pedro el Católico contra el Rincón
de Ademuz, el maestre de Santiago Fernando González partió dc
Uciés con sus caballeros y otra gente de sueldo, penetró en territorio andalusí por la parte de Albarracln, haziendo guerra a fuego y a
sangre, y conquistó los castillos turolenses de laualoyas (Iabaloyas),
Villarqueada (Villarquemado) y Fortaner (Fortanete)ee. Dice Rades
95
96
GtJ^r- Prcced.entes, p.
2\t
.
Ed.ALv1B,PedroelCató¡ico,III,n.1.082(19septiembre),1.087(23octubre),r.091
I.095 (I7 noüembre
(4
noüembrel y
l2l0).
Ibidem,
io
1.O55
('lertel, l3 junio I2I0). Sobre Montalbán, S,ftNz
unieron luego al ejército del rey de Aragón para sitiar
iuntos el casrillo de Montalbán. A los pocos días, eI monarca tuvo que
'abandonar el asedio para repeler una gran incursión musrllmana en
territorio aragonés. Este dato es especialmente importante, ya que se
trata de la única noticia conocida sobre una respuesta militar all¡lohade a la ofensiva catalano-aragonesa del verano de 1210.'[ras la r¡archa del rey, el maestre de Santiago y sus freires continuaron el sil¡o
y
en solitario hasta que tomaron eI castillo de Montalbán por fuerq:a
oue los freires se
cornbateroo (véase MaPa 1).
EI interesante relato de Rades, fuente muchas veces improscindible, aunque no siempre fiable, presenta algunos problemasror'
Los documentos conservados no hablan de una acción militar c¡r
Montalbán, ni de una participación dei rey en tal acción' La donación de Pedro el Católico es de mediados de junio, por lo que cabe
pensar que los santiaguistas realizaran su cabalgada antes del inicio
ie ta ofánsiva regia, aunque tampoco hay constancia de la presendel
cia de freires casúllanos en eI ejército del rey de Aragón después
(13
junio-z4
Ia
ofensiva
(véase
duró
Tabla l). Mientras
13 de junio
agosto), el monarca pudo haberse desplazado a Montalbán para apo(a unos 120
yár a los santiaguistas, especialmente desde Castielfabib
iilómetros) y durante el hueco documental que va del I de julio al 18
de agosto. Pero que Pedro eI Católico abandonara a sus tropas y su
objeiivo principal para marchar al norte vuelve a ser mera hipótesis'
que
Lo que sí puede deducirse del relato de Rades es algo importante
yu upr.tt6 Jerónimo de Zurita en el siglo XVI y luego sugirió Miguel
el )O(: la ofensiva del rey de Aragón en 1210 no se dirigió
brui
".,
loo k¡oes, Chronica ¡le sanct¡ago, fols.23v-24r. sobre este episo¿lio, S'tNz DE LA M^z^' Ld onlen
'le
v.Documan¡oi /' cr¡enca'
¡;;;t;;', pp it-:z; Mor"-,"o*o, L., "Mova en tzto", uov"' Estudios
(dice
que
crE
el
macslre
pp
4l
I
mititares,
oif,rt"""iiá, rsss, pp. 13-20, esP. 14-15; AYAL, ¿as ódenes
peiro r¡ias]y¿ls; y Roonfcu¡i_Plcevrjr, tros m onjes gueÍeros, pp' 17 4 y I78 (dice quo elmocstrc era
Pedro Arias).
Teruel fue la base de partida de la campaña y hay constancia del enfranquecimiento regio de los
homb¡es de Calatalud, Ibídem, ñ" 1.O73 (CastielÍabib, in captíone,24 agosto l2l0).
98
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones mil¡tares en las fronteras
DE r-a M
^z^,
La Orden
de Santiago.
Sobre este último casrillo, QuERoL MoNrERDE,l.V (1210) "Fortanete. Noticia histórica del año
Ontejas. Asoc¡ación Cultural de Fortr¿nete,22, pp. L-siy uid. supr&
l2I0'l
lol
(1958) "Thc order of
Los problemas de la obra ¿le BrDEs han sido señalados Por LoM'1x, -D w"Marlfn Pórez
y
r7j
O'CaLLAGHAN'
14
esp
I0,
3-37'
Hkpania,To,pp.
ri"g.
o
fLeori',
S"nti^go u;a ,h"
de Radcs
á"-ii.i"y, p. tost v^i.tn, "s"l'",i"'i¿, p. á:Á, v,'"ou." toat, m'o', tr w "La obra histórica
erl'
tres ódenes de sanría+o' calatraÜav Alcántara'
v,q"ai"a";i" n"". r,x L:.f,eol cr¿ní"i ti"
lacs. Barcelona, ElAlbir. pP. v xi, esP. ü' vii, ü y x
ti
*
l6l
r
MartÍn Alvira Cabrer
exclusivamente contra ei Rincón de Ademuz, sino que se llevó a cab6
de forma simultánea en varios frentesro2. Volveremos después a est¿
idea.
La campaña catalano-aragonesa del Rincón de Ademuz no proporcionó unas conquistas territoriales espectaculares y alguna posición expuesta, como Serrella, se perdió prontoro3. Lo más trascendente
fue¡on sus consecuencias. Representantes de las poblaciones andalu_
síes levantinas acudieron enseguida al califa almohade al-Násir para
exponerle los daños que causaba el enemigo barcelonés en su paÍsr04.
La preocupación en Marrakech debía ser grande y proporcionalmente
inversa a la aparente confianza, a todas luces excesiva, de los cristianos. El 6 de septiembre, nada más regresar de1 sitio de Castielfabib, el
rey de Aragón y la Orden del Hospital ya estaban pensando en con_
vertir en iglesias las mezquitas de la localidad valenciana de Burriana,
quamd.ocumque Deus dederit eam ín rnanibus christianorurn\os. En
deñnitiva, ios ataques y las intenciones del rey de Aragón obligaron al
Califato Almohade a dar una respuesta contundente a sus enemigos
cristianos, más aún cuando las malas noticias llegaban también de las
fronte¡as con el Reino de Castilla.
5.
Alfonso Vlll de Castilla y la ruptura de las
treguas: la repoblación de Moya
ZuRrrA habla de la frontera en ¡a que elrey estaba con el mayor cueryo de su ejérciro,lo que indica
que había otros contingenres operando (ánar¿s,lib.II, cap.60). para crral,las operacionespudieron
afectar "a la indecisa ftortera Cantavieia-Miravete-Teruel" y abarcar buena parte del año
1210,
Pues el rey concedió el castillo de Camarena a Pedro d€ pomar el 5 de ab l (precedentes, p.2Og).
La donación del castillo de El Cuervo el 18 de agosro, cuando aún Castielfabib estaba bajo;sedio,
demuesüa que había eE ma¡cha varias operaCiones simultáneas (At"\¡rR , pedro el Catótico,l[,
n.I.07t).
LEóN y MoMBTEDRo, "Una cruzada", p. 28. Sobre la fragilidad de las posiciones cristianas del Balo
AraEón en estos años, c ARGALLC, El Concejo de Teruel,t, pp_ 224,226 y 230-231.
IBN'IDÁRí, p. 260; Hurcr, "Estudio'l p.
I, pp. 983-984.
2l; cuAr., precerlentes, p.2tO, n. t7gi y
Ed. ALvtB^, Pedro el Cató¿ica III, no r-081 (Teruel, 6 sepliembre I2lO).
GoNzALÉ¿,
At¡onsoW
,
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones lnilitares en las tronteras
Aunque más tarde que su aliado Pedro el Católico, parece que
desde I209-hacia una no
los movimientos de Alfonso VIII apuntaban
Almohade106' A priel
Califato
iánovación de las treguas pactadas con
los términos del
meros del mes de enero, eI monarca castellano fijó
de Castilla,
éoncejo de Béjar,localidad situada en el extremo sudoeste
localidad
de
esta
repoblación
La
y
Plasenciato?.
átr" Árritu, Talavera
quizá
y
más
los
almohades
apuntalabá las fronteras castellanas con
los
musulmacln León, reino ¡ival y varias veces bien avenido con
de
nes. En 10 que parece una respuesta a la iniciativa repobladora
Castilla
invadieron
leoneses
de
seis
concejos
milicias
Atfonso VIiI, las
en el mes de marzoro8. Al final, las tensiones se resolvieron gracias al
junio de
acuerdo firmado con eI rey Alfonso IX en los últimos días de
julio, Alfonso \IIII
1209r0e. Unas semanas más tarde, a mediados de
(Guillelmum,
magis'
de
armas
fabricante
hizo una concesión a un
una
acción
de
preparativos
to yelmorum), quizá pensando en los
ofensivallo.
En los primeros meses de 1210, el rey favoreció a algunas
que
órdenes militáres, en especial a los calatravos de Salvatierra, lo
vendría a confirmar que estaba pensando en la guerralrl' El Papado
contribuyó notablemente aI inicio de las hostilidadesr12' En respuesta
meses atrás'
a las petitiones del rey de Aragón Pedro el Católico unos
Inocéncio III ordenó en febrero de 1210 al arzobispo deToledo y a sus
sufragáneos que animaran a Alfonso \IIII a mover Ia guerra contra los
,n,r.r1-ur". p.o Christi nomine tam pium propositum emulandoEn
previsión de que no lo conseguirían ypara presionar-al rey de Castilla'
el papa autorizó a los castellanos a luchar contra los sarracenos aI
mánáo del rey de Aragón, concediéndoles además la remisión de 1os
Loo
GoNú*z,,tlfonso WIL
Lo7 lbídem,
pp.ll2
I, PP. 982-983.
y ga2, y UI,
n'
834; RosADo y LóPÉZPA.IEP., La Batalla,
Laa Anales Totedanos I,
Pp. 169-170i HuIcI, "Estudio",
P.
2I; y GoNárEz,
P 62'
AwnsowII'l' P 738-743'
r09 coNz(tEz, Ab¡tsowII,I, pp.98l-982 y III, n'845 (27junio 1209)'
rr0 lbidem,f,p.gazylll, n" 846 (r5 iulio 1209).
rrr GoxzhL';z, AWnsowII,I, p.982 y II1, r" 859 (19 enerc: Montegaudio
o Monfragüe)'
86I (25 febrcro:
Salvatierra) y 862 (l0marzo: Sahatierra).
rr2
Swrru, Innocent IIL pp. 89-92; y sMrrlr, "Th e Papacy", P. 17l '
163
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las lronteras
Martín Alvira Cabrcr
se encuentra muy
efectiva se produjera a 1o largo del año I210117. Moya
para no pensar
cerca del Rincón de Ademuz. Demasiado cerca como
de Castilla y
los
reyes
de
coordinada
de
una
estrategia
en la existencia
oriende
las
fronteras
concreta
Aragón para presionar sobre esa zona
pecadosl13. FJ permiso
pontificio suponía una intromisión en la polÍ*y de Castilla y una amenaza- dire"ta a tu ,oluntai"¿g'
I:.1:,:¡*: de
9, conservarlas treguas con el Califato Atmohade,
AlfonsoVIII
tregu;;
que difícilmente podrían mantenerse ügentes si los castellanos
üe i¿
archjdiócesis
Toledo podían entrar;n guerra con los musulr¡4_de
nesrra. El rey de Castilla buscaba la ruptura, pero parecía tener
dudas
o,esperar el momento oportuno, por lo que prefirió apurar al máximo
el perÍodo de treguas. Así pues, .ro pare"e qr" Alfonso VfU toÁara
parte en ninguna acción milita¡ durante los años 1209 y l2lgus.
¡o
que sí pudo hacer es dejar que otros le prepararan el terráno.
