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I Carlos de Ayala Martínez Con todo,Ia SedeApostólica era ya muy consciente a estas alturas que el control pontiñcio sobre la cruzada pasaba necesariamente porl¿ iniciativa y gestión de los reyes peninsulares. No siempre el pontificadq había sido tan escrupuloso. Ochenta años antes un papa con mucho carácter, Gregorio MI, habÍa contemplado la posibilidad de intervenlr contra los musulmanes en España sin contar con sus responsables políticos77. Es verdad que eran otras circunstancias y otros momentos. Ahora, Roma era especialmente cuidadosa en este punto. De hecho, muy poco más adelante, en 1159, era el propio papaAdriano IV quien reconocía que no era ¡éalista una expedición contra los musulmanes en la Península que no contara con el acuerdo de sus monarcasTs. De este modo el pontificado, que no deseaba perder el monopolio en la gestación y gestión de las iniciativas cruzadas, mostraba su respeto hacia las específicas estrategias de los reyes peninsulares. Era un primer reconocimiento de la hispanización de la cruzada que, recelos pontiñcios aparte, no iba a tardar mucho en materializa¡se. Fueron precisamente los sucesores inmediatos de Alfonso MI quienes, en la segunda mitad del siglo XII, apuntarÍan claramente en esta di¡ección. La reconquista, ya convertida definitivamente en cruzada, era ahora más que nunca instrumento de acción política al servicio de unos reyes que aspiraban al más efectivo y sistemático control de sus reinos. La c¡uzada, hispanizada, e¡a el sac¡alizado expediente en manos de monarcas fortalecidos que buscaban en él la justificación divina de sus liderazgos. El proceso ahora, en los últimos decenios del siglo XII, no hacía más que comenzar, pero sin duda lo hacÍa con paso firme. El nacimiento de las órdenes militares hispánicas era la prueba más palpable de ello. Prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras crist¡ano-almohades entre 1209 Y 121'11 MARTÍN ALVIRA CABRER Universidad Complutense de Madrid Entre finales del siglo XII y principios del XIII, en un perfodo de los relativamente corto de tiempo (unos veinte años), las ftonteras ."irro. tri.put o. con el Caliiato Almohade experimentaron cambios importanüs'. A raÍz de su derrota ante los almohades en la batalla de elarcos (1S de julio de 1195), el Reino de Castilla perdió los territorios centrales d'e la Península situados entre Toledo y Sierra Morena' f¡onteuna región que dominaba desde mediados del siglo XII' Las del rÍo Valle del allá más desde ras cris-tianai ret¡ocedieron entonces Unaversiónabreviada¿IeestetextofuePlesentadacomocomünicaciáiellFfontef.¿sengüerfa. lÍl SíñDosío,,La conducción rte la glená' c.950-c. ]35o,' (cáceres,9.11 de Nouieñbre de 2010)' Lii""i,iál!, r. uilrll.liá"á aá r*trí*"a".". ag.adezco a cartos de Ayala ra lectura previa de esra versión y sus comentarios. 77 78 138 véase más arriba nota 24. En febrero de aquel año el papa esc¡ibla a Luis vII de F¡ancia disuadiéndole de emprend€r una campaña militar en compañÍa de Enrique II de Inglaterra para destruü el pode¡ de la "barbarie pagana" en España, antes de que expresaran su voluntad la "Iglesi4 los príncipes y el pueblo" del territorio afectado; en este sentido, Adriano IVrecordaba al monarca f¡ancés que recientes fracasos en Tierra Santa podfan imputarse a esta falta de consideración hacia Ias autoridades locales (Patrología Latin4 188, cols. 1615-1617). Cit. DE¡oURNEAUX, M. (1956) "LoüisWI et les souverains espagnob. l:enigne du Pseudo-Alphonse", en Estudios dedícados a Menéndez Pídal, W, l¡4adr\d, en especial pp. 651-654, y O'C^t-L^aB^N , Reconq uest and Crusade, p. 50. Estas fronteras en los siglos )(II_Xlll no eran unos límites territoriales estáticos' sino una zoÍa de por corstruir cf;stia,,os v m,,s.,lmaoes, una tierra de castillos con§truidos o '¡. ;;;;;;;ll;;.;; dinámico y'le en constante movilidad, tal como señala SÉNAG' P' "¿aio¡¡d¿rc po, ,un,o, ,.,.t e^t confusionem 'ii"ái*iii'r'* ""p*"io i" n nrc siéctes: mot e¡ ta chose pro de¡ensionem christianorum 265-267 Enlre una ,rrior"noru ', Cahiers d? civitisa¡ion Médiévale, i2 (191i9), pp 259-272' esp verse BLRTSI' P (2004) .ññll<im, hihliñqráfla sobre Us fronterás cristianomusul¡ninas, Puede p¿nínsute lbénque: du rise a Ia siefta Morcna @n 7;';::;;."";;;Z;;¿;"*l'á u,ii.i'i" xle' reunidos €n v más en general' los recienres estudios "'¡iiLt,ili'.'p.uiiü."t estudios sobre el conterto social ^¡ii"ii DE LA PEÑA, M. A. (coord.), (2009) ¡l¿ ced'ores ie ftontera: RoDRfcuEz en tll Éspaña ñedíeval, Madrid CEU Ediciones¿te la iiií" frontera Ú"i,"oli¿, ' Marlín Alvira Cabror Guadiana hasta el VaIIe del Tajo3. En 1197, castellanos y almohades llegaron a una tregua de tres años que se prorrogó primero en llgg hasta I203, luego hasta 1207 yfinalmente hasta 12104. Este perÍodo de treguas excepcionalmente largo -trece años- hizo posible una estabilización también excepcional de las fronteras cristiano-musulmanas, sobre todo teniendo en cuenta los grandes cambios ocur¡idos tras Ia batalla de Alarcos. Estabilidad fronteriza no significó, sin embargo, inactiüdad milita15. 1. Un rey en tregua: Alfonso VIll y Ia fortaleza de Salvatierra El rey de Castilla Alfonso VIII mantuvo su pacto con los almohades, pero no está claro que otros cristianos, incluidos algunos súbditos suyos, se sintieran sujetos por la tregua acordada con los califas de Marrakech. Hacia 1198, poco después de comenzar el primer cese de hostilidades, los freires de la Orden de Calatrava, cuya sede conventual de Calatrava laVieja había caído en manos musulmanas tras la derrota de Alarcos, tomaron en un golpe de mano la fortaleza de Salvatierra, situada a unos 100 kilómetros de Toledo, en el extremo sur Una descripción de la frontera castellano-alrnohade en estos años en MaRTfNEz DfAz, G. (1995) rey de CastiÁa y Toledo, B\trqos, La Olmeda, (Corona de España. Reyes de Castilla 2t), pp.l69-172. Awnso WI, CoNzfrEz, r. (1960) E¡ reino d.e CastíLh en la época de Awnso wII,3 vols., Mad¡id, CSIC, I, pp. 979G^RcfA Frrz, E l2OO5) L¿Lt Navas de lo¡osa, Barcelona, A.¡iel, pp. 134-135 y 139; t&nbién M^¡rlñEzDl^z, Awnso wl¿ pp. 168-169. 98li y Lot hGchos que nos interesan han sido estudiados por Hurcl MInÁñDA, A. "Estudio sobre la campaña do Lrr Navas de Tolosa', Anales ¿lel Instítuto General y T¿cníco ¿Le Vale¡rcia, l-2 (1916), pp. 1-196, oar, §7-106; Hurcr MTR NDA, A. (1956) ¿as¡ra¡¡des batallds d.e la Reconquista durante las inuastones ¿L[rlcanas (alñotávides, almohades, benímerines), Madrid, Instituto de Estudios Aiicano§-CSIC, (ed. facs. Universidad de Granada, 20001, pp. 227-239i HuIcI MInaNDA, A. (1956-1957) Hi§toria poutica del Imperío Almohade,2 vols,'fetoán, Editora Marroquí, (ed. facs. Universidad de Granada, 2OO0),11, pp. 414-422t RosADo LráMAs, M. D- y LópEz Pa\TR, M. G. (2001) La Batall!1de lat Navas de Tolosa. Historía y mito, laén, Caia Rural, pp. 61 -86; GARCí{ Frrz, E (2002) R ekbiones poltticas y gu.naLa experiencia castellano-leonesa frente al lslam, sig¿os XI-Xü, Sevilla, Universidad de S€ülla, pp. 141-I43; G^RCíA Frrz, ¿as Navas, pp.139-744i y A¿!'Is,l CaBFxR, M. (2012) Las Navat de Tolosa 1212. Idea, Iitltrgia y memoria de la bata*a, Madríd, Sílex, pp. 66- 71. 140 prondiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras.. üsta de Sierra Morena6. Según Francisco de Rades, el célebre cronista de las órdenes militares que escribió en el siglo XVI, un contingente calatravo formado por freires y vasallos de las encomiendas de Ciruelos, Zorita, Cogolludo y otras üllas -400 jinetes y 700 peones- realizaba una cabalgada en territorio manchego. A cambio áe su libertad, uno de los musulmanes cautivos se ofreció a infbrmarles sobre la forma de capturar fácilmente eI castillo de Salvatierra, Esta fortaleza, muy alejada del telritorio cristiano, contaba con una guarnición escasa que, además, estaba desprevenida. En una tfpictl ácción de "expu gración a furto", los calatravos penetraron en silencltr por un postigo mostrado por eI cautivo musulmán, sorprendicron tl ios defensores y conquistaron rápidamente la posición7. [,os l'«llt'ot enseguida fortificaron Salvatierra, conürtiéndola en la nucvtt stl<lo cltl la orden, que cambió en estos años su denominación tradl<:lt¡tt¡tl tltr "Orden de Calatrava" por la más novedosa de "Orden de Salvntltlrrn"á, de la Mancha y a la (:hlllóll y Es posible que los calatravos retuvieran desPués de 1195 los castillos de Picdrfthr,onll, Du;ñas, est; ütirno situado ft€nte a salvatierra, en el emplazamiento que luoSo ocul)td( lá grfll¡ fortalezad€Calatrav¿taNue,GoNzÁI-Ez,J.(1975-1976)RepoblacíóndeCastíllaLqNuato'2voh, Madrid, Universidad CompluteNe de Madrid, L Pp. 235_236; RoDRfcuEz'Prc vE M^rn,¡,^, 11. ( l llll2 ) "Monarqula castellana: A.lionso VIII y la oden A¿ Cahtrava', NuÑo GoNz^Lez' l, lcootd,), Aubnro WII y s; época. Semínario. II Cutso ¿le A.LIturu Medievat (Aguítar de Campoo, 1990r, Agt¡l¡dr rlo Campoo, Fundación Santa MarÍa La Real-Centto de Estüdios del Románico, pp. 361'378, d¡p ll71l; y Ro;RfGUEz-PIcAvE MATMA, E. (1994) Las ór¿tenes mi\tarcs y la fron¡era: la col¡rlbu.ló do ktt brdenes a ta delímitación de la jurisdícción territorial d,e C^ttitla en et s¡8lo Xr¿ M adrld, U n lv6 rild {d Aütónoma de Madrid, p.99. i)t.os arrtores creen que Dueñas fue probablemenlo sban¿ollü(lo, MARTfNsz Dl^Z, á¿fo¿stv[¿ p. l7l. Sobrc esta fo¡taleza, conocida tambiéo como Cds 0l de l)lo, o castillo de la Nñve, véase b'CALLAGHAN, I. (1963) "Sobre los orfgenes de cal¡lrüvlt l0 Nnovr", Hispania,23-92, pp. 494-504; y RoDRíct Ez-PIcAl'EA, "Monarqula', P. 372. (:íh/,tttwt y DE RADES YANDRADA, E (1572) Chrcnica de tas tres Or¿lenes y Cauallertas de SdnctlaYr, Atcantara,'Íoledo, luar. de Ayala, (ed- facs. Valeücia, Librerías "Pafs-Valencia'l 994 ) r (:h¡ o h tt tl' Calatrava, fol. 2lv. Sobre esüs golpes de mano, debe verse GaRcf^ Flrz, E ( t99{l) Qtt lkt y l 't¿l rltt hente al klam. ktrategias de exiansiín y Ac*cas militares kiítos )U'ru ), scülle, lrnlvñrrldrd Sevtlla, pp.2l7-223. 1 Sobre esta fortaleza, véase CoRcHADo SoRtaNo, M. y VALENTíN CaM^zo, R. (1976) "lll c('tllkr ll0 SalvatierraI C¿sri¡¿os de España, a\ pp. g-72;Rulsal. RoDnfGUEz, A. (199I) "Castlllo d{ S¡lvlllÚlrA'l Ahdernos de Estudios Manch8os, i0, pp. I43-ls7; RoDRfGuEz_P¡cAvE , "Monarqul¡", pp, :l?0"117¿¡ cARcí^ Frrz, castílla y León, pp. zro-)iz; nos"oo y LóPEZ PaYER, La Batalla' pp ?9'{l:ll V^¡llA tL AGüf, E. "salvatie¡ra: simbolisÁo y poder en una fo;taleza de la ordcn de Calstrivo", Mll (l¡¡l'llll' Fortífrca1oes na Penlnsuta lbérica- e'no MA?reb f5o0_J500r. SimpÓ§lo lnlornrclontrl aol'r§ ^fiot Lisbóa, iolibrí-Cáma¡a Municipal de Palrn;la,2001, pp.633-64Civ^nsr.^Aatll,E l2ooz) l' lükfu' medie;at: símbotisño y podet ;n ta Edad Media, tvailádolidl, Iunta dc co§llllü y Loón, pp' M ¡ 711, esp. 162'163; y GARCíA Frrz, Las Nauas, pp.196-197. t4t Martín Alvira Cabrer El brillante asalto sorpresa a Salvatierra, según Rades, fue diri_ gido por el comendador mayor MartÍn Martínezy realizado en 1lggr, si bien el maestre de los calatravos era entonces MartÍn Pérez de Siones (1179-1182 y c. 1I97-1199)r0. Más trascendente que la identi_ dad del caudillo de los freires es el momento en el que tuvo lugar la operación. El hispanista foseph O'Callaghan la dató entre mediados de diciembre de 1196 ymediados de mayo de lIgB, es decir, a caballo de la tregua acordada por Alfonso VIII de Castilla y el califa almohade a1-Mansúr. Si la entrada en territorio andalusÍ y el ataque a Salvatierra ocurrieron a finales de 1197, los calatravos aprovecharon los últimos momentos de guerra antes del primer cése de hostilidadesu. pero sila acción tuvo lugar en 1198, como aseguró Rades, los calatravos üolaron abiertamente las treguas acordadas por el monarca castellano12. No hay constancia dc quc la conquista cristiana de Salvatierra alterara las relaciones castellrino-almohades, ni supusiera un problema a la hora de renovar las treguas de I 197 en 1199, lZO3 y 1207. Es algo que sorprende, teniendo en cuenta que Salvatierra no puede considerarse un castillo de frontcra, slno más bien -en palabras de Enrique Varela- un "islote cristiano en meclir.