Según las crónicas castellano-leonesas, la guerra entre el Reino
de Castilla y el Califato Almohade estalló a causa ae la repoblación
ae
Moya-. Esta localidad conquense se situaba, en palabras-de Lucas
de
T\ty, ín confinio barbarorum, concretamente en las f¡onteras castellanas con los territorios valencianos del Sarq al-Andalzsrru. I,a repo_
blació.n.tuvo lug¿r siendo juez de Cuenca éarcía pérez, por lo
iue
pudo iniciarse a finales de 1209, aunque es probable que la ocupación
'huctotitate.nostra in rcmissionem e¡s peccaminum iniungen¡es, ut dicto regí ad. promouendum
tan¡um Deí seruí¡ium consitium e¡ auxirium opponunuÁ i^p""a."r,
,!.1,,::
^oia"iiÁ apostot¡cum
ius executione_monstritis quam sinceii sttis
ntoa,o",
_,!^1,:*::: 1*o .ín _e
iiiin*
eo. MANS¡rLA, rrofenc¡o IIL no 415 r16 fchrero 12l0); también
"n,¡r¡o"i
coNz,{I_Ez,
Atfonsowll,l, pp(dara lzog); y sMtTH,Innocent III,;.91.
1t4
gatgai
,
I
talei de al-Andalus (véase Mapa l)I18' Luis Mombiedro planteó de
"la toma
forma verosÍmil el desarrollo de los hechos: es posible que
o
militares
las
órdenes
de
iniciativa
fuese
una
moyano
del territorio
l2l0'
Una
de
aragonesa
de su gente de sueldo durante la campaña
conquista partiendo del frente abierto en la zona de Ademuz, limítrofe con Moya; hecha por vasallos castellanos (caballeros de Uclés
v Salvatierra, voluntarios de f¡ontera) y ofrecida al rey [de Castilla],
qrl" Ia u"eptu y ordena la población, quizás a finales det verano de
üto, d".rt.o atin deJ año X-1209/10, en coincidencia con la campaña
d
de Pedro II en esa zona, que duró unos dos meses en el verano
12I0,rre.
Los documentos de la cancillerla catalano-aragonesa permlten matizar esta atinada interpretación y plantear algunas hipótesis
en relación con Ia primera ocupación de Moya y con otras operaciones militares cristianas desarrolladas en el verano de 1210' Se conservan, en concreto, tres cartas dadas el 13 de junio en Teruel, lugai
de concentración del ejército del rey de Aragón en I'lsperas de la
rl?
pp. 15-16. Este autor ve detrás de la autorización ponrificia la mano del
:::11"L:.-11I.i:d"
Tldriso rjménez_de Rada, p."""nte e" noma ",, ros piÁ"-ioJ,i"""" a" rzro,
en-con venc,a con elpapado,
las órdenes militares y e¡ rey de Aragón. Á
podrfa
* i,"'i"Li
ilico,r.
lrs
y Le6n1
p.532.
ñii;» v'üí.*o,,,c."n"
r¡onre
za en ta Edad Medi¿],, Mova: Estudíosy Documentos
I, cüex\ca, Diputación, pp. 43_5I,
esp.
ft;;i;;;;;ii;;.:*"c"."sa,
l
)
L:^?::_?.8-::v:.Clyont|on ¡nundí. ed. E. Falqu€, TLrnhout, Brep ots, 2oo3 (corpues
christíanoruñ.
i'^::.':y:"? M:**!!t 74l. lib rv cap 87; v ÁLvAREz,Y y LópE; REeuENA, t. Góeo "Moya: una vilrá
43-45
una posible
Como sugieren MoMBIBDRo, "Moya', P. 14; y GARcfa FITZ, ¿as Nauas-, p l40 sin oMdar
tiempo. de Alfonso ll, por el control de esas zonas
ousna dá ambos monarcas, iniciada ya
"n
Pow*s E "Fro;tier competition and Lesar
óieaii"ity' a c.sdian-eragonese Case Stuáy Based on Twelfth-Century MuniciPal Milita¡v Law"'
la
spi"it"in, sz (1977), pp. ;65-487; v RoDniáUrz-P¡c¡r+,r M¡¡r-u, E (1993) "Pecutiaridades de
tiont".u casteuuoo-a.ilonesa en ei siSlo I", Ciencias human$ v sociedad' La ..Fundación oríof
utquíjo (1953-lgg3),M;drid, Fundació; "losé Luis de Oriol '-"catalina de urquijo"'pP 235-246'€sP'
i;""il;;;i"
GoNzar,Ez, AIfonsoWII,l, pp. 986-987; MoMB¡EDRo, ,.Moya,, pp.
lZ_1g (.,Nada, además, hace suponer
que Alfonso atacase a los atrnohades antes de
á" áÉ.'it o *"yo á"
la,*ri"
l de octübre d€ 1209 y el30 de septiembre de 1210, GoNz'{tEz,l (1982) "Repoblaciór
Anuarío de Estüdios Medievales,12' pP.183_204, €sp l95, y MoMBrlDRo'
de
Cuenca',
lá
tierra
d€
p 982' Sotre la
Iufoy";, pp. rz-zo. ¡f .uy concedió tuero a Moya en 1210, GoNárE¿ áIfonso 1'4I¿ l,
Fue juez eotre el
y CERDI
fechá ¿iestos hecfros, MoNDÉIAR, MARQUÉS D; (IBr(Ñ'Ez DE SBGoVIA PERA!'rA Y MENDoza' G')
octaÜo de su
Ozazl u" or¡^ histódcas de la u¡da y acc¡ones del rey eton Alonso el Noble'
nimtr", imaría, Lrlpr. A. de Sancha, p.289 (p;nc l2I0); GoNáLEz Repoblación,l'p pp 25a-26oy
62 11270);
g82 (1210j; RosADo y LóPEZ P^\ER' La BataÁa'
lt2oÁ,t ¿oNzít¡a, A¡fonso W ,l, P.
G^Ficí^Ftrz, Las Navas, p. ra0 (12I0).
MoMB¡EDRo, "Moya",
Toledano
aludir
ra-carra oel carúa.almohade de t2t L cuando dice que los
imames d¿ Ios infieles [...] recibieron de
r(oma 1...1 un embaiador. mandándole. I'nirse, alguno de elos quitó
de -pááái,-íiti"
sus cuelloi Iá que quedaba
de-esüpuraciones atmohades (ca¡ta det catiÍa ¿:,v,¿u.,
, p. ,s. via.
ínfra
'
119
Mourreono, "Moya", p.
19.
165
Martin Alvira Cabrer
campaña del Rincón de Ademuz (véase Tabla 1)r'u. En ellas encontramos primero al maestre de Santiago Fernand o González, al que ya
ümos recibir la donación de Montalbán, conquistada por las armas
en colaboración con Pedro el Católico, según el relato de Rades. Los
santiaguistas no lr¡elven a aparecer en la documentación regia emitida durante la campaña catalano-aragonesa de 1210, por lo que no
parece que acompañaran al ejército de Pedro el Católico. Tampoco
está claro que interünieran en la primera ocupación de Moya. l¿
Orden de Santiago poseÍa en 1215 unas casas en la ülla, pero donadas
por Pedro Fernández, luego merino mayor del rey de Castilla, quien
sí participó junto al caballero Pedro Vidas (de Atienza), algunos riojanos (Pedro García y Fortún) y otros castellanos en la repoblación de
Moyar2t.
En Teruel también encontramos al maestre de Salvatierra
Rodrigo Díaz (Ruy Diaz de Yanguas). Actuó como testigo en la donación de Montalbán a los santiaguistas y como participante en un
nuevo acuerdo del rey de Aragón con Pedro Fernández de Castro el
Castellanol22. El problema seguÍa siendo la deuda contraída por el
monarca en 1206 y renegociada en I2081'?3. Ahora se volüeron a negociar las condiciones: en lugar de las ciudades de Zaragoza, Teruel y
Calatayrrd, Pedro Fernández tendrÍa en prenda los castillos de Rueda,
Fuentes de Calatayrd, Someto y Embid. La Orden de Salvatierra se
haría cargo de la custodia de estos lugares y recibiría dinero del rey
r2o Ed. Awtr.¡,
Pedro el Católico,lll, n" 1.O53,L 055 y 1.056 (Teruel,
13
junio 1210).
I2r AlfonsoVIII
donó Abengámar y confirmó sus bienes a Pedro Ferná ndez pro muhís et gratis obsequis
quae mihi diu ethibuistis [...l ín populatione de Moya, GoNzALEz, Auonso v1.I1, I, p. 982 y IIL no 878
(25 junio 12I l); también GoNztEz, "Repoblación", p. 195. En 12I5, Alfonso l¡lll dio a la Orden de
Santiago "mis casas y alcázar de Moya a cambio de olras casas entregadas a los fteires por Pedro
Fernández", ed- GoN?,tEz, Alfonso WIl,lll, n" 984 (18 junio I215). Sobre esta cuestión, GoNzÁLEz,
las lronteras"
cle la gtrerra Operaciones r¡ilitares en
prendiendo el fuego
rü':]ff
*:
'JdHl+"ü.{'""":.T:ti:}":;i."l:i:i{,tx:'iliffi
(en salvatierra)' una de las
lflr'ffiililp,"tt"tr"t
ul*-,¿a
militar
f,rildit#l:',u¿:íu|;,le:*::.T:ii:13,11";'lL'1",1'x:
la guerra con los
de ademuz. AI mismo tiempo,
llrO"i.*.1'*,rcán uuto"'"¿u
almohades había sldo
por el papa y.Pul"t: lógico que los
del comprorey^ de Aragón el cumplimiento
pencalatravos exigieran at
estaban
rue así' Js que los- calatravos
miso adquirido Y si esto
en l2I0 desde Ia fortaleza de Salvatierra'
I;;;;;tp"*t
Los calatravos' aI igual
Otra idea que abunda en esta hipótesis'
durante
de li documentación regia
or" rrI.u"iig"istas, desapaiecen 1210' lo que sugiere que tampoco
de
i'"".""áp"nu "á,"lano-aragonesa
el Católico' ¿Participaron entonPedro
i.r."r'.," o"t" del eiérciio de
darse
fuoyuip""t tampoco está claro Suele
ces en la ocupación a"
norsentadoapartirdeut'oot*t'.,-'*toderztzporelqueAlfonsoVlll
de unas casas' dos huerlos
brden la posesión en Moya
Ln et misÁo caso: los freires iecibieron
y un maiuelo, p"'o
"ttu'not
en la primera repoblación' en
q'" tí
Lstos bienes de alguien
"tt"o rnat úi"tt' q'" lulio González
pát"""'
este caso García de eg"itu'1;
"en Moya pronto- entraron las Órdenes
tenía razón al decir que
p"'o q"i'áÍ" a"sde el principio Y si los calaMilitares"r'z6. Pronto sÍ,
rz io ton tuy de Aragón ni estaban
travos no estaba.
"r
a los musulmanes
"., "t ""'ut'l-á"
to-batiendo
an Mova. cabe Densar que
"t*ti"tut
*át s,,' d"sá" su fortaleza de Salvatierra'
i""ttt-ái"
-r.ñá
"r
realizada por vasallos
La ocupación de Moya en I2I0 fue de los documentos
los testigos
de Alfonso VIII' Pues bien" entre
Re po b lac ió n, I, p p. 25A -260.