¡ de un mar agareno,,r3. Ciertamente, no hay muchos datos concretos sobre la participación de la fortaleza en acciones armadas cristianas antes del año l20gr4. Hay que pensar que Ia tregua pactada por Alfonso VIII impedía oficialmente a las órdenes militares combatir a los musulmanes desde prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones mil¡tares en las fronteras Castilla. De hecho, en junio de 1205 y a petición de1 rey de Aragón pedro el Católico, el papa Inocencio III autorizó el t¡aslado de los calatravos y de Ios santiaguistas a tierras catalano-aragonesasls. Y en 1206, y por la misma razón (ídem milites conflictum armorurn aduerelpapa, sis eosdem paganos propter treguas datas nequeant exercere), esta vez a instancias del abad cisterciense Guy de Morimond, del que dependía ia Orden de Salvatierra, ofreció a los calatravos la posibilidad de trasladarse a Tierra Santa con apoyo financiero de los reyes y nobles peninsulareslG. Ambos hechos probarían la sujeción de los freires castelianos a las directrices militares de Alfonso VIII en estos años- Otros argumentos, en cambio, sugieren que la fortaleza de Salvatierra actuó durante -al menos una parte de- estos casi tres lustros (1197/98-12II) como una importante basc clc opcrilciones cristiana en territorio islámico y, además, con unfl f unción "cmincntemente ofensiva, depredatoria"rT. [Jno de cllos tieno que ver con su ubicación: muy lejos de las fronteras cr¡stianas, aislada, rodeada de tierra musulmana y estratégicanlctl t e situada en el camino que conducía hacia el Puerto del Murad¿rl (Sierra Morena), la principal vía de comunicación enttc las llanuras manchegas y el Valle del Guadalquivirrs. No parece muy vcrosf mil que los calatravos eligieran ¡5 R^DE5 Chroníca ¡le Calatruva, fol.ztviRoDtlcuEz-ptc^vE , Las órdsnss mtutd¡¿s, pp, 49, tOO y L21., miutares hkpántcas en la Edad Media 6Bk,s XIi¿ü), Madrid, Marcial Pons, p. 416; y RoDRfcuEz-prc^\'E^ M^rtLLA, E. l2oOA) Los monjes gu¿neros en los feínos reinos hisDánicos. hispánicos. Las órilenes militares ¿n ld Pénln\ la lb¿rtca hln.a d nnt, tñ r¿n,!'M;1. t¡^,t.iA tLa" la Penlnsula durante td Edad Medta, Madrid, Esfera de los Libros, pp.80 y 178. DE AyArÁ MARrlNEz, C. (2OO3) Las órdenes .Martfn pérez de Siones, J. (1962) ,(cñhr. 163-17f) 163-170, 163- 170, e(ñ esp. r66 165; ó'aarr¡¿páN ',Sobre r^. O'CALL GHAN, "Sobre los ^rroañaa, orfgenes", A quien se atribuye la conquista de Salvatierra, O,CALLAGH^N, ll t2 l3 l4 142 Maestre de Sah,?tierra'.', H¡spania,22-A6, Htsnania.22-A6 pp. J6, ñn pp. 498-499; y VAREr-a,. "Sállatierra'. Dp. 636. h, .ll.h6 l, ñña 636, n n. 36 36. T,mhién También <F que la se ha dicho ñrre operación fue consecuencia consecflencE de cle una escisiótr entre los propios calarravos, calatravos, Rurz cóMEz, GóMEZ, E (2003) ¿os Los o genes de Ias órdenes militares y la repoblación ¿te tos teÍítotios de tlt Mancha AISO-1250), Madria, CSIC, (Biblioteca de Historia, 54), p. 228. Es lo que sugiere O'CALLAGEAN, "Sobrc los orígenes,,, p.499. Ambas opciones en VAREta, "salvatierra', p. 630, n.45. lbidem, p.637. G^nct^Ftrz, Castilla y L¿ón, p. 2tI; yVARET-{, "salvatierra,, p. 638. . rd Ladocumonkitón \tod[tckthtttttt lttoconclo l/I (t r98_J2]6)' Roña,lnstituto Español de Estndios Eclesiásticos, (Mtrn¿¡rnr¡¡i ilkpdnladV cana Sección Registros, I), n'321y ed: ALV¡RA CABRER, M. (2}lo) Pedrc el Chtóllt:o, noy do AraSóñ y Conde de Barcelona (1196'1213)' Documentos, Testimonios y Memorla Hlslórlct,0 vo¡d l0n lfn0dl, Znrstoza, Instilución "Fernando el Católico"-CSIC, (Fuentes Histórlcas Arsgoncans, 52), http://ifc.dpz.es/publicaciones/cbooks/ ld/:i00:1, ll, rr' 547 (lfi l!nlo I205), Ed.MANS¡LLA, D- (1955) Lvrr-r, ktsórdenes mi¿irares, p. $0¡ nu¡z GóM ttz, I.o¡ otl$t,t1s, pp.226'2 27; y RoDBlGuEz'P¡cavEA' ¿os ñoíjes guerreros, p. 219. 17 Vo*r*, "salvatierra', p. 637. La historis mlllt0r dt lÍ lorl¡rlczs dc Salvatierra es tan fascinante e hist6ricamente rele!'a;te como coria y poco conocklft, sobrc la acliüdad Suerrera de las órdenes tmütares, véase Rurz GóMEZ, E (2000);'aa hucslc de lur Ordcnoú Mllllar€s", IZQU¡enDo BENlro, R y RuIz GóMEZ, F {coords .), Las ó enes t¡.ltltares oñ la Penlnsula lb¿ ca. VoL 1: Edad Media, Cre¡r'a' Universidad de Castilla-La Mancha, Pp 403'43(i' Av^t^, Las ót¿lonas mi¡lrar¿r, pp 409'41I y' mds amptiamente, pp. 541-60l; GaRcl^ Fn;, ¿d§ Ndlds, pp. 186'200i y Ron¡lk¡l,llz'¡'¡c^vn^, Ir,r '¡orr'§ guirr"rot, pp. iiz-tsa, usp. I23_165. sobre lns lncuriionor doprodntorl¡t$ on lrrrllork' orl0rnlSo cri imprescindible GARCíA Ft'tz, CastilLa y Laón, pp 59'l7O l8 sería interesante comparar el caso de salvaricrra con or¡r)s oJflirpl(xt d0lort¡rk,rlr rr¡¡llÍrl¡1il ¡rlrl¡lclo§ eo territorio islámico y sostenidas militar y logfs(icamcnl(j dcsdc Tonrrs ¡rltrJntl¡rÍ' 143 Martín Alvira Cabrer semejante posición como sede de su Orden para mantenerse militarmente pasivos durante añosrs. Otro argumento es la existencia en Salvatierra de una enfermerÍa u hospital que daba asistencia médica a los freires y a otros combatientes2o. Más relevante es el sostén económico y militar que nobles y reyes -en especial el de Castilla- ptoporcionaron durante estos años a la sede conventual de los calatravos2r. También contamos con alguna noticia de operaciones militares concretas anteriores a 1209. Hacia 1204-1206, de nuevo según Rades, los freires de las órdenes de Santiago y Calatrava planificaron una ofensiva combinada sobre territor¡o andalusí. Los primeros devastaron el Campo de Montiel y la Sierra de Alcaraz, tomando Castilsegura y Villanueva, mientras que los segundos, partiendo de Salvatierra, atravesaron el Puerto de Muradal y atacaron el norte de Andaluciarr. Los explícitos testimonios musulmanes son un indicativo especialmente importante. El más conocido es la carta que el califa almohade al-Násir ordenó escribir para dar cuenta de la conquista de Salvatierra en el verano de 1211. El texto conservado, aún con variantes, habla de una posición cristiana situada en pleno territorio islámico: "era un ügía en el desierto y un águila en el cieio, un estandarte extendido sobre las regiones y un punto negro que se alzaba sobre las llanuras del Islam y un observatorio elevado contra el que nada podfan los prendiendo el fuego de ¡a guerra Operaciones militares en las fronteras... ¡¡usulmanes"23. En su radio de acción había numerosas poblaciones andalusfes a las que los almohades, debido a Ia proimidad, no nodían defender eficazmente: "los cristianos lo habían puesto como álas para ir a todas partes y lo habían preparado para que fuese la llave de las puertas de las fortalezas y de las ciudades"'¿a. La carta califal alude expresamente a los apoyos que Salvatierra recibía desde territorio cristiano: "la serüan sus reyes, sus caballe¡os y sus ciudades, y fluían a ella sus dírhemes y sus dinares"zs. El califa añadió otras dos ideas importantes. La primera es que el convento central de los calatravós era visto como la primera línea de defensa de los reinos cristianos: "la miraban todos como la defensa de sus casas"26. La segunda es que la fortaleza de Salvatierra era considerada un destino militar de guerra santa que reportaba recompensas espirituales a quienes combatían en ella: "la miraban como [...] el lugar de expiación de sus pecados"27. Aun con sus dosis de retórica y de justificación, la carta ialifal de 121I da a entender que Ia fortaleza de Salvatierra se conürtió, durante estos años, en una dolorosa espina cristiana clavada en pleno corazón de al-Andalusz8. Carta det catifa al-Ná'ír (texto parcial de la carta enüada al jeq're Abú Muhammad Abd alwáid, gobernador áe Ifríqiya), en AL-HMY^Ri Kí ib ar'Rawd al-mictár, trad. Hu¡cI, Grundes batallas pp.314-3I5, esp.3l4. t9 zo 2t 'En estas circunstancias no resulta posible admitü que entre lt98 y I2I2 Salvatierra iuüera un¡ funcionalidad detensiva en relación con la fronrem castellanal cARcfA Ftrz, Castitla y León, p.2ttl VAREr-A, "Salvatie¡ra', pp. 634 y 63?-639; Va¡xr-A , La fortaleza, pp. t66-167; y G^Rct^ Frrz, ¿ns Naras, pp. r96-r97. VAREL , "Salvatierra I p. 638: y RoDRfcrrr¿-Prcavrá , Los monjes guerreros, p, 257 . En su testamento de l2O4 led. coñzÁLEz, Alfonso y¡Il III, no 269), Alfonso \4II deió al castllo do Salvadefta y a los calatravos un tercio de rodas sus atmas (lorigas, Iorigones, Iorigas de caballo, ballestas, turquisias larcos compuestos o mazasl, cofias de armas y yelmos), asf cómo una renra anual durante diez años, pro constrüctione et Íeparatione et retícencia, de 10.000 maravedfes, más del doble que la dejada al castillo de Uclés (sede de la Orden de Santiago) y clnco veces más que Ir dejada alcastillo de Consuegra (sede de la Orden del Hospitat),lo qu€ démuestra que la constdéraba la primera fortaleza de¡ reino, RoDRlcuEz-prca¡/EA, "Monarqufa', p.370; RoDnlcuez-p¡cAw^, ¿dr ó enes militares, pp.5I y I0Or y RoDnÍGUEz-Ptc^\¡E^, Los monjes tuerreros, p. t?A. En l2ll, l{,s a,lmohades añrmaban que el casti.llo de Salvatiera erala mano derecha del scñor de Cast¡lls, Cnrr¡ d.el caliÍa al-Násir sobre ta campañade Saluatier,,a, en IBN,ID,{RÍAL-M^ \t\^É.\tál, Al"Baydn al-mugih fí íjtisár ajbtir muluk al-Andalus üa at-Magrib. T. t y 2: Los Almoha¿tes, trrd. ;rcl [4¡¡r^ND^, Tetuán, Editora Maroquí, 1954, pp.265-270, esp. 268. Sobre el apoyo dcl t.y tl¡ ^. ukt. húüt. ^rr|flólr., R^DEq Chronica de Sanctíago, fol.22v. La data en RoDafcuEz-prc^vrn, los ,¡orrrs frrd,.¡drr¡f, 1,. t7| 24 Ibid.em. Carta del califa al-Násir, en IBN 'IDÁRI p. 267. 26 Carta del catifa al-Nási¿ trad. Hu¡cI, "Estudio'l pp. 117_119, esp. ll8. La importancia eslraté8ica de Salvatienaha sido puesta de relieve por Dr AYAI-a MARrfNrz, C. (I993) "Las fortalezas castellanas de la Orden de Calatráva en el siglo xII", En ¿a Es paña Medieúal, 16, pp.9-36, esp. l6i GARcla F¡rz, Castilla y León, p.211; y G^RCía Friz, ¿¿s N¿ras, p. 196. VAnEI-a la Ilama la "Puerta del reino de Toledo" f'salvatierra', p. 372), un titulo que no Parece exagemdo a tenor del dilema estratégico que provocó su caida en mános musuLnaras en 12i1, dilema que estuvo en el origen de la Sran campaña de Las Na€s d€Tolosa. Sobre esta cuestión, ALVIFA, ¿a§ Nava' pp.7l1a. Car¡a del catifa al-Násit, tra.d. HuIcI, "Estudio", p. I18 (Ia consideraban los infiel€s como su peregrinación y su gueua santa, en IBN'IDÁRí, p.267). El t¿tto habla también de la Suerra psicoló8ica o "v:ólencia simbólica" que los crisüanos ejercian sobre territorio islámico desde Salvatlerra con el sonido de sus campanas y la exhibición de sus cruces, VAELA, "Salvatierra', p.638. ¿l momento 1,0 m¡srnfl Inrprcsión en GARcfa FIrz: [la fortateza de Salvatierra] "se convirtió, desde dr slr conqüisia por la orden de Calatrava, en la más peligrosa y ofensiva base de operaciones qu€ lrrn tn¡rcllrinos t¡¡¡rfarr al sur de Toledo" (Cdst¿lIa y Leói, p.2t\l v también en VARELA, "Salvatierra'l l'. (i:17. 145 Martín Alv¡ra Cabrer 2. Un rey en guerra: Pedro el Catól¡co y los almohades No sabemos mucho sobre las relaciones de la Corona de Aragó¡ ; y el Califato Almohade después de la batalla de Alarcos. A los nueveT: meses de la derrota castellana murió el rey Alfonso el Trovador y , subió al trono su hijo Pedro el Católico (abril-mayo t196),r. El jove¡ monarca catalano-aragonés se mostró desde el primer momento como un firme apoyo de Alfonso MII. Juntos combatieron al rey de León Alfonso IX, aliado del califa almohade al- Mansúr, durante los veranos de 1196 y 119730. Varias noticias de estos primeros años presentan una situación beligerante en las fronteras catalano-aragonesas, en especial en los lÍmites del Bajo Aragón con el futuro Reino deValencia (véase Mapa l)3r. En febrero de 1197, Pedro el Católico donó el castillo turolense de Monroyo a los canónigos de la Iglesia de Tarragona. En el documento, el rey animó a la repoblación de un lugar situado uicinum frontarie sarragenoruüt (a unos 25 kilómetros al norte de Morella, entonces bajo dominio islámico) y adürtió del peligro que supondría su ocupación por los musulmanes32. Más aI sur había también bastante actiüdad. El castillo y la ülla de Cascante (del RÍo) fue¡on dados por el rey a su fiel vasallo y amigo Martín Pedriz (o Pérez) de La situación de la frontcta 3trr ¡ltdgonosn cn esos momentos se desc¡ibe en GuaL CaMARENA, M. (1953) Prccedentes de la Reconqulskt ualoncla a, Valencia, Instituto Valenciano de Estudios Históricos - Institución Alfonso ül Mlgnúnlmo . D¡putación Proüncial, p. 207. Sobre estas campañas, tlutcr, "[§tudkr', pp. l-ll; Hu¡cr, crandes batallas, pp. 170-181; Hurcr, Historía polttica, t, pp.37|iTai y AoNz^t.l¡z, Alfonso V Lt,pp.g?Z-978. Sobre la configuración del to¡r¡torlo do Tcrucl y lo conqulsta del Bajo Aragón, UBrEro ARrErA, A. (I977) "La creaclón dc fs fron(oro ontro y el esplritu froiterizo", Homenaje aD.]osé Matta Licarru de MlSt¡01, 5 vol§., Zürllgozu, Anubar, Il, pp. 95-114, esp. 99-l1l; UBTETo ARrErA, A. ^rngó¡1-Volcocia ll9Al) His¡oúa do Arcgó . l: Ld loñM.:ló ¡ctrttorlal, ZaraBoza, Anubar, pp. 262-287; y GARGALTo MoY^,A.J.(1997y2005) l:lCo ct,li¿ l¡'ritlc la E.la.l Media, 1177- 1322 4 wols., Teru€I, Instituto de EstudlosTurolcnsos, l, pp. 223-2:t l. Ed. ALvt^^, Pedro d Católi:o,l, n" lll (fcbrcro I 197). n castillo ya habfa sido donado en 1185 por Alfonso cl trovado r y se Ífa tln¡rlmc n rc en I rcg&do e n t 209 a los /r¿ircs calatrawos de Alcañiz, üd. iüfra. fronteras pr6ncliendo el fLleglo de la guerra. Operaciones m¡litares en las " a los sarracenos33 Por Villel en mayo de 1198, quizá tras ser tomados en Teruel (1 196tenente Ladrón, ..á, ,"ut"a, Lt "oble aragonés Pedro Rubielos3a' Y también iáool, recibiO del monarca el castillo de Mora de Biar, cerca de anior""a toa turolenses conquistaron eI lugar de Viar.o una interrupción de fii""t, q"i era d'e moro§s. No se aprecia, pues, de Aragón en y la Corona tu, frortiii¿ua". entre eI Califato Almohade estos Pdrneros momentos' Dicho esto, en mayo de 1198 Alfonso VIII y Pedro el Católico contra el acoidaron en Calatayud un pacto de alianzay ayrrda mutuas aliado i* d" Nuuu..u y el conde EimengolVIII de Urgell, este últimoa las treexpresamente aá Ulru.ttu-otin almohade, en el que se alude y almohades j"u. los sarracenos36. Recordemos que castellanos "o" se comprometieron a no l'as te.ría.t entonces en vigor. Los dos reyes a negopactar treguas con tercelos, aunque dejaron la puerta abierta llede Aragón que rey el pues, lo. -usulmanes. Es pósible, iiurlu, de rey "oñ e[ üa nuiu u uteri., pu"to temporal de no agresión con el Califato castellanoBartitla,".oti" todo si planeaba participar en la invasión y desarroa.ugo.re.u d" Navarra, prevista en eI Tratado de Calatayud de terreno el en movemos mayo-junio ¿J ttss, aunque nos ilud"u el Católico "., que Pedro .u. Lá que sí se sabe con certeza es iu "ott¡"t p."puió el envÍo de un emisario a Ia corte del rey de Marruecos en Ibídem, i. 153 lrn^yo torrii"or" ¡i"ri"t 34 35 íam 1198). El texto se refiere a los términos asignados secufldum et assiSnati' et sunt hodie a chr¡stiunis' ín tempore "onstitüti Ir¡¿¿m, n. 171 (agosto 1198). lnstitu to d e Estudios Tirrolenses' Crónicas de tos ¡ueces de Teruel, ed.Lóp¿z{¡l¡o¿l, E f1994) Teruet' o que yli-lz Podría ser el Puerto delvidre abril rrsvr r""giri""do nD- 75.77 f30 marzo I 198-20 casteuonJ' Maestrazgo' del Vistabella de üi¿re, tl"rnuao t"*Uien El Cotlao, cerca al rey de Aragón' buscó la Ed. GoNúLEz, A&nso V)1I,III, n' 667. El conde de Urgell' enfrentado de I I99 en el pacto de amistad al,llda del califa almohaa", ae qui"n se r""onáciá vasaltóen ocrubre castetlano Pedro Fernándezde cast'o contra omnes ;?"ü;;;il;;;¿oidó L;;;;;;;;;;:k;;i,t;;ltin,"^ cln cl -agnote ua ñaiiiiiÁ ici non faciam satua fide et ñanda¡o dom tei mognáibus r"¿ni m"¡. 1.a nobl.eza y la monarcuí4 20l I (Blbliotcca *tnados rta F¿nnndo tt v Al!')nst;tx ( 1ts7'1ful)'Madrid cslc l'cdro r' rr' 7 r) v pp. szo'sz r r v"t"n"l,ii i i ocr uhrc I tss: A(;A Persam¡nos do Almiruñomenlm,c¿.1.c¡roruró¡ v¡orr¡, i, 1áliliiáliir,,,ii* ;;ñ;;;i;, ri;;;1, pp.I83-184Y4I1. 147 146 Martín Alvira Cabrer febre¡o de 1200, si bien no está claro que el üaje se realizara ni que q¡ monarca catalano-aragonés llegara a pactar una tregua con el califa almohade3?- . ^ Silahubo, desde luego no fue muylarga. En abril de 1202, pedro el Católico entregó a la Iglesia de Zatagoia los castillos turolense; de Linares (de Mora) y puertomingalvo, los dos in lTontaria sarra_ cenorum, con el objetivo de poblarlos, construirlos y edificarlos a¿ incrementum Chrístianitatis et ad defensionem regni mei ,t ,orro"i,i_ norum confusionenfE. Con el mismo propósito donó a primeros de junio el castillo de Manzanera, también in flonturta sirro""norurn, 3l pa¡On Berenguer de Entenza, tenente de Teruel (1201-1205), que lo habÍa tomado a los musulmanes3e. Ese mes, el rey entregó los castillos de Foz-Calanda y Pitarra al aragonés Artaido dá Artosilla, y el de Fortanete a la Orden del Hospital. El objetivo de los freires debÍa ser ampliar sus términos en las partes que miraban hacia las tierras de loi salracenosao. lln año más tarde, en julio de 1203, las milicias comunales de Teruel al mando del juez pedro de Armillas tomaron la ülla de Rubielos de Moraal. En octubre, el rey pedro donó el castillo y el lugar Ed. ALvtR , Pe¿lro el Catótico, I, n 225 (Z febrero l20O); MrREr r Saxs, J., ,,Itinerado del rey pedro I tts6-tzL3", Botettn de ta Reat Academia áe'¡"""Á ktiÁ * aonaoni, 1"..c^"^,3:lLl, ", rygCón, 3 f]905-1906), pp. 79-87, 15I-160, 238.249, 265-2A4, 365-387, 435_450, 492-519, y 4 (ISOZ-lgOgt, pp. 15.-36 y 9l-114, esp. 239-240; Hürc¡, Grandes bara at p. 224; y Hrrrcl, Hietoria política,I, p;. 40L-El emisario era el judlo Ibn Benist (o Benvenis¡, al quá el rey pedro dotó para lls gastos con 3.000 mazmudinas de oro presradas por el prohombre de Lbidá Esreve de ¡iaru¡in n¡lia ur¡a mazmudinas quas a te in aurc suscepi et Abenbehíst nomine rneo pro ¡tiñerc quod modo íncontinenti Aoenoents¡ prelatus Jacturus est ex mandato ñeo ad regem MarroqüitarumJ. Ibn B enist aparece en la do^cum€ntación- reda eniunio de I199 (Ibrdem, n. ZOé) yen maúq abril t í i\rlio de l2OO (Ibideñ. nd Lr.t z r t yy.¿.r 232,237 253). L^ emoatao embaiadaa llhabrta t, La abna sldo sido mAs primeras más lógica tógica entre (iunio I 199_marzo enié las dos dos fechas (junio 199-mar7¡ Iz00), coincidiendo con el delicado momento que üüa el Califato _muerte deí calfa al-Ma¡súr (enero I I99i: ent¡o nización detjoven al-Nási¡, deiólo l7 años; i¡estabiliaaa aeifoáer urmoma" e llriqiya por la presión de los Banú cá¡iya- y coincidiendo con "n la renováción de las treguas ^rgelta con el rey de Castilla. Ed. LEDESMA RuBro, M. L. (7ggt) Cartas d.e poblacíón del rcíno d.e Aragón en los síglos me¿tíeüate, Za¡agoza, Institución ',Fernando el Católic;,,- CSIC, (Fue¡tes HistOrilcas er gonelus, ro;, ,r. f+z (30 39 40 4l abril 1202). Ed. ALvtA^, Pedro el Catótico, I, n. 328 bis {6 iunio t2)2)i y rJ^$ro, Hístoúa, p.2A4. Ibídem, no 331lzaruEoza, 21.iunio 1202) y 333 (iunio 1202). Sobre et castiUo de Fortanete, ¿,i¿ s:t:4i¡ 4e Lrontüas de 148 ¡rfa. Ed. CANELLAS LópEz, Á. Oglg-tgg1) Monumenta Diplomatka Awonensia: los Catuularíos ¡te San laygoza. ! vo¡s.. zarasoza. rbercaja. rr,.,.zzz 1¡t rio .2d3, quando fu¡t cap¡ L, Rubiotsli y los Jueces de Tetuel, pp. za 79 $ abtit tZO3-27 abil t2}4)t y U Bt Ero,- H isb;¡a, pp. 284-28s. prendiendo el fuego de la guerra Operaciones lnilitares en las fronteras ' Boy (Bos), en eI actual término de Vistabella del Maestrazgo iCastellón), al aragonés Arnaldo Palacín para su repoblación4'z. Y ya a nrincipios d,e 1204, confirmando el protagonismo de la notrleza araion"ru ", las actiüdades conquistadoras de estos años, Gastón de Éastellote recibió el castillo de El Mallo (en Mosqueruela) ut íllud populetis a.d bonum et deffensionem christianoruma3. de El Esta actiüdad militar fronteriza en el Balo Aragón coincide en almoráüdes Banú el tiempo con eI apoyo de Ia Coróna de Aragón alos en Ifríqiya y Almohade Califato del Gániya, rebeldes a la autoridad las Báleares. Las relaciones de Pedro el Católico con^los almorávides ¡¡allorquines no se conocen, pero -como escribiera Ambrosio Huiciello es la "existieron y lfueron] muy estrechas"aa. La mejor prueba de Mallorca de conquista con la que terminó operación naval almohade en septiembre de 1203. El califa al-Nási¡ la consideró una victoria "más dolorosa para eI rey de Aragón que un flechazo", además de un duro golpe para otros cristianos del Mediterráneo occidental, esto los Banú es, Ias ciudades de Pisa y Génova, sostenedoras también de derrota de la a Gániyaas. La reacción inmediata de Pedro el Católico sus aiiados almoráüdes insiste en su trascendencia. Entre finales de 1203 y principios de 1204 propuso al papa Inocencio III eI proyecto de conquistar Mallorca, solicitándole el envío de un Iegado pontificio a la Penínsulaa6. La primera respuesta de Roma (febrero de 1204) fue tibia y prudente, a causa de la conflictiva situación ibérica, pero en agosto eI p.pu se mostró dispuesto a conseguir el apoyo de las flotas donado a Ed. ñ1ijl:r., Ped.ro el Cafó¿ico, II, n' 404 (5 octubre 1203). En septiemb¡e, el rey habia (Ibid€m, n" 399)' Or¿len de Calatrava la villa de Maella y una heredad en Ia villa deFuentes 43 Ed. ALI:|R , Pe¿\ro et Católico,Il,n" 432 fe¡lero 7204); y GARGALLo, Hvtc! 45 Historía política,I, E Col¡ceio de Teruel.l' la pp 229'230' PP. 360-363 y II, Pp. 392-400' esp.396-397. Cafta d.el calífa at-Násít sobre la coúquísta ¿le Mallorca' reT. E. Lfir-?Ro_L'EJ'¡qA-1, "Un recueil de (1941,' pp l_80'n'36' Ienres oficieúes almohades, étude diPiomatique et historique", H¿sP?ris, 28 (cita) i GoNáLEz' (1992) Los hechos se recogen e ¡Hurc\, Hlttoría politica, ll, pp 397_399, esp 397 (Al-Andalus itioiii wi, p. sao;"veurne Moi¡¡vs, M. I. ios r¿ inos da iaifas v hs inuasiones mayebtes y G^F.c|"e.Ftrz' p 226' orlgenes' Los pp.306-308, esp.3 07iRutzGói'/,EZ, u"*i¿,uapfte, aá xl "txitj, LasNauas,p.738. Authoritv' Seguimos a SMITH, D.l. l2o}4) InnoceÍrII and ¡he Croun o¡ Aru}on' The-Limits of Papal pap"ty, the Spanish Kingdoms and eláershot, nshgate, pp. 40-42 y 50-51; y SMrrH, o. r. tzorll "if," las Navas d e tólosa", ,4 nuario de Hístoia de Ia lgle§ia, 20, pp. 157'fia ' esp' 167 ' 149 prondlando 6l fuego de la guerra. Operaciones lnilitares en las fronleras ' MartÍn Alvira . pisana y genovesa para la empresa mallorquina4T. El sostén pon se mantenÍa en junio de I205, cuando Inocencio III prometió al rey ji Aragón que instau¡arÍa una sede episcopal una vez que conquisia¡j Mallorca a los musulmanesaa. g. I . ro ot «ttóuco,|, n, ^,.rj,rf ólk o, l¡, no 472 440 (r4 1204J. febrerc 1204); ed.sMrn, t ( 48 Ed, ALwa^, Pedrc al C.tt¿ltco, ¡ ¡, n. ti{ ft {| 49 A la.Orden del-fr.mplc (14 lnrro; ll¡t¡k, 1204..!Doro t 206; 20 y 24 septiembre), e¿l. AlvrRA, p¿d¡o ¿I Laro¡¡co, rl, no 515, 5:16, 57t) y 571i n h ( )rdrn dl, Snnr ,ordi d,Alfama (m aúo), Ibidem, no 532lmarzo rzu5)i a ra Orden del Hoip¡lnl {mñyo y jltnlo), ,hldem, i" 53? y 544; ala Orden de Ia Santa Trinidad J0 tztt.y dlciemt rú), lbl.lcm, n 1A3 y 3lt5 bh. Sobre la polÍtica regia hacia las órdenes militares, en (anto que baluartc y punro dr ¡ñ lrllzn (l{: h gllerra contra los;usulmanes, con mención de ros oocume-ntos que nquf mnuc,omoi, vó¡lro BoNI|1, DoNAro, M. (2Oll) ,.Las ó(denes militares en Ia exPansron teudar de Ia coronn do Amgón', /r¡ard de la UniLercidad de Atícante. Hísroria Mealieüar. 17, pp.245-302, esp. 286.289. 0 lu n to I (B Igosro :l casualidad que sus movimientos sean coincidentes con el momento Drevio a[ estallido de la Cruzada Albigense en e] sur de Francia. El 29 á"rnuyo de 1207, el papa Inocencio III confirmó la excomunión del conde Raimon M de Tolosa, acusado de complicidad con la hereiía' y En su carta, el papa hizo una referencia expresa al rey de Aragón e[ mism<¡ üo cómo el Católico a su obediencia a la Iglesiasa. Pedro día que su aliado y cuñado tolosano era excomulgado, el papa ordenaba deponer a su tío Berenguer, arzobispo de Narbona' Pocos meses después, el 17 de noviembre, Inocencio III escribió al rey de Francia Felipe Augusto y a sus barones para volver a rogarles que interünieran inilitaimente en el sur del Regnum Francorum, ofreciéndoles las tierras que conquistaran a los herejes en nombre de la Cruzss' Estas amenazas sobre los intereses ultrapirenaicos de la Corona de Aragón influyeron, seguramente, en el ¡elanzamiento de la guena contra los almohades. 20r) ). El orolasonismo del monarca catalano_aragonés en el inicio de la guerra contra los almohades (coord') (1998) Histoia de Espana dP se á"nufa'en l,^o.no OuEsA¡^, M A "CastiI; y León'; ÍDEM Menéndez Pidal, s: La ileconqubtay et Woceso Ae dilerenc iacün polí¡ica fl 035-l2' 7), Madrid' EsPasa cápl, pp. +os-6sa, esp. sgr;¡veü, I-ás ¿¿enes militares, p 4I8i Rurz GóMEZ Los orí4enes' p 228' svirn,'rirnocenl nr, p. s0; sMÍfl, "The PaPacy'l p. l7l; y ÁrvrRÁ, ¿a§ N?'as P'-66 véase también ¡rlrne C¡un¡n, M. ;Él ."y de AraSóo Pedr; eicaiólico , sus balallas: del triun[o-de t'a§ Nava§ de Tolosa al desastre de Muiell SaLv rIsBM,v, CnassIer, P y C,rsrrr-ro, J C- leds)' M*ad'as Crüzad&t l.Lr Naüar de Tolosa. l212-2012. Iaén, Universidad de Jaén (en prensa) 50 5t A los u, no remplarlls (8 y 9 rnnrzo, 600,601,694.695 vrilT ¿ t206?) y a Ios hospitalarios (mayo t2O6) , ed. N!