122 Ed. ALvts¡,
t23
Pett¡o eI
Catótíco,lll, no-t.O53y r.055 (r3 ¡un¡o Izroj.
vid- supra.Lacarr.ad€l acu€rdo de r2l0 no se conserva, pero se menciona en la dada a los calatravos
(§ecundum ¡ormam ínsü men¡i íntet nos et ípsum ¡acti... prout ín hac carta et ín alia contine¡ur...
cum carta qua modo ei ¡ecistis in Turolio,Ibidem, n, L053). Debió escribirse en estos días de junio
de l2I0 En 1224, el pa8o de la deuda fue renegociado de nuevo por el rey Iaime I, hijo de Pedro el
C¿rólico, Alvaro Parez, hilo de Pedro Fernáodez de Castro, y el maestre de la Orden de Calatra\a
García lbáñez, ed. Hutcr MTRAND^, A. y C^BANES PEcouRr Iú. D. ,ocrm entos de laíme I de Arogó .
Vol. f: 1216-l2j6,Yztencia, Anubar, 1976 (Iextos Medieval€s, 49), n" 57 lzaragoza.16 )]J¡io 1224).
;,*r^rrr",^'fisÜundesaluarc¡raetomnesfrut¡Ps'uest^l::'f:::i:::
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ostatico qtttous
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absot de hominiatito e¡ li'tancia e¡
llbidem' o'
'\25
I .o53) '
Ea.ü'n,tttz.tt¡o,:,f,.'ll:t-'.,llll'j'Ji:lilil;,?:i'il'ílíf
196 t'a partrctpa
"Repoblación',
P
iJi'Í;l,i#i.f.,),lll':i
P.229.
126 GotzÁtzz, Repohlación l' p-254
I67
166
Martín Alv¡ra Cabrer
catalano-aragoneses dados en Teruel el 13 de junio hay varios nor¡bres castellanos. El primero es Pedro Fernández (de Castro), mencionado en los citados acue¡dos con el rey y los calatlavosl2T. Su relación
con el rey de Aragón se había üsto condicionada desde finales de
1209 por la pugna por el condado de Urgell entre la condesa üuda
Elvira Núñez de Lara y el üzconde Guerau de Cabrerar2s. La condesa
buscó enseguida el apoyo de Pedro el Católico. El vizconde, casado
con Elo Pérez de Castro, hija de Pedro Fernández, acabarfa recibiendo la ayuda de su suegrol2s. En junio de 1210, sin embargo, el
Castellano, su familia y sus bienes recibieron la protección expresa
del rey de Aragón, por lo que las relaciones no podían ser malas en
estos momentosr30. Los acuerdos de Pedro Fernández con el monarca
tienen que ver con las deudas impagadas y quizá, corno suge¡Íamos,
con las necesidades militares de los calatravos. Pero, sea como fuere,
no parece tampoco que el Castellano fuera uno de 1os participantes
en la repoblación de Moya.
EI nombre de Petrus Ferrandi está también entre los testigos de
la carta de donación de Montalbán a la Orden de Santiagor3l. La primera impresión es que se trata del mismo Pedro Fernández de Castro.
Con todo, el hecho de aparecer junto a un hombre muy cercano al
rey Alfonso \IIII de Castilla, Alfonso Téllez, induce a pensar que fuera
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en ¡as fronteras.
.
de Moyar3'z. Y podría ser asimismo Pedro Fernández d.e Lzagra o de
Albarracín, muy ünculado a la Orden de Santiago y al que se ha atribuido una colaboración con Alfonso VIII en el impulso a la repoblación de Moya133. Recuérdese que el relato de Rades sobre la conquista
de Montalbán menciona expresamente la entrada de los santiaguistas
en tierra de moros por el señorÍo de Albarracín'3u. Sabemos, además,
que en I211 Pedro Fernández de Azagra estaba con Alfonso TéIlez
cuando se comprometió a entregar su señorÍo a la Orden de Santiago
en cumplimiento del testamento de su padrer35.
Vayamos justamente con Alfonso Téllez (de Meneses), testigo
en, aI menos, dos de los tres documentos dados en Teruel el 13 de
junio de 1210. Este noble castellano participó activamente en la lucha
contra los musulmanes y sería considerado porAlfonsoMII, en 1213,
como dilecti et.fideli uassallo meor36. En las cartas de Pedro el Católico,
su nombre aparece junto a ios de la nobleza aragonesal3T. Y es muy
significativo que, sólo dos meses después de estar en Teruel, fuera
recompensado por Alfonso VIII pro nxultis et gratis seruiciís que mihi
diu et fideliter exhíbuistis et cotidie exhibere non cessatist3s. Alfonso
Téllez también desaparece de la documentación catalano-aragonesa
después del 13 de junio. Tampoco tenemos constancia de su participación en la ocupación de Moya, aunque sí se sabe que en 1225 estuvo
el Pedro Fernández, merino mayor, que participó en Ia repoblación
127
Aparece en otros documentos regios de 1208, en los primeros iunto a sus pa¡ientes Ah,?ro y carcia
GutiérrezdeCastro,yenunode1209,ed.ALvra,PedroelCatóIíco,lI,no80I(Ejea,2?agosto),80I
bis (Ejea, 28 agosto), 804 (Zaraqoz , 4 septíen\bre), 8r4 (Huesca, 2 octubre 1208) y 872 (Lleida,
febrero 1209)-
Se
menciona
abadesa de Casbas, Ibi¿¿m,
a
20
un baile suyo, Pedro Arnaldo, en el testamento de Catalana, antigua
no 953 {Peralta, septiembre 1209).
III,
r28 Elconile
Ermengollrllf falleció antes del3l de octubre de 1209.
I2s
La cuestión del condado de Ury€ll se trata en DoMrNGo, D. (2007) A la recerca d'Aurcmbiaia
d'úgett,
Lleida, Universitat de Lleida,Institut d'Estudis llerdencs, (El Comtat d'Urgell, 6), esp. pp. 45-50
(aunque sin rnerción a las cartas del 13 de junio de 1210). INÉs C^LDERóN ha anunciado un estudio
sobr€ Pedro Fernií¡dez de Castro y la compleja cuestión urgelitana ("Cum magnatibus', p. 186,
n.70).
L3o
Preterea recipímus sub nostra eñparantia et protectíone et du¿atu Pletrum] Ferrandi et fílium suuñ
et parentes et homines suos et totum auere suum et omnes res sua.s mobiles et ímmobiles per totam
terram nostram, et ma.ndamus frrmíter uobís ñagístrc et fratribus supradictis ut lecipia¡is eos cum
aueris suís ín pred.icti: casúis et teneatis eos ibi saluos et securos et suum auere, ed. ALvtRA, Pedru el
Católíco, III, Do I .053.
I31 .,.,
168
132 víd. supra e infra No es, en ningún caso, el ma€stre de santiago. Rutzcó§182, Los orígenes, p.229,
n.41.
r3x l«vrz Gówez, Los orígenes, p.22g.
134
R*,¡s, Ch¡oníca de sanctiago, fol.23\r.
r35 Ed. Anmcno, M. ¡I¡s roría de ALbarracín y su sierr¿,3 vols., Te¡uel,Instituto de Estudios Turolenses,
I959,III, n 32 (Cedilo, l2ll) ypp. r47-ls7; y GoNzíiLEz, AlfonsowII,l, pp.316-317 v 876-s?7.
136
Era hij o de telo férez, fami¡iar del rey Alfonso \aIII y muy cercano a las órdeÍes miiitares En febrero
de 1209 recibió d€l rey la ülla de Montalbán, en Toledo (GoNzáLEz, á¿lo"so yII, IfI, n' 837) Tuvo
una destacada participación junto a su hermano Suero €n labatalla de Las Navas deTolosa, siendo
recompensado por eliey, Ibidem, I, pp. 349-352 y III, n' 907; V,{RA THoRBEC(, C. (1999) E¿ ¿rn¿§ de
Laq ¡¡áuas,laén,V¡iver"iaua a" fue", !p. ror -r Oi teed f2ol2l Las Navas deTolosa,1212. La batalla
que dec¡¿lió ta Reconq ísr4 Barcelona, Edhasa, pp. 90_91); y ALvIsA, ¿¿§Nauds, pp.240y313'
137
12.. col.1 Alfonsus Te i. Garssicts Romeí. Artallus de Aüryona Ptetrusl Sesse- F rtuníus valerii G\'
I.053); y t2'. col.l P¿rrus Ferrandí. A\Íonsus Tellís. Garssias Romerí.Artallus de AlaSon lno 1'Oss)'
t38 GoNzÁtzz, AlfunsoWII,III, n'871 (Burgos, I septiembre t2I0).
r69
Martín Alvira Cabrer
prencliendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras
'
impulsando la repoblación de la zona junto a los santiaguistasr3s. ¡¡
el verano de 1210, pudo haber estado con éstos en la conquista ¿s
Montalbán, con los calatravos en Salvatierra o en la ocupación castellana de Moya.
Álvaro Gutiérrez de Castrola3. La conexión de Diego Fernández con
los Castro y con el condado de Urgell inüta a pensar en un posible
nariente desconocido de Fernando Ponce de Cabre¡a el Mayor (m. c.
i t71) o de su hermano homónimo llamado el Menor (m. c' 1200)raa.
En el acuerdo entre los calatravos y Pedro el Católico aparecen otros cuatro nombres no catalano-aragoneses. Son, por este
orden, GarcÍa Gutiérrez, Diego Fernández, Sancho Núñez y Abril
García. El primero, García Gutiérrez (de Castro), parece ser primo
de Pedro Fernández de Cast¡o el Castellano y hermano de Pedro y
de Álvaro Gutiérrez de Castro, mayordomos durante un tiempo del
rey de Aragón y junto a los que figura en la documentación catalanoaragonesa en abril-mayo de 1206, junio-noüembre de 1208 y marzo
de 12131a0. No hemos podido identificar a Diego Fernández. Aparece
en Aragón en febrero de I206 junto a Pedro Fernández de Castro, su
hermano Martín, Pedro Gutiérrez y Suero Téllez (hermano de Alfonso
Téliez y pariente de los Gutiérrez de Castro) como testigo del compromiso del rey Pedro de prestar ayuda al Castellano en la adquisición del condado de Urgelllar. Esto es interesante, porque un Diego
Fernández ya había sido testigo tres años antes, en agosto de 1203, de
la encomendación que hizo la condesa Elvira de Urgell de todas sus
posesiones en Castilla y León a la Orden de Salvatierrara2. Lo encontramos en la documentación del rey de Aragón en agosto de 1207 , casi
todo el año 1208 ymarzo de 1213, en compañia siempre de Pedro y/o
No sabemos nada de Sancho Núñez, cuya presencia en la documentación de Pedro el Católico se reduce a las cartas de junio de 1210
en TeruelIa5. Abril García también aparece muy poco. Actúa en mayo
de 1206 como testigo del reconocimiento de deuda del rey de Aragón
a Pedro Fernández de Castro y en un perdón regio a Ia ciudad de
Zaragoza, en ambos casos junto a los Gutiérrez de Castror46. Estamos,
sin embargo, ante un personaje mucho más conocido. De familia ünculada a los Girón, era hermano de Fernando GarcÍa, célebre por su
destacada actuación en la bataila de Las Navas de Tolosa conteniendo
(de
el Ímpetu del rey de Castil1ala7. Abril era tío de García Fernández
Leonor
la
reina
Villamayor), hijo de Fernando Garcia y mayordomo de
Plantagenet entre 1211-1213, lo que nos sitúa ante otro personaje
muy c;rcano a Alfonso VIIIras. En el verano de 1210 cabe imaginarlo
junio a Alfonso Té11e2, bien con los freires de Santiago en la conquista
áe Montalbán, bien con los calatravos en Salvatierra, bien en la ocupación castellana de Moya.
r39 Goxz(wz,
Repobtación,|, p. 260.
r40 Ed.Anr*,
PedroetCatólíco,Il,no609,616,6l,4,7a6,787,788,790,793,796,800,80I,801 bis,
8O4, AO7, A26, A2?, A29,83I, 832, III, n. 1.053, tl.0561 y IV no 1.482. Pedro Gutiérrez de Castro tu€
l4r
142
t70
mayordomo de Aragón entre diciembre de 1207 y agosto de 1208, y en abril de 1.210; su hermano
Alvaro, entre agosto y diciembre de 1208, y en m ñzo de l2l3llbidem,V, ap. 3.1.1., pp. 2.3?7-2.3?9).