¡Lta, pedro el Catótico, ad poputandum ot ,rnonrtur, ot crlt¡ottten.tum, ad honorcm Dei et frdei christiane... a¿t omnatl bonum et cornunen utilkrlte chtt:t¡Ln¡t tk, ed. ALI^R pedro et Ca;ó¡tr, Ii, , sá7iio ¿i"i".¡." 1205). En mafto du t20ti ct rcy rasotvtó un ptciro con Arnatdo tatacin soUie".eiiastitto y ta vitta turolenses dc Camarcna (dc lá Sit,r'{), q'rc pflsarfan hego a manos del castellano pedro Fernández oe Lrsrro y, cn I210, al ¡raBonós t)cdro dc pomat ltbidem,If, no 603,616 y g0O y IU, no r.o3o). ls0 El incremento de la tensión La estabilidad, relativa como acabamos de ver, de las fronteras cristiano-almohades comenzó a cambiarmás claramente desde 1207i208. El primero de los monarcas hispanos en relanzar la guerra conparece tra lqs musulmanes fue el rey de Aragón Pedro el Católicos3. No . Desde 1204, sin embargo, se observa un descenso en las actividades fronterizas de pedro el Católico. El monarca se volcó entonces en la consolidación de sus intereses ultrapirenaicos y en la coronación a manos del papa, que tuvo lugar en Roma en noviembre. Srr."gru.o, entre mayo y julio de 1205, se tradujo en un repunte de la préocu_ pación por la guerra con los sarracenos, aunque más bien dé fo.ma l indirecta, mediante nuevas donaciones y priülegios a las órdenes militares y a los trinitariosae. Lo más interesante eJel visto bueno del , papa Inocencio III, en junio de 120S, al traslado de los calatravos ylos santiaguistas castellanos a tierras de la Corona de Aragón p".u batir desde allf a los musulmaness0. Los beneficios regios a los freiÁ "t.¡_ se renovaron entre finales de l20S y mayo de I2065'. Con todo, sólo la donación a los hospitalarios del castillo y la villa de Sollaüentos (en el término turolense de Allepuz), en dlciembre de 120S, alude expresa- ' mente a la defensa de los territori«¡s cristian<¡ss2. La inactiüdaá regia fue de nuevo muy prolongada durante la segunda mitad del año 1206 II¿ n.2e5 yArvr lo:yL.*:i^r:9.,1.,: nnocen. t, n" 6 y cd. Atytl¡^, podto.l i vcasi todo 1207, meses en los que Pedro el Católico permaneció en Lataluña Y el sur de Francia' o¿et¡cio I,i"367. 54 Ed. MANsrr¿a, In 55 Ed.ViLIEMAGNE,A.B¡lrlaircduBl.nhsutouxPlsüerleCastqlndu'maÚyrdelaÍoiA6-Íéurier1208)' Monrnellier ImD. de la Maoufocturc do ltl Ch[rltó, l§17, ,r" 2tl y 47 Sobr€ estos hechos' véasc I' pP 200'204r A¡vIrr^ i.q;I"i"i,'¡,{. fáoorl L'É.por¿a Cuth.,ru'2vt'li , lhrf$. li,trl(nrrr!, l\!rrln-lt¡vrr' (lnlvtrsll¡ltdo vis áe Mr'jint. t z asoptlr,,rl,rr'¿t'i2,ll B¡rr(¡lonrt' (7ll0rly20l:l) Mttt¡¡ pp-S8-i02; bMlrt{, It¡,ro ccnt tlÍ,pl1 7677iy]Átttl ^{:^ltrorrr,M l'lt. :l:l :14 dicisiüadeIa C¡uzada conlftt ht (:.1 ü\,t,ll¡'rcnlrltn, ^lI¡1, éir"r*, v.izotizl ¡l ¡" llorcolonrt' t2l:t l'al) ktlkt t5l rl Martín Alvira Cabrer La documentación regia conservada sugiere un aumento de la polÍtica de apoyo a las órdenes militares desde finales de 1207s6. Entre noüembte de ese año y enero del siguiente, los primeros beneficia_ rios fueron los freires de Sant Jo¡di d'Alfama y, sobrc todo, los templarios y los hospitalariossT. En marzo de 1208, el rey favoreció ¿ l¿ nueva Orden Militar de Alcalá de la Selva, vinculada a la abadía aqui_ tana de La Silva Major (La Sauve-Majeure). Sus miembros recibieion el lugar de Las Cuevas de Domingo Arquero (término de Castetvispal), junto aI castillo de Linares de Mora, en la frontera turolense del Ba¡á Aragón, para que lo poblaran ad exaltacionem fidei chrístiane et ad confusíonem inimicorum Crugís ChristPs. Menos conocida es la con_ cesión regia a los freires de Alcalá, en el mes de agosto, del diezmo y las primicias de Salobreña, attendentes religionis et caritatis studia que domus et fTatres de la Selua excercere non cessa,nt et bona que de castro et loco de Alcalano quem ipsi tenent et custod.iant in seruicium et defensionen¿ tocius christíanítafi§e. A preparar la guerra, entre otrás razones, parecen dirigidas las exenciones y las franquezas dadas por el monarca en los primeros dÍas de marzo a la ciudad de Teruel, piincipal base de operaciones catalano-aragonesa en la región, con mención explícita a los caballos que pudieran morir (equos qui, secundum morem Turolii, morientur)60. Y la voluntad de afianzar las posiciones Entre noviembre de 1207 y febrero de 1209 se contabilizan 25 documentos: trece favorecen alTemple (AL'r1R,Ped.roelCatólíco,II,t"731-?33,74l,743,746,AO7,827y86s-A73);ochoalHospital{¡¿id;m, no 734,740,805,809,810,812,830 y834);dos a lostreir¿sdelaOrden deAtcatá de la Sel Qb¡d¿m, n a las órdenes de SantJordi d'Alfama y de Salvarierra, respectivamerite (tbídem, 726 y800). 756y80I bis); y uno no Sánt .lordi d'Atfama {22 noüembre 1207), ALvrE¡., pedrc et Catótico, tI, t\" 726;Temple (6,20 y 23 diciembre 1207), Ibidem, nn 73t-733i Hospital (24 diciemb¡e t2O7 y 5 enero 1208), ;. 734 y 7¿0; y Temple ( 10, l3 y 27 enero l2OB), Ibid.em, nr 741,743 y 7 46. Ed. V¡RuErE ERDozírN, R. (2005-2006) "Los documentos de la Orden Militar de Alcalá d€ la Sell,la seg¡in los cartularios de la abadia aquitana de La Sauve-¡1qeu¡€,,, Reukta d.e Historia Jerónimo Zurib AO-AI, pp. 67-97, no 6, pp. 85-87 (6 marzo 1208) y ed. A§1ra, pedro et Católico,tl, n" 756 (data 4). Sobre esta Orden, véase ,ossERAñD, P (2006) .Ab botrum Christianitatis et destructionem saracenorum: l'abbaye de La Sauve-Maieure et I'ordre militai¡e d,Alcalá de la Selv?|,, religieux ñílitaires dans le M¡di. Cahiers d.e Fanjeaur, 4t, pp. 3tg-3X2, esp. 234 -235. Ed. üRrrErE, "Los documentos", no 7, pp. 87-88 agosto, 1208). Les ord.res y ed. ALr,'rnA, pedro eI Catótico,Il, n. 80I bis (2g Ed. GARGALLo MoyA, A. (1984) Los ortEenes de ta comunídad. de Teruet,Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, no t y 2. Sobre la ciudad de Teruel como base de operacior,es,Vr'tg1/o, Hktoria, pp. Z77i y so-bre el papel d€ los caballos, CARü^NA GóMEZ DE B^RR!DA, J. (1956) ..Caballeros y caballái en el Medievo rurolense'l ?¿¡¡¿ el, tS-16, pp.24t-247. ' prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras . fronterizas con el Califato Almohade explica también la concesión de fuero a Montalbán, localidad que poco después volverÍa a caer en rnanos musulmanasor. La oscura carta puebla concedida al lugar de Castiel también podrÍa haberse dado en estos días62' Un interesantísimo documento de agosto de 1208 demuestra que las iriiciativas bélicas de Pedro el Católico no se limitaban a sus reinos. Se trata del convenio pactado con el poderoso magnate Pedro Fertá¡dez de Castro, el Castellano, al que no está de más presentar breivementeo3. Considerado inimicunt capitalem de Alfonso MII, pasó lamayorparte de suüdafuerade Castillayjunto alos rivales de su refa. Desde 1194 estuvo ünculado aAlfonso IXde León y a los califas almohades. De hecho, en la batalla de Alarcos combatió en las filas musulmanas y en 1I99 se reconoció vasallo del MiramamolÍn65. En octubre de ese año llegó a Ia Corona de A¡agón, en concreto a tierras de Lleida, donde residió hasta agosto de 1203 junto al conde Ermengol \¡III ¿le SantiaSo en Ia Corona dE Aragón. La encomiend.a de Montalbán (1207-1327), Zaragoza, lnstrtución "Felnando el Cat6lico'LCSlC, p 3l y n' 3, pp 236-23Ay ed. ñ]r\a, Pedrc el C,atólico, lf, n" 766 (22narzo l2OA). Ed. SArNz DE LA MAzr LAsoLr, R. ( 1980) ¿¿ Orde¿ Ed. RrBAy GARcfA, C. {1915) "Carta de población de la ciudad de Santa María de Albarlacín seÚn el códice rcmanceado de Castiel exislente en la Biblioteca Nacional de Madnd", Colacción de documentos paia el estudio de Ia Historia de Ara&ón,X,zara8oza,P Carra, PP. 239'242. El documento se ¿lata en iastiel a I de septiembre de 1209. RIBA sospechó que Castiel podia ser Castielfabib lIbídeñ, p.lll,11. 4) y Gn^L que el año podria haber sido 1210 (Precedentes, p. 208, n. Ill), por lo que Io dátamos asf en nuesua edición, si bien con dudas (AauRá, Pedro el católico' lII, n' 1.079) Áendiendo alos test€osyal itinerario regio, creemos podercoregirahoraesta datación y rctra§arla a primercs de ma¡zo ¿e 1208: Pedro Gutiérrez, que figüra como mayordomo,lo fue entre diciembre dé \ZOZ y agosto d" \ZOA Ubidem,V, Ap.3.t.1., Pp.2.377-2.379);Vela tue iuez de Teruel entre el 24 de abril de 1207 y el I de abril de 1208, pues en sePtiembre de I2O9 10 era Esteban de Torta.iada y un año después, ,uan de Escriche (Crónícas ¿le los Jueces de Teruel, pp.80-83); y otros dos testi8os turolenses,Juan de Eulalia y Pascual Muñoz, sólo aparecen en la documentación regia el I y el6 de r\\arzo de l2OA Ubídern, II, n. 754 y 75?), durante la única üsita hecha Por el rey a la ciudad entre octubre de 1203 yjunio de l2l} (Ibüeñ, AP.2, Pp. 2.333_2.376). Esta nueva datación tampoco aclara la identificación de Castiel con Castieltabib. Gú^L §€ hizo eco de algünas noticias que aluden a una conquista del Rincón de Ademuz anterior a 1210, aunque añrmando que "parece poco Probable" (t pp.207 -2oB). Sobre este p€rsonaie, PÉREZ LLAMAzAa¡s, J. (1954) "Príncipe leonés, héroe de leyendá oriental: el Casre,¡á\o", Hidatguta,6, pp. 557-576; GoNzÁLEz, Alfonso WfI,I, pp.33l-336;y, más recientemente, CAr¡ERóN, "Cum magnatibus", pp. 182-186 y 410-412. Chronica latina reEum Casteltae, ed. CEARLo BREA, L. en tdem, EsrÉ\'Ez soLA, J. A. y Ca¡-aNDE HERaxRo, R. (eds.), (199 7) Chroníco hispana sae¿ü¡i XII¿ Tumhout, Br€ pols, tcotpus Chrístianorum' Continuate Medíaeval¡s, 73), pp. 1-I18, cap.28. Ed. CALDERóN, "Cum magíaribvs",n 2, p.52O. Víd. surya. 153 prencliendo el fuego de la guerra. Operac¡ones lnilitares en ¡as fronteras ' Martín Alvira Cab.er de Urgell, del que fue aliado y fiador, y al que aspiraba a suceder en el condado urgelitano66. Después de una breve reconciliación con Alfonso MII, Pedro Fernández reaparece en febrero de 1206 en l Aragón. El rey Pedro estaba entonces enfrentado a Ermengol de Urgell :,i yse mostró dispuesto a apoyar las ambiciones del Castellano6T. Fue el, primer momento de una relación que se intensificó anormalmente ',. poco después. Tras otra corta estancia en Castilla, Pedro Fernández se hizo vasallo de Pedro el Católico yocupó durante unas cuantas semanas de mayo el cargo de mayordomo real68. Esta súbita cercanía al monarca parece tener mucho que ver con los más de 24.000 maravedíes alfonsinos que le había prestado6e. Dos años más tarde, en agosto de 1208, la deuda seguía pendiente de pago y fue renegociadaio. Ped¡o el Católico recuperó los castillos dados en prenda en I206, pero cedió ahora a Pedro Fernández de Castro las ciudades de Zarugoza, Calatayrd y Teruel. Lo que más nos interesa es la garantía ofrecida por el rey si no cumplÍa lo acordado: los dÍez ricoshombres del Reino de Aragón -GarcÍa Romeu, Jimeno Cornel, Miguel de Luesia, Artaldo de Alagón, Loferrench de Luna, Blasco Romeu, Arnaldo de Alascún, Ramón de Pueyo, Pedro Maza y Pedro Sesé- cumplirlan su servicio de hueste en el castillo de Salvatierra, que está entre Calatrava (la Vieja) y el puerto del Muradal (Sierra Morena), durante un tiempo de dos meses si combatieran al norte de Sierra Morena (más acá defl Paso . : (más allá de del la Losa) y de tres meses si atravesaran Sierra Morena Andalucía7r. la Losa) y entraran en Semejante acuerdo indica, primero, el compromiso de Pedro el CatóIico con las órdenes militares, incluidas 1as castellanas, en tanto que imprescindible apoyo de la monarquía en la guerra contra los músulmanes. Confirma, al mismo tiempo, lo que pensaban los almohades de la fortaleza de Salvatierra en 1211: que era considerada una posición estratégica, vital para todos los cristianos hispanos, inclüidos el rey de Aragón y sus barones?z. Esta idea puede plantearse incluso aceptando que el deseo de implicar a los aragoneses en la aylda militar a los calatravos fuera una exigencia de Pedro Fernández de Castro, familiar de la Orden de Salvatierra desde 120473' El compromiso de Ia nobleza aragonesa con los calatravos, por teórico que emendent nostri Rich¡ homines AfaSonltm, statim toto hoc uobis Domno Ptetrol Fletandil et uestris et nísi hoc Íacetent uenian¡ tenere et elongamento, excusatione siie alíqua emendai Iaciant osiüce oñnes in saluam terrarn quam tenent fratei de satua ter'a' que es¡ inter calatrauam et uel porrttm del Murcdal, inÍra duos mense-; postquam s.iuednt s-i Íuerint citra Clusam' et si ul¡ra ues mPnses'postquam sciue n¡. [...]Et nos prelati decem conuenimus [ ]sí hocÍacere 'ii ,r^púr" notlemus uil elánga,emus ¡acerc aut fie¡i non ¡aceremus et coltpleri .sicut superius omnes i¡"tui nt, ,en¡amu" "¡ne aliq;o interdictu uobis Domno P[etrol Fletrr¿ndi] tenere obstatíce *rt u^ de s;lüaterru, infta duos menses postquam scircmus si Íueimus in alíquo ln "iproditr^ ioco Litra ctusam, et si ¡uerimus ultra clusam ínfra tres m¿nses postquam sciuetimus' bona Fde tali Áiao q"od d" pieaictó castro uel uilla nos non exeamus utta hora neque ¡le Castro nos elongemus instanium sine uestra lícencía et uoluntate' q uod eodem die an ¡e solem positum in ipsuñ castruñ e¡ uillam non feuertamur et tamitiu ístü¿l ostu;ice uobis teneamus in p¡edicto loco, ¿lonec uos sitk bene 'fuetint infta d,e toto suo¡a.ticto auere uestro ad uestram uoluntatem secundum bonunT intellectüm sine *Ápt"o^us hoc ¡o¡um 2¡ hoc obstatice teneamüs nagktto et fratribus d2 saluaterra t. . ed' intus- in Satuatetm, donec istud aueÍe totum sít eis paccatuñ et tra¿litum a¿l suum salu'um' ALvtB, Pe¿|rc el Católico, II, n' 800 (zaragoza, l8 agosto 1208). bamtis 'iii" ¡A" 66 6t Ed. Al\\ra, Ped¡o el C,ató¿ic4 II, no 398 (agosto 1203). Ibidem,n" s97 (lO feúero 1206). Ibídeñ, rr. 620,622-624, 626, 16271 y 634 (mayo t206). Durante esre tiempo inrerüno en la creación del Consulado de la ciudad de Lleidaiunro al catalán cuillem de Cerveñ,Ibí¿tem, no 63t lz7 mayo r206). El texto habla de 30.000 mazmudinas pagadas en Sevilla a trav¿s de mercaderes de Montpellier y Narbona, y de 10-000 sueldos dados al rey en la persona del ricohombre a¡agonés pedro Sesé. A cambio, Ped¡o Fernández recibió erl prenda Ariza, Embid, Fuenres de Jiloca, Huesa, Monta.lbán, Camarena, las salinas de Calata,ud, Rueda, Epila, Escó y La Peña, ed. AL\Ír.