Los dos fueron también mayordo¡nos del rey de León. carcfa cutiérrez ocuparia brevemente el
cargo de alférez en León (abril-septiembre I2r3). Sobre €stos personajes, véas€ cóNáLEz,J. (1944)
Awnso IX, 2 vols., Madrid, CSIC, I, p.325; coNz,{!Ez, Alfonso WIII, pp. 324 y 33I; DE S^r-azAR y
AcÉ¡" r. (I991) "El linaje castellano de Castro en el siglo XII: consideraciones e hipótesis sobre su
otiged', Anales de Ia Real Acad.emía Ma¡irense de Heráldicay Genealogía,1, pp.33-68, esp.43'44; y
CALDERóN, "Cum magnaribus", pp. 296,298,463, n. I 11, 504 y 5I5.
Ed. A.wn¡, Pedro el Catótico,ll, no 5g7 lzaragoza, l0 tebrero 1206)Ed. Dor,r¡¡'rco,,1 la recerca, no 2
{zl agosro I203).
impulsada desde el principio o más bien aceptada después por
Alfonso VIII, la repoblación de Moya en I210 supuso una trasgresión
144
Pedrc el c\tólico,ll, ñ" 702,746,'154,757 ,766,7A2,7A?,788, 793, 796, 800, 801, 80I bis,
Ed. ALvt
80?,820, 826, 827,820, 829, 831,832, lll, n" r.053, [1.056], I.079 y IÍ n' 1 482'
804,805, ^,
No tigura en las Senealoglas eslablec¡das por FERN,{NDEz_XEsra YV.&QÜf-z'E Un magnate cataán
en la"corte de AlfonsoVtlJ'Com¿s Ponctus de Cabrciru, Prínceps Qemore", Madrid,-Prensay Ediciones
lbcroamerlcanas, t99l (lll Pcrseveranle Borgoña, 2), pp- 7l_74; y CaIDERóN, "Cum magnatibus'l
pp. 167-I69.
145 [cl. Aw¡n¡, I,cdrr, ¿i (,hl¿llco, Il l, n" 1.053 y II.0561 (13 junio 12I0).
ra6 lbld¿n¡,
¡1. n.616,624 y lll, n" t.053 y [1.056]
t47 Avvrrrn,l,asNouas,pp.199_200,278,401y46l
¡ sus hormanos Fernando
y Ruy, entre los
La Crónica de Cesti|,aÚenciona
combatienles de Las Navas (p 260l
a
Abril García'
ju[to
r48 Manrf¡¡z sopr:¡¡, P (1985) ¿a Tierra de campos occidental. Parentesco, poder y cornunidad del
x rt xat, vutiaaotid, Institttci6n Culiural §ima.ncas-Diputación Proüncial- pp- 398-403i VAP.^'
",!i,
Ei Lunrr, pp.105'109 (rced. ¿as Ndrar, pp. 94-98)j v ALvaRE; BoRGE, L (2008)-"Los dominios de uo
nobl,, dc ia'cortc castellana en la primlia mitad áel siglo XIII GarcÍa Fernández de Villamayor"'
¿l6pan¿¡, 68-230, pp. 647'706, esp. 649, 65I (árbol genealógico), 655- 656 y 68r'
l7I
Martín Alvira Cabrer
de la frontera almohade y una amenaza para las tierras del Levante
andalusÍ. El peligro fue inmediatamente percibido en la corte de
Marrakech y los enüados del califa al-Násir hicieron saber al rey de
Castilla que la no retirada cristiana de Moya sería considerada un
casus bellitas.
6.
Las cabalgadas cristianas de los años
120,9-1211
En el caso castellano, el inicio de la guerra contra el Califato
Almohade no sólo se produjo a raíz de la ocupación de Moya. Cuatro
fuentes diferentes informan de operaciones militares cristianas contra el norte de AndalucÍa en torno al momento de la ruptura de las
treguas (véase Mapa 2).
Comencemos por el testimonio más tardío, que puede leerse
er la Chronica de Calatraua de Francisco de Rades. Asegura que, en
el año 1209, el rey Alfonso MII partió de Toledo con sus tropas y atacó
las regiones de Jaén y Baeza150. Rades dijo tomar la información de la
Historia Gothíca del arzobispo de Toledo Rodrigo liménez de Rada y
de la Crónica General. Sin embargo, y como ya adürtiera en el siglo
XVIII el Marqués de Mondéiar, debió encontrarla en "el archivo de Ia
orden de Calatrava, pues no se expresa ni en los dos Prelados sobredichos [Rodrigo de To]edo, Lucas de Tiryl, ni en ninguno de nuestros
escritores"15I. Lo que en realidad dice el arzobispo Rodrigo, segunda
de nuestras fuentes, es que Aifonso MII se decidió a mover la guerra
contra los almohades después de repoblar Moya y de haberse comunicado oficialmente la extinción de las treguas, lo que nos sitúa, como
ras Lucrs nuTuv,lib.
rso Reozs,
pronto, a mediados de 1210r5'?. En cuanto a los ataques cristianos
ánteriores a la conquista musulmana de Salvatierra (verano de 1211),
lo que el Toledano escribió es estot Post uastationem autenx aliquo,rn
factam d. nostrís in terra Beacie, Endugari et Gienni... El arzobispo
habla de forma imprecisa de devastaciones de "los nuestros", pero no
del rey de Castilla, que no aparece mencionado en su textors3'
Rades afirma también que el ataque de Alfonso MII desde
Toledo fue coordinado con otro lanzado desde el castillo de Salvatierra
por el maestre calatravo Ruy Díaz y sus freires, quienes atravesaron
Sierra Morena, asolaron la comarca de Andúja¡ arrasaron los castillos
de Montoro, Fesira y Pipafont, y tomaron el castillo de Vilchesr54' Esta
cabalgada de los calatravos en 1209 es verosímil, entre otras cosas,
porque no hay ninguna otra información que pueda desmentirla'ss'
iodrla ponerse en relación con los planes de apoyo militar aragonés
a Salvatierra que ümos arriba (agosto de 1208) y vendría a confirmar que los calatravos combatían a los almohades al margen de las
ls2
(25
El calila almohade destituyó al encargado de recibir a los embaiadores cristianos €n el año 607
nio 12 I0- r 5 judo l2l 1), Hnrct, Hístoría polítíca' II, p. 401; y GoNzirEz, A lfonso VIn, L p' 983 '
ju
r53
va'-vERDE, I
JruÉNrz or Reoe, R . Historia de rebus Hispanie síve Historia Gothica, ed. FERNÁNDEZ \"11,
caps' 34
(198?) Turnhout, Brepols, (Corp¿ls Ctrristianorum- Continuatio Mediaevalis, 72), llb
y 35. La Primera Crinica Genetul alfonsÍ (ed. MENÍNDEZ PrDAr, [1977] R Madrid, Gredos, caps'
i.ooz-t.oog, pp. 686-687), ta Cñnica d,e Castitla (ed. RocHlvERr-zulu, P (2010) París' SEMH(ed' HERNANDEZ
Sorbonne, Les'Livres d'e- SPania. Sources, l, p. 28O) y la Crónica de Veínte Reyes
un ataque
mencionan
tampoco
16
lib.
)OII,
caP.
Ayuntamiento,
[27])
Burgos,
¿,
arir,(1991)
Aloñso
de Alfonso \411. Aunque larecá muy improbable que esta cabalSada ocurriera, el itinerario regio
yei 19 de agosto {vitoria), o entr€ esta fecha y el20
f"áititt..it,.rutt* "oit" á rz a" ¡"tió G"iotuao)
ae seotiembre tBureos), MArEU úaRs,I. (1982) "Nátasparael estudio del itirerario deA]fonso\4ll de
¿ast iila { t I 58- 12 t 4il ¿a lormación de Atava: 650 aníve$arío
Vitoria, Diputación Foral, pp. 655-754, esp. 743.
t[
cap. Bz.
Chronica de Calatraua, tol.23v; at qu€ copian ARGoTE D! MoLrNA, c. OSaA) Nobleza de
And.alucía, Sevilla, H- Dfaz, {ed. M. Muñoz y carnica, ,aén, E L. Vizcaino, 1866, reprod. facs. Jaén,
Riquelrne y Vargas, 1991), lib. I, cap.35, pp. ?1-?2i y MoNDÉr^R, Memoría' pp. 289-292 (data fin.
1209); y al que siguen Hurcr, "Estudio", pp. 2o-2t y 24tHutcL crandes batatla' pp- 227 y 23t;Hut t,
Hístoría polítha, lI, p. 416; RoDRícuEz-PrcAvEA, "MonarquÍa', p. 372; RoDRÍGUEz,prcAvEA, ¿4s
órdenes mílitafes, pp. lO3- 104; y RosADo LLAMAS y LópEz PAYER, ( I209 o t21O) La Batalla, p. 62.
15r MoroÉBn,
Mernorrar p. zso.
172
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras...
d.el Pacto de
Aria4a 0332'1982) 'Yol'
L
'
154 R-tozs, chronica ite catatruua, fol.23vi zl q\e cop¡an ARcor¡ DE MoLTNA N¿bleza' lib l' cap 35'
pp. 71-72; y MoNDÉ]AR , Memoria^t, pp.28g:2g2 táata ñn. 1209): y al que siSuen HuIc¡' "Estudlo"'
pi. Zo-zt, Á"r"r, Crandes bataltas,l. 227; HÍrtct, Hís¡oría política' II, p. 416; Ro'RlGUsz'Prcavs^'
;üonarqula'l p. 372; RoDRfct EZ'P¡¿A\,?Á, Las ór¿tenes milítares, pp 103-104; y RosADo LLÁM^S y
LópEz PAYB¡, (t209 o 12lO) La Batalla, p.62-
Iss tlrra lncr¡rsión
de los calatravos en 1209, pero sin et rey, es aceptada porVrGUEne' ¿'s rsir¿os d¿ taila§'
p 639i y
p. :ottr Mou urrnno, "Moya', P. 17; G¡ncá F[rz, Car¡i¡la y León, p.?ll;v^RPLA, "Salvatierra"
GAn(:l^ Fr'ü, Lar Ndrds, P. I96.
173
Martín Alvira Cabrer
treguas pactadas por Alfonso VIII156. Sin embargo, esta misma razón
es la que haría más lógico posponer el ataque a 1210, lna vez que los
castellanos recibieron el permiso expreso del Papado para hacer la'
guerra a los musulmanes y coincidiendo con las operaciones de los
santiaguistas en Teruel y la ofensiva del rey de Aragón en el Rincón de
AdemuzIsT.
La tercera fuente esla Crónica de Castilla, úr'arefundición de la
Estoria de España alfonsl elaborada durante el reinado de Fernando
IV (1295-1312). La ruptura de las treguas se atribuye en este relato
al infante Fernando de Castilla, primogénito de Alfonso \{III. Se dice
que, por orden de su padre, corrió a BaeQa, e a Húbeda, e Sant Esteuan
lSantisteban del Puertol, e Jahén, e Andújaiso. La noticia tampoco está
datada, lo que sugiere que tiene su origen en el relato del Toledano.