^, pe¿lro el CatóL¡co,It, no 616 (6 rüayo 1206). Otro documento regio de ese año alude a una parte de la deuda, en conc(ero, 2.900 mazmudinas prestadas en Seülla,I¿¿dem, no 647 (¿junio? I206). El segundo documento habla de Ia entr€ga de 10.000 süeldos jaqueses a pedro Sesé, de besantes de milla¡eses de plata dados al €scribano regio Bernardo en Seülla y de ot¡os besantes d€ millareses de plára dados en Daroca, quando uenistk d.e Hyspania, I¡ii8o de Aibar, ed. ALwR^, Pedro el Ca¡óli.o,1l, n" 800 (l8 aaosro t2O8). 8.000 2.000 al resporefi real I Dos años más tar¿le, Pedro el Cátólico se dirigirá al maestre y a los fe¡res de salvatiera en estos tétñinos. ut alnore et gracia nostra et ut sempir uobis et domui uesne benefacerc rcneamur' Ibídem' IIL n. 1.053 (13 junio 12Io). una lectura GoNzÁLEz, Alfonso w ,I, pp. 334-335 y 345. Desde la curia castellana podía hacers€ los g.unáes bu.ones araSoneses marcharan a combadr a salvatierra áif"."rrt" át É"tu Q,re En ""u".do. rr" injeiencia á una zo na de expañsió n qu e co rresp o ndia al rey d e castilla poáiiu u"rs" que Pedro tenien¿lo eÁ cuenta su enemistad coi¡.lfonso ÚIt, no hay que descartar ;ste puñto, y"o-o en Femindez áe Castro albe¡gara malas intenciones implicando al rey de AraSón ya sus nobles tierras manchegas. Pero ráo¡demos que Pedro el c;tólico y Alfonso \'III eran bu¿nos aliados' pá. r. ó"" r" militar de tropis foráneas en tenitori; castellaro puede exPlicarse desde que de ambos mo¡arcas. También tiene senrido desde la deliberada añbi8üedad ia connivencia""',r"la"á con el il-á" c""i,l. a"-"siró durante los meses anterior€s a la fi¡alización de unas treguas que Pedro "l caliiatoAlmohade que no renía intención d€ renovar (rid_ intr¿)- sirva también €l daro de rli.ra.,¿ez ¿" casttá estaba el3 dejulio de 1208 en Cast la ¿onñrmando un docum€nio deAl[onso Ylll llbidem, I, p- 335) . 155 Martín Alvlra Cabrer fuera, también puede tener relación con la presencia confirmada de barones aragoneses en Castilla en esos momentos. Concretamente, los Anales Toledanos I info¡man de las muertes de Berenguer de Ilntenza en mayo de 1208 y de García (de) Ortiz en julioia. El texto no indica las causas de las muertes, pero tradicionalmente se ha dado por buena la interpretación de Jerónimo de Zurita: "Haciéndose de esto mención en memorias de aquel reino, según yo conjeturo, debieron ser muertos por los moros en la guerra que el rey de Castilla tenía con miramomelin"?s. Si la conjetura del gran cronista aragonés es cierta, desde luego no pudieron morir luchando con AlfonsoMII, qus estaba en tregua con los almohades-.. aunque sÍ con los calatravos de Salvatierra. Hipótesis nuevamente. El compromiso de los ricoshombres aragoneses con la Orden de Salvatie[a sugiere también otra cosa asimismo ya apuntada: que los calatravos no respetaban las treguas pactadas por Alfonso MIL La preüsión de futuras acciones cristianas de larga duración -dos y tres meses-, de largo alcance -más allá de Sierra Morena- y por parte de fue¡zas numerosas -freires calatravos y huestes nobiliarias- hace pensar que la fortaleza de Salvatierra era una base militar activa y que operaba o podía operar hacia 1208 al margen del control del rey de Castilla. Volüendo al rey de Aragón, las concesiones a las órdenes militares del Temple y el Hospital se repitieron en los últimos meses de 120876. El22 de noüembre, Pedro el Católico donó al catalán Guillem de Cervera, uno de sus hombres de confianza, el lugar de Benifassá, a unos 50 kilómetros al suroeste de Tortosa y en el lÍmite norte del Levante andalusÍ (§arq al-Andalus), con la intención de impulsar su prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras.. repobiación. E1 monarca se comprometió expresamente a ayudar a sl vasallo contra cunctos homines, qui in hoc uos unquam indebite contrariare uel molestale aliquatenus atemptarenf1 ' Los templarios y los freires de Sant Jordi d'Alfama fueron favorecidos de nuevo a mediados de febrero de 120978. El reforzamiento de la zonas fronterizas turolenses fue proseguido con la donación de los castillos y las villas de Estercuel y Gargallo a otro vasallo, el zaragozano Miguel SanchoTe. Dos semanas después, eI3 de abril, el rey Pedro concedió al maestre de Alcañiz Martín Martínez, cabeza de la rama aragonesa de la Oiden de Salvatierra, los castillos de Monroyo, Molinos y Ejulve, los tres situados al sur de Alcañiz y en Ia misma frontera norte-noroeste del futuro Reino deValencia, para que los repoblaran igualmente para defensa de la cristiandad y contra la opresión de los paganosso. Al día siguiente, el maestre calatravo le cedió los castillos turolenses de Lledó y Arens (de Ltedó), que fueron entregados por el rey al obispo Gombau de'lbrtosa para que los repoblara bajo protección regiaor. Durante el verano de 1209, el inicio de la Cruzada Albigense contra los vasallos y l<ls aliados ultrapirenaicos del rey de Aragón, asf como el viaje de su hermana Constanza a Sicilia para contraer matrimonio con Federico Staufen, centraron la atención del monarca catalanoaragonés. A primeros de septiembre murió en Palermo su hermano Alfonso II, conde de Provenza, de.iándole como tutor de su heredero, el pequeño Ramón Berenguer V lo que le obligó a desplazarse a tierras provenzales a finales de año82' Por estas fechas, Pedro el Católico ya tenía la mente puesta en la guerra contra los almohades, pues le comunicó al papa Inocencio III sus intenciones y le pidió la Ibidem, Analcs Toledanos I,ed.PoRRES MARTíN-Cr]6T0, J. (1993) Toledo, Instituto Provincial de lnvesrigaciones y Estudios Toledanos,Diputación Provincial, pp. 167-I68. Berenguer de Ertenza figura por última vez €n la documentación regia el ll de abril de 12OA er.zara9oza (ed. C^NELL sLópqz, A. Colección Diplomática del concejo de Zaragoza, 2 !ols., Zaragoza, Ayuntamiento, 1972-1975, I, n. 36 y ed. ALvÉ}, Pedro el Católico,Il, n. 769); carcia de Orriz, el I de i,ulio llbidem, nn 792). .vols-, ZaraBoza, DE ZuRrrA, r. (1976-1977) Anales de la Corona de Aragón, ed,. Á. CANÉL! ^sLópEz,5 Institución "Femando el Cató1ico"-CSIC, lib. fI, cap.lü. 932 (22 no\ embre 1208). Ibídeñ, ño 86a-a73 03,16, 79 pro [...] deÍensione christianitatts et paganorum oPpreseione, Ibidem, Ñ aqo (15 maIzo 1209)' 20 y 22 febrero 1209). demuiro, etreydonó en feudo el ias-üllo ylaü[a de CalataEá (Lleida) alricohonbte araSonés GarcíaRomeu, otro Írombre muy cercano, en recompensa Porsusbuenos servicios llDldem, n'883)' mili¡arcs' p- 419iy RoDP.fGU€z_PIcavEA, ¿os monJ'es Ibidsm, n" 887 13 ab 'l2og)', Av¡ll-,., L^t ht zo guefteros,p,l?8. 'rdenes Alostemplarios(17septiembrey17noviembrc],j.Oü,ALvtR,PedroelCatólico,11,o,ao7yazTjy 8l hospitalarios (9 y30 septiembre, 8r2,830 y 834. Ed. ALvtR, Ped rc el Catór¿co, II, n" 889 (4 abril 1209) y 890 (13 abril 1209). a2 Iü¡d¿m, III, n.948'949 y 981-985. a los 156 n 78 I octubre,20 y 26 noviembre 1208), Iüider?, n.80s,809,810, t57 Martfn Alvira Cabrer concesión de los beneficios dc cruzada y que exhortara a otros reyes cristianos a ayudarle0¡. La movilización del rey de Aragón volüó ¿ traducir,s-e en priülegios y donaciones a las órdenes del Temple y el Hospitals4. En Marrakech se debla estar al tanto de los preparativos mili_ tares de Pedro el Católico, pues el califa almohade al-Násir ordenó a sus flotas del Magreb y al-Andalus, al mando del sayyid Abú-l:lJlá, que atacaran las costas del bilád Barsalúna ("paÍs de Barcelona,). Esta ofensiva marÍtima, la mayor y la más exitosa acometida nunca por los almohades, se desarrollo hacia mayo-junio de l2I0 y debió tener una finalidad tanto agresiva como seguramente preventivass. 4. prendiendo el fL¡ego de la gLlerrá. Operaciones militares en las fronteras... gerrella, aunque se desconoce en qué momentoss. Estando el ejército acampado junto a Castielfabib, Pedro el Católico entregó al ricohombre aragonés Artaldo de Alagón el Castell de Cabres, situado junto a Benifassá, in frontaria Morelldo. Los catalano-aragoneses permanecieron en Castielfabib hasta el 27 de agosto. El día 30, el rey Pedro estaba de regreso en Teruel (véase Mapa l)'gr. La documentación conservada nos permite reconstruir parcialmente el ejército que participó en esta campaña (véase Tabla 1). Sabemosque afinales de agosto, junto aCastielfabib, el catalánGuillem de Guárdia-lada prestó homenaje iunctis manibus al rey de Aragón coram multis baronibus Curie uestre Aragonensibus et Catalani§z. Ett' efecto, la alta nobleza aragonesa tuvo un papel destacado, empezando La primera ofensiva reg¡a: la campaña del Rincón de Ademuz (1210) La primera gran ofensiva de un rey cristiano contra territorio andalusÍ después de la batalla de Alarcos se inició a comienzos del verano de 1210. El rey de Aragón concentró sus tropas en Teruel a mediados de junio. El objetivo eran los castillos situados en lo que luego se llamarÍa el Rincón de Ademuz, un enclave situado al suide la f¡ontera turolense del Bajo Aragón. El 2l de junio, las tropas de Pedro el Católico estaban asediando el castillo de Ademuz86. El I de julio se puso sitio a la fortaleza de Castielfabib, cuya guarnición resistió la presión cristiana hasta el 24 de agostosT. Antes del día lg fue tomado el castillo de El Cuervo88. Y también cayó el castillo llamado por GarcÍa Romeu, alférez real y hombre de confianza del monarca, quien vio recompensados sus buenos servicios con la donación legia del castillo y el lugar de El Cuervos3. Entre los barones catalanes destacaron el senescal real Guillem Ramón de Montcada, Pere de Creixell y Bernat de Portella. La campaña fue secundada por los obispos de Zaragozay deTarazona, Ramón de Castrocol y García Frontín. El propio rey reconoció y recompensó la a¡rda prestada por la Olden del Hospital en la toma de Castielfabibea. Al terminar la campaña, estaban con él en Teruel algunas de las primeras autoridades hospitalarias, sobre el emplazamiento d€l castilo de Serrella (llamado también Serriella, Sertella o Sorrella) y, en gene¡al, sobre el Rincón de Ademuz y Moya en estos años, debe veise DE LEóN, G.y MoMB¡EDRo, L. (1996) "Una cruzada, un noble y un castillo eIl la frontera de Moya', Moya: Estudíos y Documentos I, Cueoca, Diputación, (actualizado en 2001: lvww.a sta¡kos.com/Stextos/s€rella/index.htm [consulta: 26104/2013]), pp. 2l-42, esp. 30 (mapa), 3I y37. Ed. Grr^L, Prece¿lentes, rr" 47 y ed- ALfir^, Pe¿lro el Católíco,lll, i" 1.075 (in exercítu iuata Castellum Habib,26 agosto Lzlo). Ib¡dem,lll, D" 1.006 (mencionado en la carta de Inocencict Ilt al arzobispo I210), y An'rRÁ, ¿ai Naras, p. 66_ de Toledo, Ed. AL\\A^, Pedrc el Ca¡ólico,lll, \. 1.O77 -1.O7 8- La primera noticia de esta camPaña se encuentra en un privilegio ¡egio a fa orden del Temple: cepímus casüum de Deyñuz et C¿Lttelluñ Habib et castellim quod. d.íc¡afi Lo Coruo et costetlum qltod. dicitur Serrela llbíd¿m, no I.082, 19 septiembre l21O). El relaio de los hechos en G!