Además, se confunde con la cabalgada que el infante realizó contra tierras extremeñas (Trujillo, Montánchez) en el verano de I211,
durante el asedio almohade de Salvatierrarse, Aún asf, varios autores
de la Época Moderna afirmaron que este ataque del infante castellano
tuvo lugar a principios de 1210¡60.
prendiendo el fuego de la gLlerra. Operaciones militares en las fronteras
La cuarta fuente es la más cercana a los acontecimientos y la
al rey de Castilla
rnás interesante. Se trata de una carta oficial enüada
b' Abd
oor el gobernador almohade de laén, AbuZayd'Abd al-Rahmán
It-U,l rni.r, para denunciar la violación de las treguas causada por un
texto se ha
ataque cristiano contra las comarcas de Segura yJaénr6r' El
finales de
de
antes
que
producirse
datádo en t211, pero el ataque tuvo
el
Reino de
pol
pactadas
izro, f""hu en lá que concluían las treguas
Castilla y el Califato AImohade162. Vale la pena detenerse en este testique se
monio, porque ofrece detalles interesantes sobre la forma en la
para
la
comprensión
esenciales
desarroilabán esas operaciones tan
dei gobernade la guerra medieval que eran las cabalgadas' La carta
áor aláohade habla de la incursión de un grupo grande de caballería
cristiana y sus hombres en territorio musulmán' Prendiendo el fuego
gran cantide la gueíra, tomaron cautivos y acémilas, y robaron una
importancia
la
áad d"e vacas y ovejas, algo lógico teniendo en cuenta
del norte de
áe la ganaderia e.t á.tu. **ui"us jienenses ycordobesas.
buscaAndaiucf a,0,. Los cristianos, como revela el informe almohade,
lrrl
¡ai./i?r, p- 309; vARi, El ¿unet Pp-.67-68 (reed ¿as Na'at'
lt§r:rr¡r.rr lrr rrrrtk:ln vrttl|'tt^, ,os
''t'hús.Ia
cucrra'e idiología en la España me¿lieual: tuhuru y acti¡udes
tr'r. l\7.tllr:
¡^ (:^uluut M (21)l¡l¡)
^¡.vr
,i prurctptrx det si6to Xttt -B;¡attas de Las Nauas d? rotosa (t 212) v Murct
il'l,i"i,t,:ii ,ii-i"
ls6 quizá fu"ra
"una acción v€rificada con acuerdo delreyantesde expirar l¡l tregua con k,§ rhnohrdos,
una preconcebida provocación, prcparatoria del d€squite de las Nav¡s" (AY tr, "l.¡rs forlalczas",
p. 17, n.34), aunque 1209 parece una f€cha un tanto temprana para una ruplura (aste¡lana de las
hostilidades.
r57 El propio Raors habla de una segunda incursión combinada del rey Alfonso \4ll desde Toledo y
de los calatravos desde Salvatierra contra Baeza, And¡1jar y Iaén en el año 1210, de nuevo tomada
la. Hístorít Gothica llib. VII, cap. 35). Se trata de la misma noticia datada unos folios atrás en
1209, aunque sin mención a la toma de Andújar, Montoro, Fesira, Pipafoíl y Vilches lchroníca de
Cakúrava, fol.25v). ARGoTE DE MoL¡NA repitió la noticia de R^DES, atribuyendo el ataque sólo al
rey d.e Castüa (Nobleza,lib. I, cap. 35, p. 72). Atendiendo al itinerario r€gio de 1210, Alfonso \¡lII no
de julio
está localizado entIe el 16 de mayo (Cuenca) y el 29 de junio (San Esteban), ni €ntre el
(Segoüa) y el27 de agosto (Burgos), MATEU, "Notas'l p.745.
de
u
r5g Crónica
d.e
Cas¡Ila, p.280. Sobre estafuente,
ALvrRA, ¿as Nduas,
pp.49-52.
I59 La confusión es más clara en la vers í6n de la Crónica de Veínte Reyes, cuyo lexto procede de la
Crónica de Casti .t: Cuenta la estotia quel infante.Ion Ferrundo, como eru b-ueno e obediente a su
padrc, movió con aquellas gentes quel rrcy, su padrc, le dio e coftió Baeca e Ubeda e Sant Estelan e
a lahén e Andújaa e gerc6 to¿la la tie a e Montan7es, e non la puda tomar, e tomóse para Talauera,
¿lon¿le era su pa¿|rc, muy rríco e muy honrrato (lib. Xlll, cap. 16 I27l). Sobre los hechos de 12l l, ,l¿
infta.
r60 Citados por MoroÉt^R, Memorias, pp.2go-292. Más recientemente se ha data¿lo también después
d,e12Og(V^R,ElLunes,p-29,reed.LasNavas,p.28)yeoI2Og(RosaDoyLóPEZP^\'ER,LaBatalla'
pp.6l-62).
174
it
ttt,,'
p
175;
de Madrid' I'
flzll)-,'li:sls nociornl. z i , ¿lr. e. ultrc fJrn¿ndez, Universidad Complutense
GltclaÉttz' Las NaÜas'
irii*ío v i,áu*, ¡'ntrl, ,a lktt.t o, P- 62i G^Rcf^Ft'tz, Castilta y León,p l42i
hizo eco de ouo ejemplo de petición musulrnana de
p. oi, V i.u,,,^, ¿ai§ N¿¡rr.§, 1,. t;Z h^ro"
""
¿
otnllcaclonesi',l,osnloft¡§tc(lllcx$rl)nd(.qtleduranteeltiempodelastreguasconelRe}'elMaes|re
ü"""n¿,i, l.'ir.il*"do con cr Rev de Arason res havia hecho suerra
il';';;;;;¿";;;;,;l;;.;
Í Chronica de STnctialao,lol. 24t'v¡ VA ¡nlra.
162 La carta fue escrita por el sccrcl¡rrio
al_Balawf, ed MEFrÁH' M llggo) AI'AIá'al'Yaz de
tiSuera Motins, M l' universidad complut¿nse de Madrid'
ni-¡"ir.i, i".1. no"io.al lnédlla. dtr. ^hmad
lbn
n' 3I. o. I2l i ed A. Azz ¡ou, Rasá muüahhidiwa Mamú a adida 2 vols ' Kenilra' Université n
775
i.áii. i gs6' r, ,; Á:, pp. 2s?'Zss (data 12l t ), t;;d' Parciat ?\LvtRA Guerru e .ideotosíadet' Iap'rupture
i¿; i.á4. f. s"*t", p izb00) "Lettre du Souverneur d; Jaén au roi d€ castile e,proPos
si¿cles:
de; tréves (1211)", Gu¡cH,rnD, P y I'f¡¡'im, D. leds-), Pays d'tsl1m et monde la¡in' xe-xIIIeALVIRA'
Parcial
iit"s et ¿i"rment", tyon, Presses Universitaires de Lyo;, n" 58, PP 204_207i trad
d€
l.ooo; y ed. traá. nos¡oo Lr-erus, M. D vlorez PAyEn' M G "EI intento
v
iáiiitcaut¡"o,ltl,i"
i" g""i.",í"á"" del 9o6ernádor almohade de Jaén aAlfonsoVIII"' SAIVATIERRA'v' CBESSIER'
"l
tas Navas ete Tolosa' 1212'2ü2' taé$' Uliversidad de
"rl
Cruzndas
É y i-^..?l,-o l. C. t"a" ¡, Míradas
a Maria Dolores Rosado Uamas
Ia¿n (en prensa) {pP. r-9, esp. 4-5l Agradezco muy sin€eramente
puver lu posi'¡iti¿ua ¿e cánsultar v de citar §u nueva traducción arin en
v ü"i'""ic"¡.i"i1ip",
prensa en elmomento de escribir estas páginas
producción ganadera de los
163
Desde el siglo xlII, ya en época cristiana, las Principales zonas-de
laén'
sl"á r.'r.i"ü v lai comarcas de náeza' Úbeda vla proliasegura
áui.piJ." i" co,ao6" y ¡"¿i,
lus ca-pinas cordo6esa y;ienense, asl.como en las sierr¿s de
ro" -"i,o"" puitos err "o"
r) La g;;aderia nedieuat andaluza' s¡Elos ) ILxvI:
""Ji¿o
v i"i"¡", .t*""'rurt ,jo. c^..,..o o.oíi, C. trgs
¡einos dejaény C¿rdota,2 vols.,laén,
Dipulación Proüncial,I, pP I59-I60y284'
t75
Martín Alvira Cabrer
ron principalmente un botln humano y animal que pudieran transportar rápida y fácilmente. Los at¿tcaDtes actuaron en todo momento
sin ocultarse, como si no tuvi()ran quc rcsponder ante ningún rey, por
lo que fueron reconocidos e iderrtilicados prlr los cafdes y los adalides
musuh¡anes de la zona, quo los conttolaron r¡lañana y tardc, cn sus
idas y venidasr6a. El gobernaclor altnoltndo l,rcclsa cstos datos para
refutar las excusas que ya le habfan llegado rlcs«lc (jastllla:
"lin (:r¡flnto a Io que tliccn al¡¡unos sobrc r¡tro los ntrtot0s do e8te hccllo
son de Aragón, es una atribución clescabcllatlI o lnll)osll)lc do tt(lrnltlr
por lógica, pues el territorio desrlc el que (!ntrtron cs vuus(r{) torrltorlo y
ese pafs es el vuestro, y no es verosf¡nil que nlng(tn rragonés lo a(lavlese
excepto en caso de llegar a un acuerdo con sus cafdes y a un entcndimlento
con los hombres que estaban allf. Y aunque vuestros srlbditos lo prctcndan
asf, los musulmanes de esta zona [...] han ve¡ificado que entre ellos no
había de Aragón salvo unos 50 iinetes f...1 y que el resto de los centenares
de peones y jinetes que estaban con ellos, aproximadamente 1.400 peonei
y 150 jinetes, ciertamente eran de vuestro paÍs y entre ellos estaban los que
os hemos nombrado en esta carta".
Este pasaje es especialmente importante. Demuestra que los
castellanos intentaron esconder su participación en ei ataque, acusando del mismo a los aragoneses, cuyo rey estaba ianzando en el
verano de 1210 una gran ofensiva sobre te¡ritorio almohade.
¿De dónde vino esta justificación? Si pensamos que procedió
de la curia castellana, hab¡ía que deducir que Alfonso VIII aún estaba
intentando evitar la ruptura con el Califato Almohade. La actitud
del rey de Castilla en relación con este y con otros ataques castellanos durante el período de ügencia de las treguas (1197-1210) puede
ser interpretada de varias maneras. El apoyo constante y expreso de
Alfonso VIII a las órdenes militares sugiere que animaba y sostenÍa
las incursiones, incluso manteniendo formalmente las treguas, pues
en última instancia favorecían sus intereses militares y políticos a
a
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones miliiares en las fronteras...
¡nedio y largo p1azo165. Otros datos apuntan, en cambio, a que el rey
de Castilla procuró evitar Ia guerra con los almohades durante estos
años, prohibiendo las acciones hostiles, principalmente de las órdenes militares. En este sentido, deberíamos hablar más bien de una
incapacidad del mona¡ca castellano para controlar las iniciativas
militares de sus vasallos, que habrían actuado en varias ocasiones
Dor su cuenta, provocando lo que Francisco Ruiz ilama "algunas rupiuras parciales" de las treguas166. La desviación de la responsabilidad
{el ataque contra las comarcas de Segura yJaén hacia los aragoneses
podrfa ser, asf, una forma un tanto inverosímil de excusar una nueva
violación de las treguas.