^L, Prece¿lentes, pP.2OA'212t también CARÜaNA GóMEZ DE BA¡.REDA, J. (1956) Hístoría de la Prouincia de krüel, 'ter'uel, Instituto de Estudios Turolenses, t6 febrero Vid. in[ra. Alos templarios (8 y 26 febrero,26 marzo,6 y 7 ab rit), ed. Aluira, pedro et Caról¡to, III, no 1.004, 1.014, 1.023 y 1.031-1.032;y a Ios hospitalarios (26 feb rcrc y t3 abrit), Ibidem, n. L0t3 y 1.036. fBN'IDiRi, p.258; Hurcr, "Estudio'l p.2I; Hurcr, Grandes bataltas, p.228., Htrtct, Hístoria polltica"lT, Batala, p. 63. p. 414; y RosADo y LópE z P^\.Er., La 86 87 88 r58 Ed. ALvtM, Pedro el Católi¿o, III, n. r.059-L060 (Ademuz, Ibidem, n" 1.06A y Iü¡?¿m, n" LO7 r -\.O7 4. l.o7I (castielfabib, la agosto l2l0). 2l junio r2ro). pp.50-51;UBtEro,Ilirtoria,pp.2a5-2a6',yre\.A1"\1a,PedroelCat'lico,lll,r't"1.o5?. 92 Ed. LL\.ÍR , Pedro el Cató¿i¿o, ItI, n. 1.078 (Teruel, 30 agosto 1210). 93 Ibi¿Leñ, n" 94 Ibidem, r 1.074 (Cas\ielfabib, 26 agosto r2r0)iy ed. DELAVILLE LE Rout'x,1. Oa94'19o6) Cattulaire général dE I'O re des Hospitatiers ¿e Saint-Jean de lerLLtalem, 4 vols.,Parls, II, n' L356 y ed' ALVIR^. Pebo elCatóLíco,III,a" I.080 (Teruel, 6 septiembre l2I0). l.o7l (Castielfabib, rg agosto 1210). 159 Martín Alvira Cabrer entre ellas el gran prior en España Jimeno de Lavata, aunque durante las operaciones sólo consta el nombre de MartÍn de Andués, maestre de Amposta. La Orden del Temple se implicó mucho máse5. El día que cayó Castieifabib acompañaban al monarca el maestre en Provenza y las partes de España, Pere de Montagut, y los comendadores de Monzón, Miravet y Gardeny. Pedro el Católico recompensó la ayuda de los templarios con la donación de la ciudad de Tortosa, el castillo y la ülla de Ascó y otras prebendase6. Las milicias de Calatayud yTeruel también debieron contribuir a la campaña regiaeT. Sabemos que antes de comenzar la ofensiva del Rincón de Ademuz, en Te¡uel había varios personajes importantes de origen castellano: el maestre de Santiago, el maestre de Salvatierra y varios barones y caballeros. Quedémonos por ahora con los santiaguistas y con su maestre Fernando González (de Marañón). El 13 de junio recibieron del rey de Aragón el castillo y la villa de Montalbán, localidad turolense que había caído poco antes en manos musulmanas y que sería desde entonces Ia sede conventual de la Orden de Santiago en la Corona de Aragóne8- El documento de 1210 no alude a una conquista por las armas, pero una noticia recogida en el siglo XVI por el cronista Francisco de Rades nos ofrece una ve¡sión de lo ocurrido. Aprovechando la campaña de Pedro el Católico contra el Rincón de Ademuz, el maestre de Santiago Fernando González partió dc Uciés con sus caballeros y otra gente de sueldo, penetró en territorio andalusí por la parte de Albarracln, haziendo guerra a fuego y a sangre, y conquistó los castillos turolenses de laualoyas (Iabaloyas), Villarqueada (Villarquemado) y Fortaner (Fortanete)ee. Dice Rades 95 96 GtJ^r- Prcced.entes, p. 2\t . Ed.ALv1B,PedroelCató¡ico,III,n.1.082(19septiembre),1.087(23octubre),r.091 I.095 (I7 noüembre (4 noüembrel y l2l0). Ibidem, io 1.O55 ('lertel, l3 junio I2I0). Sobre Montalbán, S,ftNz unieron luego al ejército del rey de Aragón para sitiar iuntos el casrillo de Montalbán. A los pocos días, eI monarca tuvo que 'abandonar el asedio para repeler una gran incursión musrllmana en territorio aragonés. Este dato es especialmente importante, ya que se trata de la única noticia conocida sobre una respuesta militar all¡lohade a la ofensiva catalano-aragonesa del verano de 1210.'[ras la r¡archa del rey, el maestre de Santiago y sus freires continuaron el sil¡o y en solitario hasta que tomaron eI castillo de Montalbán por fuerq:a oue los freires se cornbateroo (véase MaPa 1). EI interesante relato de Rades, fuente muchas veces improscindible, aunque no siempre fiable, presenta algunos problemasror' Los documentos conservados no hablan de una acción militar c¡r Montalbán, ni de una participación dei rey en tal acción' La donación de Pedro el Católico es de mediados de junio, por lo que cabe pensar que los santiaguistas realizaran su cabalgada antes del inicio ie ta ofánsiva regia, aunque tampoco hay constancia de la presendel cia de freires casúllanos en eI ejército del rey de Aragón después (13 junio-z4 Ia ofensiva (véase duró Tabla l). Mientras 13 de junio agosto), el monarca pudo haberse desplazado a Montalbán para apo(a unos 120 yár a los santiaguistas, especialmente desde Castielfabib iilómetros) y durante el hueco documental que va del I de julio al 18 de agosto. Pero que Pedro eI Católico abandonara a sus tropas y su objeiivo principal para marchar al norte vuelve a ser mera hipótesis' que Lo que sí puede deducirse del relato de Rades es algo importante yu upr.tt6 Jerónimo de Zurita en el siglo XVI y luego sugirió Miguel el )O(: la ofensiva del rey de Aragón en 1210 no se dirigió brui "., loo k¡oes, Chronica ¡le sanct¡ago, fols.23v-24r. sobre este episo¿lio, S'tNz DE LA M^z^' Ld onlen 'le v.Documan¡oi /' cr¡enca' ¡;;;t;;', pp it-:z; Mor"-,"o*o, L., "Mova en tzto", uov"' Estudios (dice que crE el macslre pp 4l I mititares, oif,rt"""iiá, rsss, pp. 13-20, esP. 14-15; AYAL, ¿as ódenes peiro r¡ias]y¿ls; y Roonfcu¡i_Plcevrjr, tros m onjes gueÍeros, pp' 17 4 y I78 (dice quo elmocstrc era Pedro Arias). Teruel fue la base de partida de la campaña y hay constancia del enfranquecimiento regio de los homb¡es de Calatalud, Ibídem, ñ" 1.O73 (CastielÍabib, in captíone,24 agosto l2l0). 98 prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones mil¡tares en las fronteras DE r-a M ^z^, La Orden de Santiago. Sobre este último casrillo, QuERoL MoNrERDE,l.V (1210) "Fortanete. Noticia histórica del año Ontejas. Asoc¡ación Cultural de Fortr¿nete,22, pp. L-siy uid. supr& l2I0'l lol (1958) "Thc order of Los problemas de la obra ¿le BrDEs han sido señalados Por LoM'1x, -D w"Marlfn Pórez y r7j O'CaLLAGHAN' 14 esp I0, 3-37' Hkpania,To,pp. ri"g. o fLeori', S"nti^go u;a ,h" de Radcs á"-ii.i"y, p. tost v^i.tn, "s"l'",i"'i¿, p. á:Á, v,'"ou." toat, m'o', tr w "La obra histórica erl' tres ódenes de sanría+o' calatraÜav Alcántara' v,q"ai"a";i" n"". r,x L:.f,eol cr¿ní"i ti" lacs. Barcelona, ElAlbir. pP. v xi, esP. ü' vii, ü y x ti * l6l r MartÍn Alvira Cabrer exclusivamente contra ei Rincón de Ademuz, sino que se llevó a cab6 de forma simultánea en varios frentesro2. Volveremos después a est¿ idea. La campaña catalano-aragonesa del Rincón de Ademuz no proporcionó unas conquistas territoriales espectaculares y alguna posición expuesta, como Serrella, se perdió prontoro3. Lo más trascendente fue¡on sus consecuencias. Representantes de las poblaciones andalu_ síes levantinas acudieron enseguida al califa almohade al-Násir para exponerle los daños que causaba el enemigo barcelonés en su paÍsr04. La preocupación en Marrakech debía ser grande y proporcionalmente inversa a la aparente confianza, a todas luces excesiva, de los cristianos. El 6 de septiembre, nada más regresar de1 sitio de Castielfabib, el rey de Aragón y la Orden del Hospital ya estaban pensando en con_ vertir en iglesias las mezquitas de la localidad valenciana de Burriana, quamd.ocumque Deus dederit eam ín rnanibus christianorurn\os. En deñnitiva, ios ataques y las intenciones del rey de Aragón obligaron al Califato Almohade a dar una respuesta contundente a sus enemigos cristianos, más aún cuando las malas noticias llegaban también de las fronte¡as con el Reino de Castilla. 5. Alfonso Vlll de Castilla y la ruptura de las treguas: la repoblación de Moya ZuRrrA habla de la frontera en ¡a que elrey estaba con el mayor cueryo de su ejérciro,lo que indica que había otros contingenres operando (ánar¿s,lib.II, cap.60). para crral,las operacionespudieron afectar "a la indecisa ftortera Cantavieia-Miravete-Teruel" y abarcar buena parte del año 1210, Pues el rey concedió el castillo de Camarena a Pedro d€ pomar el 5 de ab l (precedentes, p.2Og). La donación del castillo de El Cuervo el 18 de agosro, cuando aún Castielfabib estaba bajo;sedio, demuesüa que había eE ma¡cha varias operaCiones simultáneas (At"\¡rR , pedro el Catótico,l[, n.I.07t). LEóN y MoMBTEDRo, "Una cruzada", p. 28. Sobre la fragilidad de las posiciones cristianas del Balo AraEón en estos años, c ARGALLC, El Concejo de Teruel,t, pp_ 224,226 y 230-231. IBN'IDÁRí, p. 260; Hurcr, "Estudio'l p. I, pp. 983-984. 2l; cuAr., precerlentes, p.2tO, n. t7gi y Ed. ALvtB^, Pedro el Cató¿ica III, no r-081 (Teruel, 6 sepliembre I2lO). GoNzALÉ¿, At¡onsoW , prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones lnilitares en las tronteras Aunque más tarde que su aliado Pedro el Católico, parece que desde I209-hacia una no los movimientos de Alfonso VIII apuntaban Almohade106' A priel Califato iánovación de las treguas pactadas con los términos del meros del mes de enero, eI monarca castellano fijó de Castilla, éoncejo de Béjar,localidad situada en el extremo sudoeste localidad de esta repoblación La y Plasenciato?. átr" Árritu, Talavera quizá y más los almohades apuntalabá las fronteras castellanas con los musulmacln León, reino ¡ival y varias veces bien avenido con de nes. En 10 que parece una respuesta a la iniciativa repobladora Castilla invadieron leoneses de seis concejos milicias Atfonso VIiI, las en el mes de marzoro8. Al final, las tensiones se resolvieron gracias al junio de acuerdo firmado con eI rey Alfonso IX en los últimos días de julio, Alfonso \IIII 1209r0e. Unas semanas más tarde, a mediados de (Guillelmum, magis' de armas fabricante hizo una concesión a un una acción de preparativos to yelmorum), quizá pensando en los ofensivallo. En los primeros meses de 1210, el rey favoreció a algunas que órdenes militáres, en especial a los calatravos de Salvatierra, lo vendría a confirmar que estaba pensando en la guerralrl' El Papado contribuyó notablemente aI inicio de las hostilidadesr12' En respuesta meses atrás' a las petitiones del rey de Aragón Pedro el Católico unos Inocéncio III ordenó en febrero de 1210 al arzobispo deToledo y a sus sufragáneos que animaran a Alfonso \IIII a mover Ia guerra contra los ,n,r.r1-ur". p.o Christi nomine tam pium propositum emulandoEn previsión de que no lo conseguirían ypara presionar-al rey de Castilla' el papa autorizó a los castellanos a luchar contra los sarracenos aI mánáo del rey de Aragón, concediéndoles además la remisión de 1os Loo GoNú*z,,tlfonso WIL Lo7 lbídem, pp.ll2 I, PP. 982-983. y ga2, y UI, n' 834; RosADo y LóPÉZPA.IEP., La Batalla, Laa Anales Totedanos I, Pp. 169-170i HuIcI, "Estudio", P. 2I; y GoNárEz, P 62' AwnsowII'l' P 738-743' r09 coNz(tEz, Ab¡tsowII,I, pp.98l-982 y III, n'845 (27junio 1209)' rr0 lbidem,f,p.gazylll, n" 846 (r5 iulio 1209). rrr GoxzhL';z, AWnsowII,I, p.982 y II1, r" 859 (19 enerc: Montegaudio o Monfragüe)' 86I (25 febrcro: Salvatierra) y 862 (l0marzo: Sahatierra). rr2 Swrru, Innocent IIL pp. 89-92; y sMrrlr, "Th e Papacy", P. 17l ' 163 prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las lronteras Martín Alvira Cabrcr se encuentra muy efectiva se produjera a 1o largo del año I210117. Moya para no pensar cerca del Rincón de Ademuz. Demasiado cerca como de Castilla y los reyes de coordinada de una estrategia en la existencia oriende las fronteras concreta Aragón para presionar sobre esa zona pecadosl13. FJ permiso pontificio suponía una intromisión en la polÍ*y de Castilla y una amenaza- dire"ta a tu ,oluntai"¿g' I:.1:,:¡*: de 9, conservarlas treguas con el Califato Atmohade, AlfonsoVIII tregu;; que difícilmente podrían mantenerse ügentes si los castellanos üe i¿ archjdiócesis Toledo podían entrar;n guerra con los musulr¡4_de nesrra. El rey de Castilla buscaba la ruptura, pero parecía tener dudas o,esperar el momento oportuno, por lo que prefirió apurar al máximo el perÍodo de treguas. Así pues, .ro pare"e qr" Alfonso VfU toÁara parte en ninguna acción milita¡ durante los años 1209 y l2lgus. ¡o que sí pudo hacer es dejar que otros le prepararan el terráno. Según las crónicas castellano-leonesas, la guerra entre el Reino de Castilla y el Califato Almohade estalló a causa ae la repoblación ae Moya-. Esta localidad conquense se situaba, en palabras-de Lucas de T\ty, ín confinio barbarorum, concretamente en las f¡onteras castellanas con los territorios valencianos del Sarq al-Andalzsrru. I,a repo_ blació.n.tuvo lug¿r siendo juez de Cuenca éarcía pérez, por lo iue pudo iniciarse a finales de 1209, aunque es probable que la ocupación 'huctotitate.nostra in rcmissionem e¡s peccaminum iniungen¡es, ut dicto regí ad. promouendum tan¡um Deí seruí¡ium consitium e¡ auxirium opponunuÁ i^p""a."r, ,!.1,,:: ^oia"iiÁ apostot¡cum ius executione_monstritis quam sinceii sttis ntoa,o", _,!