La situación de Alfonso VIII se volvió realmente insostenible a
partir de febrero de I210, una vez que el Papado permitió a sus vasailos hacer la guerra al mismo Califato Almohade con el que él estaba
en treguar6T. En este contexto, es muy posible que la imputación a los
aragoneses de la cabalgada de Segumyraén no üniera de 1a corte castellána, sino de los mismos atacantes, ypuede que su destinatario no
fueran sólo los almohades, sino el propio rey de Castillar6s' Quienes
entraron en territorio musulmán podrían haber justificado su acción
hostil, esto es, su responsabilidad en Ia violación de la tregua mantenida por Alfonso VIII, diciendo que actuaban a las órdenes del rey
de Aragón, que es lo que el Papado había autorizado a los castellanos
en febrero de 12I0. De hecho, la incorporación al grupo atacante de
50 combatientes aragoneses vendría a ser una inteligente manera de
garantizar la legitimidad de su actuación, tanto ante los almohades
como ante su propio rey.
Si Alfonso
\¡IiI quería mantener las treguas y se oponía
a estos
ataques, habría manifestado su malestar ante esta acción hostil,
r6s El üsto bueno del rey
a Ia cabalgada de Ios calatralos d€ I2Og (AYAI'a, "Las fortaleza§"'
estarfa en consonanciacon esta actitud.
p
17'
n
34)
166
Rurz Gó¡¡ez, ¿os o¡ lgenes, p.228.
167 Mor¡¡raono habla de una "paradoja legal" ("Moya", p. 15).
l6s
El texto original conservaba los nombres de los caudillos cristianos identific¿dos.
176
do
El goberoador almohade informó a Alfonso tr4ll de lo que dicen al8unos sobre qua los Iuloros
("aunql¡r'vuoitloñ
osü hccho sorr de Aragón, atribuyendo el origen de taljustificación a sus vasallos
srlbdltos lo preteodan asf").
t1t
Martín Alvira Cabrer
y tenemos una noticia tardfa que alude a una reacción airada del
monarca con motivo de un episodio muy similar ocurrido también en
1210I6e. Si, por el contrario, Alfonso \{III preparaba la ruptura de hostilidades, su actitud durante estos meses, seguramente desde el verano
de 1209, habrla estado más cerca de Io que llamaríamos una disimulada connivencia con las órdenes militares y con su aliado el rey de
Aragón. El monarca castellano habÍa decidido mirar hacia otro lado:
negar oficialmente cualquier colaboración con los atacantes y considerarlos ante los almohades como vasallos rebeldes que actuaban
por su cuenta o por incitación de Roma, pero dejándoles hacer tanto
en Moya como en el norte de Andalucíal?o.
La respuesta almohade al ataque castellano-aragonés merece
también un comentario. Como vimos arriba, en Marrakech se supo
enseguida que el Papado estaba instigando la ruptura de las treguas
y que ello daba pie a acciones hostiles que violaban los acuerdos con
el rey de Castillatir. Seguramente por esta razór., el gobernador de
laén exigió a Alfonso VIII que buscara a los autores, que los pusiera
a disposición de la justicia y que reparara los daños materiales causadosr72. Incluso deslizó un leve intento de salvar la cara aI rey, insinuando que el ataque pudo ser una decisión de los hombres de su
curia, 1o que insistirfa en la idea de que los atacantes actuaron contra
cuenta que Alfonso r/III se enojó con la Orden de Santia8o por üolar las treguas atacando
tierras musulrnanas junto al rey de AraSón, en el verano de 1210. El monarca reaccionó asi tras
recibir una protesta oficial de los musulmanes lchrcnica de Sanctiago, fol.24r-v). Aunque no es
posible asegurarlo, porque el cronista altera la cronologfa de los hechos (MoMBrEDRo, "Moya",
pp- 14-15), A.lfonso\4II pudo molestars€ con los santiaguistas aún sabier¡do que ya tenlan el perñiso
del papa para combatir a los musulmanes al margen de sus treguas (febrero 1210). RÁDES habla
precisamente en este capftulo de los debates sobre la posición que deblan adoptar los freires delas
órdenesmilitares resp€cto de las treguas, siendo como eran miembros de institucioneF creadas para
Suerear contralos musulmanesy, al mismo tiempo, vasallos del reydé Casrllla Ubaem).
t70 MoMBr¡DRo
se refiere alabulapapalcomo una "pobre coartada del reyante los almohades" ("MoyaI
pp.15-16).
Prendiendo el fuego de la gLprra. Operaciones l'nilitares en las fronteras...
su voluntadrT3. Así pues, aún tratándose de un incidente grave, los
almohades se limitaron a pedir explicaciones y compensaciones,
lo que sugiere que también querían eütar la ruptura definitiva con
el rey de Castillati4. Los territorios orientales de al-Andalus estaban
sufriendo en esos momentos los ataques del rey de Aragón, por lo que
tiene sentido que intentaran no involucrar también al rey de Castilla,
aun sabiendo que podía estar detrás de los ataquesrTs. De hecho, el
riesgo de enfrentarse a una gran coalición cristiana es, probablemente, el motivo por el que el experimentado jeque almohade Abú
Muhammad Abd al-Wáhid al-Hafsí, gobernador de lftíqiya, aconsejó
al califa ai-Násir que no iniciara una gran expedición en al-Andalus
en 1211 en respuesta a los ataques cris!ianos176.
la cabalgada castellano-aragonesa
denunciada por el gobernador de Jaén y las incursiones cristianas
relatadas por Rodrigo liménez de Rada y la Cróníca de Castilla en el
siglo XIII, y por Francisco de Rades en el X\¡I? Pues aunque es dificil
establecer una secuencia cronológica segura, algunas coincidencias
resultan cuanto menos interesantes. Todos los ataques afectaron al
mismo escenario geográfico: las comarcas del norte de Andalucía
(Jaén y Córdoba) situadas más allá de Sierra Morena (véase Mapa 2).
Todos debieron tomar como base y punto de partida la fortaleza
calatrava de Salvatierra, posición cristiana adelantada en territorio
¿Hay alguna relación entre
RaDEs
I7l
t72
t7a
Véase el texto de la Carta del caliÍa
al-Ndt
de 1211citadoenlanotat13-
"no hay otra respuesta por rnestra parte con respecto a los autores que buscarlos e intensiticar €on
urgencia la acción de la justicia para con ellos f...1 los infractor€s fdebla serl puestos a disposiclón
de Ia justicia. [...] haréis t..,1 lo que corresponde hacer durante los tratados de paz [...] velar por cl
restablecimi€nto [de la paz] y la reparación de todo lo que ha sido saqueado durante el in.idente,
con el celo de quien evita que su pacto s€a traicionado y su resolución anulada y refr.rtada", trad.
RosADo y Loprz PAr.ER, "El intento", Ip. 51.
''Transigt con traiciones como ésta, con laviolación de los tratados de Paz y Ia ruptura d€l acuerdo
de tregua, es algo que no conuene a \,nesuo cumplimiento y tampoco es bueno que sea decidido
porcualquiera de vuestroshombres entre las personalidades de urestro consejo" (Ibidem).
\74
" Potestad que, en cualqui€r caso, sólo estaba en manos del califa: Si acaso siSuiera el tratado vigente,
él lel califa] lo mantendrá y lo conservará, en caso de que se haya desvirtuado, así se lo haremos
sabet" llbídem).
17s
La Carta del califa ar-Násir de 1211 cuenta que cua¡ido lapaz que habia entre losAlmohadesy el
señorde Castilla esiaba para terminar su plazo y su límite, nos enteramos de que tra.rnaba encender
el fuego de la guerra (en IBN 'IDÁRI p.266). Segrln un crorista más tardio, el califa almohade recibió
nueuas fdespr¿" d" jrrlio de 12101 de q¡¡e en al_A¡dalus Altonso invadía las tierras musulmanas,
y cayendo sobre aldeas y castillos,mataba a lo§ hombres y robaba las mujeres y haciendas. Los
andalusÍes pidieron aLxilio a¡ Emir de los Creyentes, quien se decidió a hacer la guerra santa,
IBN ABI Za¡l RaLo¿ al-qirás, trad. HuIcI MIRANDA, A. (1964) 2 vols., Valencia, Anubaa (Textos
Medievales, 12.13), II, p. 4s5-
r76
¡íf¿fl¡ al-'llrr4lrad. fr MacGUc(IN, M., Barón de Slane, Oa52'1a56) Histoire rles Betl,¿t4s
et dcs dynastics mus tnnnes de l'Afriq ue septenrrionale, 4 vo ls , Argel, I ñp r d u G ouve rncnrc n t'
(rced. Parfs, Geuthner, I978), lI, p. 224; y GoNzlLEz, AWnsoWfi,l,p.9A4
la¡,¡rori¡,
179
Martín Alvira Cabrer
musulmán, a la üsta de los pasos montañosos de Sierra Morena y e¡
cuyo radio de acción están las localidades mencionadas. El testimonio de Rodrigo de Toledo y la carta del gobernador de Jaén sugieren
que los ataques cristianos ocurrieron en 1210, es decir, después de
que el papa autorizara a los castellanos a combatir contra los musulmanes, coincidiendo con Ia ofensiva del rey de Aragón en eI Rincón
de Ademuz y a unos meses del final oficial de las treguas pactadas
por los almohades y el rey de Castillal77. La incursión de los calatravos
contada por Rades -y la del infante Fernando de Castilla, si es que
existió- puede adelantarse a 1209 o incluso retrasarse a 1211r78. Pero
si fuerzas militares cristianas formadas por tropas castellanas y aragonesas salieron del castillo de Salvatierra para devastar el norte de
AndalucÍa, lo lógico es que entre ellas estuvieran los freires calatravos. A mediados de junio de 1210, en plena moülización de las huestes del rey de Aragón, el maestre Rodrigo Díaz estaba en TeruellTs.
Que partiera entonces hacia la fortaleza de Salvatierra acompañado
por vasallos castellanos de Alfonso WII y un pequeño contingente
177
La ¡eferencia a Ia captura ¿le ganado vacuno y oüno permite preguntarse, a partir de los
desplazamientos de los animales en busca de pastos, por la estación del año. En época cristiana,
la mayoria de las vacas de las comarcas de Córdoba y Iaén destinadas a carne y cuero pasaba el
invierno en las zonas elevadas de SieÍa Morena y en verano descendla a pastizales más bajos. El
ganadolanar (oveias, carneros, corde¡os) pastaba en toda Ia región, salvo enlas comarcasjienenses
más altas de Sieffa Morena. El ganado "travesio", que se movía entre concejos buscando pastos, s€
desplazaba en verano a Ias Sierras de Segura y Cazorla, ñientGs que el ganado trashumante solfa
alimentarse en los pastos de Jaén y Córdoba durante la invernada (entre San Miguel y abril). Con
todo,lacarta del gobernador almohade solamente habla de la zona [a¿u¿21 de Segu¡a yotras entre los
castillos {¡lJrr¿l que dependen de lacircunscripción tnaarl de raén, datos insuficientes para precisar
la fecha del ataque. Sobre el ganado en estas zonas, seguimos a ARGENT E DEL CAsttLLg, La ganadetla
medieval andaluzal, pp. 116-777, 124-725,225-226 y 283,285; también MaTELLANES MERCH,(N,l.V
(1994)"La Encomienda santiaguista de Segura de la Sierra (r235-r335) ", Hístoria medíeval: Acras del
II Congreso de Historía ¿le Andalucla, (Córd.oba, 1991), Córdoba, Junta de Anda.lucia, II, pp. 63-80,
esp.70 y 77.
r78 En t21t
la si¡lan coNz.drEz, .4fo
monjes guerrcros, p. t?9.
r79 El
nso
W ,I, p.
gATi
y
r
ás recientemente RoDRícuEz,PrcA\,.EA, ¿os
*.e"t." calatravo aparece junto a tres de los diez ricoshombres aragoneses comprometidos
con su Orden en 1208 -García Romeu, Artaldo de Alagón y Pedro Sesé-, aunque en la campaña del
Rincón de Ademuz participarcn todos menos uno -Miguel de Luesia- (véaseTabla l).