^1,:*::: 1*o .ín _e iiiin* eo. MANS¡rLA, rrofenc¡o IIL no 415 r16 fchrero 12l0); también "n,¡r¡o"i coNz,{I_Ez, Atfonsowll,l, pp(dara lzog); y sMtTH,Innocent III,;.91. 1t4 gatgai , I talei de al-Andalus (véase Mapa l)I18' Luis Mombiedro planteó de "la toma forma verosÍmil el desarrollo de los hechos: es posible que o militares las órdenes de iniciativa fuese una moyano del territorio l2l0' Una de aragonesa de su gente de sueldo durante la campaña conquista partiendo del frente abierto en la zona de Ademuz, limítrofe con Moya; hecha por vasallos castellanos (caballeros de Uclés v Salvatierra, voluntarios de f¡ontera) y ofrecida al rey [de Castilla], qrl" Ia u"eptu y ordena la población, quizás a finales det verano de üto, d".rt.o atin deJ año X-1209/10, en coincidencia con la campaña d de Pedro II en esa zona, que duró unos dos meses en el verano 12I0,rre. Los documentos de la cancillerla catalano-aragonesa permlten matizar esta atinada interpretación y plantear algunas hipótesis en relación con Ia primera ocupación de Moya y con otras operaciones militares cristianas desarrolladas en el verano de 1210' Se conservan, en concreto, tres cartas dadas el 13 de junio en Teruel, lugai de concentración del ejército del rey de Aragón en I'lsperas de la rl? pp. 15-16. Este autor ve detrás de la autorización ponrificia la mano del :::11"L:.-11I.i:d" Tldriso rjménez_de Rada, p."""nte e" noma ",, ros piÁ"-ioJ,i"""" a" rzro, en-con venc,a con elpapado, las órdenes militares y e¡ rey de Aragón. Á podrfa * i,"'i"Li ilico,r. lrs y Le6n1 p.532. ñii;» v'üí.*o,,,c."n" r¡onre za en ta Edad Medi¿],, Mova: Estudíosy Documentos I, cüex\ca, Diputación, pp. 43_5I, esp. ft;;i;;;;;ii;;.:*"c"."sa, l ) L:^?::_?.8-::v:.Clyont|on ¡nundí. ed. E. Falqu€, TLrnhout, Brep ots, 2oo3 (corpues christíanoruñ. i'^::.':y:"? M:**!!t 74l. lib rv cap 87; v ÁLvAREz,Y y LópE; REeuENA, t. Góeo "Moya: una vilrá 43-45 una posible Como sugieren MoMBIBDRo, "Moya', P. 14; y GARcfa FITZ, ¿as Nauas-, p l40 sin oMdar tiempo. de Alfonso ll, por el control de esas zonas ousna dá ambos monarcas, iniciada ya "n Pow*s E "Fro;tier competition and Lesar óieaii"ity' a c.sdian-eragonese Case Stuáy Based on Twelfth-Century MuniciPal Milita¡v Law"' la spi"it"in, sz (1977), pp. ;65-487; v RoDniáUrz-P¡c¡r+,r M¡¡r-u, E (1993) "Pecutiaridades de tiont".u casteuuoo-a.ilonesa en ei siSlo I", Ciencias human$ v sociedad' La ..Fundación oríof utquíjo (1953-lgg3),M;drid, Fundació; "losé Luis de Oriol '-"catalina de urquijo"'pP 235-246'€sP' i;""il;;;i" GoNzar,Ez, AIfonsoWII,l, pp. 986-987; MoMB¡EDRo, ,.Moya,, pp. lZ_1g (.,Nada, además, hace suponer que Alfonso atacase a los atrnohades antes de á" áÉ.'it o *"yo á" la,*ri" l de octübre d€ 1209 y el30 de septiembre de 1210, GoNz'{tEz,l (1982) "Repoblaciór Anuarío de Estüdios Medievales,12' pP.183_204, €sp l95, y MoMBrlDRo' de Cuenca', lá tierra d€ p 982' Sotre la Iufoy";, pp. rz-zo. ¡f .uy concedió tuero a Moya en 1210, GoNárE¿ áIfonso 1'4I¿ l, Fue juez eotre el y CERDI fechá ¿iestos hecfros, MoNDÉIAR, MARQUÉS D; (IBr(Ñ'Ez DE SBGoVIA PERA!'rA Y MENDoza' G') octaÜo de su Ozazl u" or¡^ histódcas de la u¡da y acc¡ones del rey eton Alonso el Noble' nimtr", imaría, Lrlpr. A. de Sancha, p.289 (p;nc l2I0); GoNáLEz Repoblación,l'p pp 25a-26oy 62 11270); g82 (1210j; RosADo y LóPEZ P^\ER' La BataÁa' lt2oÁ,t ¿oNzít¡a, A¡fonso W ,l, P. G^Ficí^Ftrz, Las Navas, p. ra0 (12I0). MoMB¡EDRo, "Moya", Toledano aludir ra-carra oel carúa.almohade de t2t L cuando dice que los imames d¿ Ios infieles [...] recibieron de r(oma 1...1 un embaiador. mandándole. I'nirse, alguno de elos quitó de -pááái,-íiti" sus cuelloi Iá que quedaba de-esüpuraciones atmohades (ca¡ta det catiÍa ¿:,v,¿u., , p. ,s. via. ínfra ' 119 Mourreono, "Moya", p. 19. 165 Martin Alvira Cabrer campaña del Rincón de Ademuz (véase Tabla 1)r'u. En ellas encontramos primero al maestre de Santiago Fernand o González, al que ya ümos recibir la donación de Montalbán, conquistada por las armas en colaboración con Pedro el Católico, según el relato de Rades. Los santiaguistas no lr¡elven a aparecer en la documentación regia emitida durante la campaña catalano-aragonesa de 1210, por lo que no parece que acompañaran al ejército de Pedro el Católico. Tampoco está claro que interünieran en la primera ocupación de Moya. l¿ Orden de Santiago poseÍa en 1215 unas casas en la ülla, pero donadas por Pedro Fernández, luego merino mayor del rey de Castilla, quien sí participó junto al caballero Pedro Vidas (de Atienza), algunos riojanos (Pedro García y Fortún) y otros castellanos en la repoblación de Moyar2t. En Teruel también encontramos al maestre de Salvatierra Rodrigo Díaz (Ruy Diaz de Yanguas). Actuó como testigo en la donación de Montalbán a los santiaguistas y como participante en un nuevo acuerdo del rey de Aragón con Pedro Fernández de Castro el Castellanol22. El problema seguÍa siendo la deuda contraída por el monarca en 1206 y renegociada en I2081'?3. Ahora se volüeron a negociar las condiciones: en lugar de las ciudades de Zaragoza, Teruel y Calatayrrd, Pedro Fernández tendrÍa en prenda los castillos de Rueda, Fuentes de Calatayrd, Someto y Embid. La Orden de Salvatierra se haría cargo de la custodia de estos lugares y recibiría dinero del rey r2o Ed. Awtr.¡, Pedro el Católico,lll, n" 1.O53,L 055 y 1.056 (Teruel, 13 junio 1210). I2r AlfonsoVIII donó Abengámar y confirmó sus bienes a Pedro Ferná ndez pro muhís et gratis obsequis quae mihi diu ethibuistis [...l ín populatione de Moya, GoNzALEz, Auonso v1.I1, I, p. 982 y IIL no 878 (25 junio 12I l); también GoNztEz, "Repoblación", p. 195. En 12I5, Alfonso l¡lll dio a la Orden de Santiago "mis casas y alcázar de Moya a cambio de olras casas entregadas a los fteires por Pedro Fernández", ed- GoN?,tEz, Alfonso WIl,lll, n" 984 (18 junio I215). Sobre esta cuestión, GoNzÁLEz, las lronteras" cle la gtrerra Operaciones r¡ilitares en prendiendo el fuego rü':]ff *: 'JdHl+"ü.{'""":.T:ti:}":;i."l:i:i{,tx:'iliffi (en salvatierra)' una de las lflr'ffiililp,"tt"tr"t ul*-,¿a militar f,rildit#l:',u¿:íu|;,le:*::.T:ii:13,11";'lL'1",1'x: la guerra con los de ademuz. AI mismo tiempo, llrO"i.*.1'*,rcán uuto"'"¿u almohades había sldo por el papa y.Pul"t: lógico que los del comprorey^ de Aragón el cumplimiento pencalatravos exigieran at estaban rue así' Js que los- calatravos miso adquirido Y si esto en l2I0 desde Ia fortaleza de Salvatierra' I;;;;;tp"*t Los calatravos' aI igual Otra idea que abunda en esta hipótesis' durante de li documentación regia or" rrI.u"iig"istas, desapaiecen 1210' lo que sugiere que tampoco de i'"".""áp"nu "á,"lano-aragonesa el Católico' ¿Participaron entonPedro i.r."r'.," o"t" del eiérciio de darse fuoyuip""t tampoco está claro Suele ces en la ocupación a" norsentadoapartirdeut'oot*t'.,-'*toderztzporelqueAlfonsoVlll de unas casas' dos huerlos brden la posesión en Moya Ln et misÁo caso: los freires iecibieron y un maiuelo, p"'o "ttu'not en la primera repoblación' en q'" tí Lstos bienes de alguien "tt"o rnat úi"tt' q'" lulio González pát"""' este caso García de eg"itu'1; "en Moya pronto- entraron las Órdenes tenía razón al decir que p"'o q"i'áÍ" a"sde el principio Y si los calaMilitares"r'z6. Pronto sÍ, rz io ton tuy de Aragón ni estaban travos no estaba. "r a los musulmanes "., "t ""'ut'l-á" to-batiendo an Mova. cabe Densar que "t*ti"tut *át s,,' d"sá" su fortaleza de Salvatierra' i""ttt-ái" -r.ñá "r realizada por vasallos La ocupación de Moya en I2I0 fue de los documentos los testigos de Alfonso VIII' Pues bien" entre Re po b lac ió n, I, p p. 25A -260. 122 Ed. ALvts¡, t23 Pett¡o eI Catótíco,lll, no-t.O53y r.055 (r3 ¡un¡o Izroj. vid- supra.Lacarr.ad€l acu€rdo de r2l0 no se conserva, pero se menciona en la dada a los calatravos (§ecundum ¡ormam ínsü men¡i íntet nos et ípsum ¡acti... prout ín hac carta et ín alia contine¡ur... cum carta qua modo ei ¡ecistis in Turolio,Ibidem, n, L053). Debió escribirse en estos días de junio de l2I0 En 1224, el pa8o de la deuda fue renegociado de nuevo por el rey Iaime I, hijo de Pedro el C¿rólico, Alvaro Parez, hilo de Pedro Fernáodez de Castro, y el maestre de la Orden de Calatra\a García lbáñez, ed. Hutcr MTRAND^, A. y C^BANES PEcouRr Iú. D. ,ocrm entos de laíme I de Arogó . Vol. f: 1216-l2j6,Yztencia, Anubar, 1976 (Iextos Medieval€s, 49), n" 57 lzaragoza.16 )]J¡io 1224). ;,*r^rrr",^'fisÜundesaluarc¡raetomnesfrut¡Ps'uest^l::'f:::i::: :t;:,';;i:;;:Z';:;i ostatico qtttous ' ':::';;i;;;;;;;';b;;o absot de hominiatito e¡ li'tancia e¡ llbidem' o' '\25 I .o53) ' Ea.ü'n,tttz.tt¡o,:,f,.'ll:t-'.,llll'j'Ji:lilil;,?:i'il'ílíf 196 t'a partrctpa "Repoblación', P iJi'Í;l,i#i.f.,),lll':i P.229. 126 GotzÁtzz, Repohlación l' p-254 I67 166 Martín Alv¡ra Cabrer catalano-aragoneses dados en Teruel el 13 de junio hay varios nor¡bres castellanos. El primero es Pedro Fernández (de Castro), mencionado en los citados acue¡dos con el rey y los calatlavosl2T. Su relación con el rey de Aragón se había üsto condicionada desde finales de 1209 por la pugna por el condado de Urgell entre la condesa üuda Elvira Núñez de Lara y el üzconde Guerau de Cabrerar2s. La condesa buscó enseguida el apoyo de Pedro el Católico. El vizconde, casado con Elo Pérez de Castro, hija de Pedro Fernández, acabarfa recibiendo la ayuda de su suegrol2s. En junio de 1210, sin embargo, el Castellano, su familia y sus bienes recibieron la protección expresa del rey de Aragón, por lo que las relaciones no podían ser malas en estos momentosr30. Los acuerdos de Pedro Fernández con el monarca tienen que ver con las deudas impagadas y quizá, corno suge¡Íamos, con las necesidades militares de los calatravos. Pero, sea como fuere, no parece tampoco que el Castellano fuera uno de 1os participantes en la repoblación de Moya. EI nombre de Petrus Ferrandi está también entre los testigos de la carta de donación de Montalbán a la Orden de Santiagor3l. La primera impresión es que se trata del mismo Pedro Fernández de Castro. Con todo, el hecho de aparecer junto a un hombre muy cercano al rey Alfonso \IIII de Castilla, Alfonso Téllez, induce a pensar que fuera prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en ¡as fronteras. . de Moyar3'z. Y podría ser asimismo Pedro Fernández d.e Lzagra o de Albarracín, muy ünculado a la Orden de Santiago y al que se ha atribuido una colaboración con Alfonso VIII en el impulso a la repoblación de Moya133. Recuérdese que el relato de Rades sobre la conquista de Montalbán menciona expresamente la entrada de los santiaguistas en tierra de moros por el señorÍo de Albarracín'3u. Sabemos, además, que en I211 Pedro Fernández de Azagra estaba con Alfonso TéIlez cuando se comprometió a entregar su señorÍo a la Orden de Santiago en cumplimiento del testamento de su padrer35. Vayamos justamente con Alfonso Téllez (de Meneses), testigo en, aI menos, dos de los tres documentos dados en Teruel el 13 de junio de 1210. Este noble castellano participó activamente en la lucha contra los musulmanes y sería considerado porAlfonsoMII, en 1213, como dilecti et.fideli uassallo meor36. En las cartas de Pedro el Católico, su nombre aparece junto a ios de la nobleza aragonesal3T. Y es muy significativo que, sólo dos meses después de estar en Teruel, fuera recompensado por Alfonso VIII pro nxultis et gratis seruiciís que mihi diu et fideliter exhíbuistis et cotidie exhibere non cessatist3s. Alfonso Téllez también desaparece de la documentación catalano-aragonesa después del 13 de junio. Tampoco tenemos constancia de su participación en la ocupación de Moya, aunque sí se sabe que en 1225 estuvo el Pedro Fernández, merino mayor, que participó en Ia repoblación 127 Aparece en otros documentos regios de 1208, en los primeros iunto a sus pa¡ientes Ah,?ro y carcia GutiérrezdeCastro,yenunode1209,ed.ALvra,PedroelCatóIíco,lI,no80I(Ejea,2?agosto),80I bis (Ejea, 28 agosto), 804 (Zaraqoz , 4 septíen\bre), 8r4 (Huesca, 2 octubre 1208) y 872 (Lleida, febrero 1209)- Se menciona abadesa de Casbas, Ibi¿¿m, a 20 un baile suyo, Pedro Arnaldo, en el testamento de Catalana, antigua no 953 {Peralta, septiembre 1209). III, r28 Elconile Ermengollrllf falleció antes del3l de octubre de 1209. I2s La cuestión del condado de Ury€ll se trata en DoMrNGo, D. (2007) A la recerca d'Aurcmbiaia d'úgett, Lleida, Universitat de Lleida,Institut d'Estudis llerdencs, (El Comtat d'Urgell, 6), esp. pp. 45-50 (aunque sin rnerción a las cartas del 13 de junio de 1210). INÉs C^LDERóN ha anunciado un estudio sobr€ Pedro Fernií¡dez de Castro y la compleja cuestión urgelitana ("Cum magnatibus', p. 186, n.70). L3o Preterea recipímus sub nostra eñparantia et protectíone et du¿atu Pletrum] Ferrandi et fílium suuñ et parentes et homines suos et totum auere suum et omnes res sua.s mobiles et ímmobiles per totam terram nostram, et ma.ndamus frrmíter uobís ñagístrc et fratribus supradictis ut lecipia¡is eos cum aueris suís ín pred.icti: casúis et teneatis eos ibi saluos et securos et suum auere, ed. ALvtRA, Pedru el Católíco, III, Do I .053. I31 .,., 168 132 víd. supra e infra No es, en ningún caso, el ma€stre de santiago. Rutzcó§182, Los orígenes, p.229, n.41. r3x l«vrz Gówez, Los orígenes, p.22g. 134 R*,¡s, Ch¡oníca de sanctiago, fol.23\r. r35 Ed. Anmcno, M. ¡I¡s roría de ALbarracín y su sierr¿,3 vols., Te¡uel,Instituto de Estudios Turolenses, I959,III, n 32 (Cedilo, l2ll) ypp. r47-ls7; y GoNzíiLEz, AlfonsowII,l, pp.316-317 v 876-s?7. 