180
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras..
aragonés (unos 50 jinetes) con Ia intención de cruzar Sierra Morena
y atacar las comarcas de Segura y Iaén es otra hipótesis sugerenteIso.
7.
En guerra abierta: las operaciones mil¡tares
de 1211
Después del verano de 1210, el choque entre el Reino de Castilla
y el Califato Almohade era ineütable. El infante Fernando solicitó
ayuda al papa Inocencio III, pues tenía la intención de "exterminar a
los enemigos del nombre de Cristo de 1os confines de su reino, ltierras]
que lellos] habÍan ocupado impíamente"l8r. A finales de año, cuando
las treguas terminaban, eI obispo de PalenciaTello Téllez de Meneses,
ñermano de Alfonso Téllez, estaba en Roma solicitando al papa que
enüara un legado a la Península para promover lapaz entfe los cristianos y la guerra contra los musulmanes. Inocencio III no accedió a
la petición, pero en febrero y abril de 1211 hizo 1o posible por impulsar el choque con Ios almohades al que, por fin, quería sumarse el rey
de Castillats2.
Mientras el MiramamolÍn almohade llamaba a la guerra santa,
trasladaba a sus tropas a la Península y las concentraba en Sevilla
(con gran lentitud y no pocos problemas logísticos), los castellanos
lanzaron varios ataques contra territorio andalusÍ (véase Mapa 3)Is.
Puede imaginats€ incluso el itinerario s€8uido po¡ este contingetrte,la llamada Cañada de cuenca
o Conquenie, una via ganadera conocida de§de et siglo XIII que Partía de la Sierra d€ Alba¡racín,
cruzabá todo el términó de Cuenca, pasaba por Socuéllamos y, después d€ atravesar el do Zá¡cara,
se dividla en dos ramales: el orienta.l iba por Alhambra hacia Ruidera y Santisteban del Puerto,
pasando cerca de Ia Sierra de Segura; y el occidental Pasaba por Manzana¡e§ y llegab-a al Campo de
bahtrava (donde está Salvatieca), €ntrando en Andalucía Por eI Puerto del MuEdal, ARGENTE DEI
C^srtLt§, La ganadería nediev¡tl andaluza,l, p. 3ll.
"desiderans d.edicare ad exterminan¿los ínimicos nomin¡s christiani de Ínibus hereditatis ípsíus'
", ed. MANSILTA, -anoc¿r¡do III, n' 442 (Roma, 10 diciembre t2l0)
quam impie occuparun
LA2
183
Sr/,tr]f-,
Innocent III, pp.92 y95_97;SMIrtr, "The Papacy", P.172; yArlTRA,
¿a§
N¿v6, pp 68-69'
Se ha dicho que eI rey de Aragón atacó el te¡dtorio valencialo en feb¡ero de I2I1, pues un
documento lo situaba en J¿rica/Xérica el dia 23, MIRET, "Itinerario", p.30; G¡rr'L, Precedentes, p' 211i
v GoNúLEz, Atfonso WIL I, p 987. En realidad, se Eata de una lectura err'nea de Exeam (Ejea de
Íos caballeros), I¡¡nne y OBoz, M. A. f1962_1964) "Nuevas aportaciones para el itinerario de Ped¡o
el Católico", VII Con|reso de Hístoria de ln Corcna de Aragón, Ba¡celona, II-l: "Comunicacioües",
pp.67-8r, csp. 70.
lBl
Martín Alv¡ra Cabrer
mayo de 7217, aunque pudo comenzar en abril, Alfonso VIII y el
infante Fernando marcharon con las milicias de los concejos dá 14
Transierra o¡iental (Madrid, Guadalajara, Huete, Cuenca y Uclés) con_
tra el Levante almohade, saqueando los alrededo¡es de Játiva/Xátiva
y llegando hasta el marlsa. La Crónica latina de los reyes de Castilla
menciona una incursión del monarca castellano y su hijo por tierras
de Murcia que probablemente sea la mismalss. Por esas fechas, un
contingente compuesto por la milicia concejil de Toledo y las huestes ¡robiliarias de los magnates castellanos Alfonso Téllez y Rodrigo
Rodriguez (Gi¡ón)186, ambos cercanos a Alfonso VIIi y de linajes ün_
culados a las órdenes militares, conquistó la Torre de Guadalerza (o
Castillo de las Guadale¡zas), al sur de Toledo, probablemente con el
fin de asegurar un punto fuerte adelantado en previsión de una posible ofensiva almohade sobre la frontera toledanals?.
En-
Dicho esto, es probable que los cristianos no supieran entonces (primavera de 1211) cuál iba a ser eI objetivo del ejército almohade que se estaba concentrando en Sevilla. Como ya apuntara Luis
Mombiedro, las repoblaciones, las conquistas y las incursiones de
aragoneses y castellanos en el Bajo Aragón, cuenca y las regiones
levantinas de al-Andalus permitirían pensar en un despliegue musulmán dirigido contra el rey de Aragón y las ó¡denes militares, es deci¡
ra4
Anales Toledanos I, p. 170 (mayo 1211); Hurcr, ctundes batatlrs, pp.23;-236i GoNzALEz, Alr,nso
lZI¿ I, p.987 (mayo); RoDRIGUEz-prcavEA, ¿as ó.d.enes milítares, p_ lO4 (sóIo tas miticia§); MaRiíNEz
Df^z, Alfonso WII, p.176;VTLLEN¡, L. 0997) "Castillos en la Hoz del lúc at,, Castíttas de España, tO7,
pp. 3 - 13, esp. 5; RosADo y LóPEZPA\-EF., La Batalla, p. 68; y GARcfa Frrz, ¿¿s N¿ras, p. 14 r . Ei itinerario
rcgio sinla al reyAlfonso en Peñafielel29 de marzo y en Cuenca el25 de.iunio, u; plazo de casi tres
meses (88 dfas) para eldesarrollo de esras operaciones, MATEu,,.Notas,l p.746.
r85.Chron¡catatina,cap.l8(;indata,antesdejuniol2lt);coNárEz,,
Dí^2, Alfonso WIl, p.
186
t2II);
182
¡"
hecho, los preparativos militares de Pedro el Católico en
la primavera de 1211 sugieren que conocÍa las quejas de los andalusíes levantinos al califa de Marrakech y que temía que la Corona
de Aragón fuera eI objetivo inicial del ejército almohaderse. Desde el
punto de vista estratégico, era seguramente lo que más convenía a los
iristianos. Si Alfonso MII y su hijo atacaron Játiva y llegaron hasta el
mar en mayo de 1211 pudo ser, entre otras razones, con el objetivo
de atraer al ejército califal sobre ese frente oriental. Finalmente, sin
€mbargo, los problemas internos y de movilidad del numeroso ejército almohade llevaron al califa al-Násir a elegir un objetivo mucho
¡nás cercano y asequible: Ia fortaleza calatrava de Salvatierra, esa base
cristiana adelantada que tantos males había causado en territolio
islámico. Es muy probable que al-Násir no sólo quisiera acabar con el
convento central de los calatravos. Seguramente pretendía provocar
a Alfonso MII, que éste acudiera con sus tropas al sitio de Salvatierra
y forzar así una batalla campal en superioridad de condiciones en Ia
que derrotar aI monarca castellano en un segundo Alarcosreo.
lesrss.
Et ejército califal salió de Seülla a mediados de junio. Dlas después, los almohades tomaron el castillo de Dueñas o Castel de Dios y
ásedia¡on lafortaleza de Salvatierrarsl. En su interiorestaban los freires
calatravos y otras huestes nobiliarias que se sumaron a la defensale2.
AlfonsoMII ordenó al magnate Diego López de Haro permanecer con
sus barones en Toledo, mientras él se situaba con otras tropas en la
Sierra de San Vicente, cerca d.e Talavera y Maqueda (véase Mapa 3)rs3.
"Si el embarque ¿le tropas fue anterior a la ruPtura con Castilla, entonces el desPliegue almohade
apüntaba en Principio'co[tra las órdenes militares y Aragón, y Alfonso optó al fin por sumarse al
bándo que era el suyo I...1. Esto último €s lo más probable', MoMBIEDRo, "Moyal p. 17.
rlonsaWff,I,p.987;MaRrfNEz
cap. 18 (sin data, antes d€ iunio
GoNzALEz, AlÍonso WII, r, p. 987 (mayo);
RoDnfcuEz-PrcA{,.EA, I¿ s órdenes militares, p. t04; y RosADo y LópEz pAú R, La Batall;, p. 68 (rnaio).
Rü¡z-GóMEz sugiere que ocurrió en 1212, antes delinicio de la campañade Las Navas ¿os orígenet
p.229, n.46). Sobre esta pequeña fortiñcación toledana, véaseVraD RrrEro, M. R. {1907) ,,El cástillo
de Guadalerzas. I. Estudio hisrórico", Cast¿los de España,93, pp.35-4O.,VrADA RüBro, M. R. {I987),.E1
carti o-de Güadalerzas. I1. Estud¡o arquitectón ico, , Castiltai áe Espan¿, 94, pp. 43,54; y RosaDo y
LoPEz P^\ER, La Batalla, pp.69-7O.
.
en una ofensiva islámica sobre las fronteras cristianas más orienta-
176; y RosADo y LópEz pAyE R, La
Batalta, p. 68.
Hermano de Gonzalo Rodrfguez {Ruiz) Gúón, mayordomo real de Alfonso \aIII. Su hermana Elüra
RodrÍguez (Ruiz) Girón fue Ia primera esposa d€ Alfonso Té ez, coNáLEz, Atfonso WII,I, pp.3Et y
362: y ArvAREz BoRcF,'Los dominios l p.655.
ra7 Chroníca
tatíúa,
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones milítares en las fronteras
189
r90
191
Eá. AL4I"A, Ped.ro el Cató¿í¿o, IlI, n" I.126 Garcelona,
AL\
8,
ll
marzo t2l1); y
AL\'LP. , Las Nauas'
p 7l'
Las Nauas, pp. 72-74.
Hurcr, "Estu¿lio", pp. 24-34i Htrtct, Grandes bataths' pp.237-241, H¡rrcl, Hi§totia política,
pp.4l8-420; GoNriEz, AW^to wI,I, pp- ge7 -s94; y GAI.cí^Ft'Ez, Las Nauas' Pp. 142-143 '
ll'
t92 'hlíis nobilibus et preclaris uirk", Chronica latína, cap. la.
y
ls3
Anales Totedanos I, pp. 17}-l7l; Chronica Latil¡¿, cap. 19; RoDB¡Go DE TolEDo, Iib I4l, cap 35;
Cúnica de Cartitla,;.281. A.llí estuvo entre el 6 de julio v el 13 de septiembre, según eI itinerario
regio, MarEU, "Notas'l p. 746.
183
Martín Alvira Calbrer
Esta posición era idónea para controlar los avances almohades sobre
el flanco occidental de la frontera castellana, una zona muy afectad;
por las incursiones califales de 1196 y 1197 y que estaba bastante
indefensa tras la pérdida de las fortalezas de Trujillo, Montánchez y
Santa Cruzrea. Desde la Sierra de San Vicente, Alfonso VIII también
podÍa prevenir una posible ofensiva del rey de León en combina_
ción con los almohades. Mientras los calatravos sostenían el asedio
de Salvatierra, tropas ligeras musulmanas corrieron durante esas
semanas las tierras centrales de la frontera castellana, alcanzando
las cercanías de Toledores. Por su parte, Alfonso VIII enüó a su hijo,
el infante Fernando, en una cabalgada contra las plazas de Trujilá y
Montánchez con el objetivo de distraer a las fuerzas almohaaes y aliüar el asedio de Salvatier¡a (véase Mapa 3)rs6. En el entorno d;l rey
hubo quien propuso marchar hacia Salvatierra y enfrentarse en bata_
lla campal al ejército califal. Se impuso finalmente la voz de los más
sensatos y se decidió dejar el choque para cuando los cristianos estuvieran en mejores condiciones militaresreT. La fortaleza de Salvatierra
cayó por capitulación antes del 13 de septiembre de 1211. En esos
días, el califa al-Násir inició el repliegue de sus tropas a Seüllares. La
resistencia de los calatravos y ot¡as fuerzas durante más de cincuenta
dÍas fue decisiva, pues agot¿ la capacidad militar almohade para la
campaña de ese año e impidió que la ofensiva musulmana cayera
sobre las fronteras más vitales del Reino de Castilla, situadas en el
Valle del Tajotss.
A ñnales de septiembre de 12tt, Alfonso MII de Castilla puso
en marcha los preparativos para una gran operación ofensivi que
comenzaría en mayo de L212. Su objetivo serÍa busca¡ al ejériito
almohade y derrotarlo en una gran confrontación directa en batalla
194
Roonícuez-prcavrr , Las rdenes militarcs, p. Lot.
rss Caru del
cat¡¡a aI-Nás¿ en IBN .IDiRi p. z6s.
196
EI infunt" reg.""ó e n aíosto, Anales Toledanos I, p.
197
o*¡co o¡ To¡-roo , tib.Wl, cap.
198
IBN 'ID,4Rí p.264.
199 ALwar',
Las Navas,p-l3.
ta4
Ro
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras
'
campal. En octubre, en plena movilización castellana, murió repen,inu-"ot" "1 i.rfunte Fernando' Con el fin de reavivar los ánimos y de
Dreparar el teueno, Alfonso VIII lanzó una última incursión en terriconiori,o andalusí. Al mando de una hueste formada por las milicias
cejiles de Ia Transierra oriental (Madrid, Guadalajara, Huete, Cuenca
v Úclés), vasallos y algunos ricoshombres, avanzó sobre el Valle del
iío Júcar y tomó los castillos de Jorquera, Alcalá del Júcar y Cuevas de
(véase
Garandén, que fueron abastecidos y dotados de guarniciones
Mapa 3)200. Las fechas de esta cabalgada tampoco están claras' Iuan
que el
de §oria, autor de la Crónica latina de los reyes.de Casrilla, dice
en
Cuenca
rey de Castilla se entrevistó primero con el rey de Aragón
pára acordar su colaboración en la campaña de 1212' Luego marchó
ál castillo de Alarcón y desde alli lanzó el ataque, que duró menos
de quince días2ol. Alfonso MII estaba en Madrid el 15 de octubre y en
AIarcón el26 de noviembre, 1o que ha llevado a situar el ataque en
esos 43 días2oz. Puesto que Pedro el Católico estaba en Zatagoza el9
de octubre, en Teruel el 5 de noviembre y en Daroca el 22, su entrevista con Alfonso VIII debió celebrarse en torno a la segunda fecha,
posiblemente antes2o3. El arzobispo Rodrigo de Toledo-añade un dato
i t"rr", "., cuenta. Dice que el rey de Castilla regresó de su incursión
cuando ya amerlazaba el invierno, 1o que en términos estacionales
(no climáticos) nos llevaría a la segunda mitad de diciembre'zoa' Así
pues, la cabalgada de Alfonso VIII en et Valle de Júcar pudo desairollarse en noüembre, antes del dÍa 26, como creen la mayorÍa de
los especialistas, pero no parece imposible que partiera de Alarcón
(como afirma Juan de Soria) después del 29 de noüembre (como permite el itinerario) y que concluyera en menos de dos semanas (como
afirma Juan de Soria), regresando a mediados de diciembre, cuando
zoo Anales Toledanos I, pp.17L-l?2; chronica ta,ina, cap. 20; y RoDRIGo
2or chronica latina, cap- 20
202
DE
TorEDo' Iib
vll'
cap 36'
.746'747;GoNzALEz, Alhnso tfi¿ I, P' 997 (antestel26 de noviembre' regresando
octubrc
n epobl^ción'I' p-2:;g Udem)jVILiENA, "Castillos'l p 5 (entre finales de
y el 26 de noüembre, regresando a A'larcón); y RosAD-o y LóPEZ PavER'
p-.l""ipii. á"
dio fechas ("Estudio"'
"Lí tiiiitt", p. ss"áriá-b're
tarrte" del á6 de noviemb¡e, regresañdo aAtarcón)' HuIcI no
p.33t Gran¿les batallas, P.24O; e Hístoria poLítica' ll'P.4211.
Mereu, "Notas",
Pp
,Áa¡c¿nl; Oo¡zliLr,
171; y GoNzfit-,jz, Atfonso WII,l,
33; y Crónica de Casti
a, p. 2Bt.
p. ggz.
243 Ed. A]J¡a¡, Pedro el CatóIico,Ill,
204
or
To
r\a
l-206, 1.210, 1.212 y 1.214.
uoo, R. Urge nte instancia yeñali,llb. vll, cap. 36'
185
Martín Alvira Cabrer
ya amenazaba el inüerno (como dice Rodrigo liménez de Rada).
1,6
importante, en todo caso, es que los castellanos se aseguraron con
esta operación el control de las vías de acceso a las Hoces del río
Jús¿r,
protegieron su flanco oriental de ca¡a a futuros ataques musulmanes
y limitaron las posibilldades de aproüsionamiento áet ejército
alm¡_
hade concentrado en Seüllazos.
- Suele olvidarse que la guerra entre cristianos y musulmanes
durante este año d,e l2lL continuó también en las f;onteras orientales206. Las Crónicas de los Jueces de Teruel dan noticia de la batalla
de Rauanera, un enfrentamiento desconocido, probablemente de
carácter local y librado entre abril de l2I1 y rnirzo de l2l2 en las
comarcas fronte¡izas situadas entre la comunidad de Teruel y el territorio almohade de Valenciazo7. El objetivo de los catalanoaragoneses
seguía siendo la capital levantina, como demuestra la donaiión de
Pedro el Católico a la O¡den del Temple, en noviembre de 1211, de
la alquerfa yla torre de Ruzafa/Russafa, en la huerta de la ciudad de
Valencia2o8. Un mes más tarde, el reydeAragón mostró aún más clara_
mente aún sus intenciones al conceder al obispo Ramón de Castrocol
y a la Iglesia de Zaragoza todos los castillos que pudiera conquistar
en tierras de los sar¡acenos hasta la próxima festiüdad de San Juan
Bautista (24 de junio de l2l2)2oe.
8.
En vísperas de Las Navas de Tblosa
La situación de las fronteras cristiano-almohades a finales de
1211 fue el resultado de una serie de operaciones militares desar¡o_
lladas tanto en las áreas occidentales cómo, sobre todo, en las áreas
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras..,
impulsos regios a la repoblación, con la conquista por la
fuerza de enclaves foonterizos y la aplicación de estrategias de desgaste mediante el desarrollo de incursiones profundas y devastadoras
;n territotio enemigo. En vísperas de la ofensiva cristiana que acabaría en la gran batalla de Las Navas de Tolosa (16 de julio de l2l2) '
el Levante islámico ofrecía un escenario propicio para una ofensiva
cristiana, con posiciones musulmanas debilitadas y accesibles a un
avance conjunto de castellanos, catalano-aragoneses, freires de las
órd.enes militares y otras fuerzas. Las zonas más occidentales, en
cambio, habÍan sido muy fortificadas por los.almohades, eran más
vulnerables a una posible contraofensiva islámica por su debilidad
poblacional y estaban demasiado cerca del Reino de León, rival de
Castilta y potencial aliado del Califato Almohade.
a través de
Finalmente, la gran campaña de 7272 se desarrollaría en las
fronteras centrales de la Peninsula Ibérica, las tierras manchegas que
llevaban de Toledo a Sierra Morena y a Córdoba, esto es, el principal teatro de operaciones en el que se habían -enf¡entado cristianos y almohades desde mediados del siglo XII. Ésta era la zona de
expansión natural de Castilla, el reino cristiano con mayor capacidad
militar. Era también la región más expuesta a una futura ofensiva
almohade, estratégicamente muy peligrosa, sobre el Valle del Tajo y
Toledo. Y era asimismo la que oftecía mayores ventajas estratégicas
de cara a un definitivo control cristiano de la Mancha y a una posterior invasión delValle del Guadalquivir y d e w Sarq al-Andalus cada
vez más aisladozro.
orientales y meridionales de los reinos hispanos. Estas operaciones
combinaron el dominio territorial de asentamientos y despoblados
205
205
207
zoa
2og
t86
üu.rr.r,r, "Castillos,,, p. s.
Lo recuerda
cu¿r, p rccedentes,
p.2tt.
Cr'-n_¡c!, ae
Io,l,"ces deTeruel, pp.
Htsbna,p.2a7.
Ed. ALwa¡, pedro el Católico,IlI,
A2-83 (5
abril
tro t.2tz (I.eruel,
lb;ae^,n" l.zzz (oaroc¿,6 diciembre tzll).
l2tt-27 marzo r2lz)
S
y 42
(comentario); y UBrEro,
noviembre 12I1).
210
Los
plant"-nie.rtos estratégicos
se
desarrollan en
l-aDERo,
"castilla
y León',
Pp 533-534'
IB?
Martín Alvira Cabrer
prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones m¡litares en las fronteras.
.
TABLA 1: Personajes presentes en la documentación regia catalano-aragonesa de la
campaña del Rincén de Ademuz (13 junio-tg septiembre t2lO)
PeE de
Modt.8ur, m.€rR
5.rd€nyArnqldo Salóñón
k¡rd.
Aáár
188
dé
Lad¡ór
^lM'in
ñay. Mryü!
P¿rdó,
189
Martín Alvira
militares en las fronteras'
prandiendo el fuego de la guerra' Operaciones
'
191
.:
Martín Alvira Cabrer
t92
TABLA 1: Personajes presentes en la documentación regia catalano-aragonesa de la campaña del Rincón de Ademuz (13 junio-19 septiembre 1210)
Fuente:
ALVIRA,
Pedro el
Católico, III
Teruel
13 jun.
(nº 1.053 y 1.056)
Prelados
García, ob. de
Tarazona
Temple
Teruel
13 jun.
(nº 1.054)
Pere de Montagut,
maestre
Ponç Marescalc, com.
Miravet
Ademuz,
asedio
21 jun.
(nº 1.05960)
Castielfabib
captione
24 ag.
(nº 1.073)
Castielfabib
captione, exercitu
26 ag.
(nº 1.074-76)
García, ob. de
Tarazona
Ramón, ob.
Zaragoza
García, ob.
Tarazona
Ramón, ob.
Zaragoza
García, ob.
Tarazona
García, ob. Tarazona
Pere de Montagut,
maestre
Pere de Montagut,