136 Era hij o de telo férez, fami¡iar del rey Alfonso \aIII y muy cercano a las órdeÍes miiitares En febrero de 1209 recibió d€l rey la ülla de Montalbán, en Toledo (GoNzáLEz, á¿lo"so yII, IfI, n' 837) Tuvo una destacada participación junto a su hermano Suero €n labatalla de Las Navas deTolosa, siendo recompensado por eliey, Ibidem, I, pp. 349-352 y III, n' 907; V,{RA THoRBEC(, C. (1999) E¿ ¿rn¿§ de Laq ¡¡áuas,laén,V¡iver"iaua a" fue", !p. ror -r Oi teed f2ol2l Las Navas deTolosa,1212. La batalla que dec¡¿lió ta Reconq ísr4 Barcelona, Edhasa, pp. 90_91); y ALvIsA, ¿¿§Nauds, pp.240y313' 137 12.. col.1 Alfonsus Te i. Garssicts Romeí. Artallus de Aüryona Ptetrusl Sesse- F rtuníus valerii G\' I.053); y t2'. col.l P¿rrus Ferrandí. A\Íonsus Tellís. Garssias Romerí.Artallus de AlaSon lno 1'Oss)' t38 GoNzÁtzz, AlfunsoWII,III, n'871 (Burgos, I septiembre t2I0). r69 Martín Alvira Cabrer prencliendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras ' impulsando la repoblación de la zona junto a los santiaguistasr3s. ¡¡ el verano de 1210, pudo haber estado con éstos en la conquista ¿s Montalbán, con los calatravos en Salvatierra o en la ocupación castellana de Moya. Álvaro Gutiérrez de Castrola3. La conexión de Diego Fernández con los Castro y con el condado de Urgell inüta a pensar en un posible nariente desconocido de Fernando Ponce de Cabre¡a el Mayor (m. c. i t71) o de su hermano homónimo llamado el Menor (m. c' 1200)raa. En el acuerdo entre los calatravos y Pedro el Católico aparecen otros cuatro nombres no catalano-aragoneses. Son, por este orden, GarcÍa Gutiérrez, Diego Fernández, Sancho Núñez y Abril García. El primero, García Gutiérrez (de Castro), parece ser primo de Pedro Fernández de Cast¡o el Castellano y hermano de Pedro y de Álvaro Gutiérrez de Castro, mayordomos durante un tiempo del rey de Aragón y junto a los que figura en la documentación catalanoaragonesa en abril-mayo de 1206, junio-noüembre de 1208 y marzo de 12131a0. No hemos podido identificar a Diego Fernández. Aparece en Aragón en febrero de I206 junto a Pedro Fernández de Castro, su hermano Martín, Pedro Gutiérrez y Suero Téllez (hermano de Alfonso Téliez y pariente de los Gutiérrez de Castro) como testigo del compromiso del rey Pedro de prestar ayuda al Castellano en la adquisición del condado de Urgelllar. Esto es interesante, porque un Diego Fernández ya había sido testigo tres años antes, en agosto de 1203, de la encomendación que hizo la condesa Elvira de Urgell de todas sus posesiones en Castilla y León a la Orden de Salvatierrara2. Lo encontramos en la documentación del rey de Aragón en agosto de 1207 , casi todo el año 1208 ymarzo de 1213, en compañia siempre de Pedro y/o No sabemos nada de Sancho Núñez, cuya presencia en la documentación de Pedro el Católico se reduce a las cartas de junio de 1210 en TeruelIa5. Abril García también aparece muy poco. Actúa en mayo de 1206 como testigo del reconocimiento de deuda del rey de Aragón a Pedro Fernández de Castro y en un perdón regio a Ia ciudad de Zaragoza, en ambos casos junto a los Gutiérrez de Castror46. Estamos, sin embargo, ante un personaje mucho más conocido. De familia ünculada a los Girón, era hermano de Fernando GarcÍa, célebre por su destacada actuación en la bataila de Las Navas de Tolosa conteniendo (de el Ímpetu del rey de Castil1ala7. Abril era tío de García Fernández Leonor la reina Villamayor), hijo de Fernando Garcia y mayordomo de Plantagenet entre 1211-1213, lo que nos sitúa ante otro personaje muy c;rcano a Alfonso VIIIras. En el verano de 1210 cabe imaginarlo junio a Alfonso Té11e2, bien con los freires de Santiago en la conquista áe Montalbán, bien con los calatravos en Salvatierra, bien en la ocupación castellana de Moya. r39 Goxz(wz, Repobtación,|, p. 260. r40 Ed.Anr*, PedroetCatólíco,Il,no609,616,6l,4,7a6,787,788,790,793,796,800,80I,801 bis, 8O4, AO7, A26, A2?, A29,83I, 832, III, n. 1.053, tl.0561 y IV no 1.482. Pedro Gutiérrez de Castro tu€ l4r 142 t70 mayordomo de Aragón entre diciembre de 1207 y agosto de 1208, y en abril de 1.210; su hermano Alvaro, entre agosto y diciembre de 1208, y en m ñzo de l2l3llbidem,V, ap. 3.1.1., pp. 2.3?7-2.3?9). Los dos fueron también mayordo¡nos del rey de León. carcfa cutiérrez ocuparia brevemente el cargo de alférez en León (abril-septiembre I2r3). Sobre €stos personajes, véas€ cóNáLEz,J. (1944) Awnso IX, 2 vols., Madrid, CSIC, I, p.325; coNz,{!Ez, Alfonso WIII, pp. 324 y 33I; DE S^r-azAR y AcÉ¡" r. (I991) "El linaje castellano de Castro en el siglo XII: consideraciones e hipótesis sobre su otiged', Anales de Ia Real Acad.emía Ma¡irense de Heráldicay Genealogía,1, pp.33-68, esp.43'44; y CALDERóN, "Cum magnaribus", pp. 296,298,463, n. I 11, 504 y 5I5. Ed. A.wn¡, Pedro el Catótico,ll, no 5g7 lzaragoza, l0 tebrero 1206)Ed. Dor,r¡¡'rco,,1 la recerca, no 2 {zl agosro I203). impulsada desde el principio o más bien aceptada después por Alfonso VIII, la repoblación de Moya en I210 supuso una trasgresión 144 Pedrc el c\tólico,ll, ñ" 702,746,'154,757 ,766,7A2,7A?,788, 793, 796, 800, 801, 80I bis, Ed. ALvt 80?,820, 826, 827,820, 829, 831,832, lll, n" r.053, [1.056], I.079 y IÍ n' 1 482' 804,805, ^, No tigura en las Senealoglas eslablec¡das por FERN,{NDEz_XEsra YV.&QÜf-z'E Un magnate cataán en la"corte de AlfonsoVtlJ'Com¿s Ponctus de Cabrciru, Prínceps Qemore", Madrid,-Prensay Ediciones lbcroamerlcanas, t99l (lll Pcrseveranle Borgoña, 2), pp- 7l_74; y CaIDERóN, "Cum magnatibus'l pp. 167-I69. 145 [cl. Aw¡n¡, I,cdrr, ¿i (,hl¿llco, Il l, n" 1.053 y II.0561 (13 junio 12I0). ra6 lbld¿n¡, ¡1. n.616,624 y lll, n" t.053 y [1.056] t47 Avvrrrn,l,asNouas,pp.199_200,278,401y46l ¡ sus hormanos Fernando y Ruy, entre los La Crónica de Cesti|,aÚenciona combatienles de Las Navas (p 260l a Abril García' ju[to r48 Manrf¡¡z sopr:¡¡, P (1985) ¿a Tierra de campos occidental. Parentesco, poder y cornunidad del x rt xat, vutiaaotid, Institttci6n Culiural §ima.ncas-Diputación Proüncial- pp- 398-403i VAP.^' ",!i, Ei Lunrr, pp.105'109 (rced. ¿as Ndrar, pp. 94-98)j v ALvaRE; BoRGE, L (2008)-"Los dominios de uo nobl,, dc ia'cortc castellana en la primlia mitad áel siglo XIII GarcÍa Fernández de Villamayor"' ¿l6pan¿¡, 68-230, pp. 647'706, esp. 649, 65I (árbol genealógico), 655- 656 y 68r' l7I Martín Alvira Cabrer de la frontera almohade y una amenaza para las tierras del Levante andalusÍ. El peligro fue inmediatamente percibido en la corte de Marrakech y los enüados del califa al-Násir hicieron saber al rey de Castilla que la no retirada cristiana de Moya sería considerada un casus bellitas. 6. Las cabalgadas cristianas de los años 120,9-1211 En el caso castellano, el inicio de la guerra contra el Califato Almohade no sólo se produjo a raíz de la ocupación de Moya. Cuatro fuentes diferentes informan de operaciones militares cristianas contra el norte de AndalucÍa en torno al momento de la ruptura de las treguas (véase Mapa 2). Comencemos por el testimonio más tardío, que puede leerse er la Chronica de Calatraua de Francisco de Rades. Asegura que, en el año 1209, el rey Alfonso MII partió de Toledo con sus tropas y atacó las regiones de Jaén y Baeza150. Rades dijo tomar la información de la Historia Gothíca del arzobispo de Toledo Rodrigo liménez de Rada y de la Crónica General. Sin embargo, y como ya adürtiera en el siglo XVIII el Marqués de Mondéiar, debió encontrarla en "el archivo de Ia orden de Calatrava, pues no se expresa ni en los dos Prelados sobredichos [Rodrigo de To]edo, Lucas de Tiryl, ni en ninguno de nuestros escritores"15I. Lo que en realidad dice el arzobispo Rodrigo, segunda de nuestras fuentes, es que Aifonso MII se decidió a mover la guerra contra los almohades después de repoblar Moya y de haberse comunicado oficialmente la extinción de las treguas, lo que nos sitúa, como ras Lucrs nuTuv,lib. rso Reozs, pronto, a mediados de 1210r5'?. En cuanto a los ataques cristianos ánteriores a la conquista musulmana de Salvatierra (verano de 1211), lo que el Toledano escribió es estot Post uastationem autenx aliquo,rn factam d. nostrís in terra Beacie, Endugari et Gienni... El arzobispo habla de forma imprecisa de devastaciones de "los nuestros", pero no del rey de Castilla, que no aparece mencionado en su textors3' Rades afirma también que el ataque de Alfonso MII desde Toledo fue coordinado con otro lanzado desde el castillo de Salvatierra por el maestre calatravo Ruy Díaz y sus freires, quienes atravesaron Sierra Morena, asolaron la comarca de Andúja¡ arrasaron los castillos de Montoro, Fesira y Pipafont, y tomaron el castillo de Vilchesr54' Esta cabalgada de los calatravos en 1209 es verosímil, entre otras cosas, porque no hay ninguna otra información que pueda desmentirla'ss' iodrla ponerse en relación con los planes de apoyo militar aragonés a Salvatierra que ümos arriba (agosto de 1208) y vendría a confirmar que los calatravos combatían a los almohades al margen de las ls2 (25 El calila almohade destituyó al encargado de recibir a los embaiadores cristianos €n el año 607 nio 12 I0- r 5 judo l2l 1), Hnrct, Hístoría polítíca' II, p. 401; y GoNzirEz, A lfonso VIn, L p' 983 ' ju r53 va'-vERDE, I JruÉNrz or Reoe, R . Historia de rebus Hispanie síve Historia Gothica, ed. FERNÁNDEZ \"11, caps' 34 (198?) Turnhout, Brepols, (Corp¿ls Ctrristianorum- Continuatio Mediaevalis, 72), llb y 35. La Primera Crinica Genetul alfonsÍ (ed. MENÍNDEZ PrDAr, [1977] R Madrid, Gredos, caps' i.ooz-t.oog, pp. 686-687), ta Cñnica d,e Castitla (ed. RocHlvERr-zulu, P (2010) París' SEMH(ed' HERNANDEZ Sorbonne, Les'Livres d'e- SPania. Sources, l, p. 28O) y la Crónica de Veínte Reyes un ataque mencionan tampoco 16 lib. )OII, caP. Ayuntamiento, [27]) Burgos, ¿, arir,(1991) Aloñso de Alfonso \411. Aunque larecá muy improbable que esta cabalSada ocurriera, el itinerario regio yei 19 de agosto {vitoria), o entr€ esta fecha y el20 f"áititt..it,.rutt* "oit" á rz a" ¡"tió G"iotuao) ae seotiembre tBureos), MArEU úaRs,I. (1982) "Nátasparael estudio del itirerario deA]fonso\4ll de ¿ast iila { t I 58- 12 t 4il ¿a lormación de Atava: 650 aníve$arío Vitoria, Diputación Foral, pp. 655-754, esp. 743. t[ cap. Bz. Chronica de Calatraua, tol.23v; at qu€ copian ARGoTE D! MoLrNA, c. OSaA) Nobleza de And.alucía, Sevilla, H- Dfaz, {ed. M. Muñoz y carnica, ,aén, E L. Vizcaino, 1866, reprod. facs. Jaén, Riquelrne y Vargas, 1991), lib. I, cap.35, pp. ?1-?2i y MoNDÉr^R, Memoría' pp. 289-292 (data fin. 1209); y al que siguen Hurcr, "Estudio", pp. 2o-2t y 24tHutcL crandes batatla' pp- 227 y 23t;Hut t, Hístoría polítha, lI, p. 416; RoDRícuEz-PrcAvEA, "MonarquÍa', p. 372; RoDRÍGUEz,prcAvEA, ¿4s órdenes mílitafes, pp. lO3- 104; y RosADo LLAMAS y LópEz PAYER, ( I209 o t21O) La Batalla, p. 62. 15r MoroÉBn, Mernorrar p. zso. 172 prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras... d.el Pacto de Aria4a 0332'1982) 'Yol' L ' 154 R-tozs, chronica ite catatruua, fol.23vi zl q\e cop¡an ARcor¡ DE MoLTNA N¿bleza' lib l' cap 35' pp. 71-72; y MoNDÉ]AR , Memoria^t, pp.28g:2g2 táata ñn. 1209): y al que siSuen HuIc¡' "Estudlo"' pi. Zo-zt, Á"r"r, Crandes bataltas,l. 227; HÍrtct, Hís¡oría política' II, p. 416; Ro'RlGUsz'Prcavs^' ;üonarqula'l p. 372; RoDRfct EZ'P¡¿A\,?Á, Las ór¿tenes milítares, pp 103-104; y RosADo LLÁM^S y LópEz PAYB¡, (t209 o 12lO) La Batalla, p.62- Iss tlrra lncr¡rsión de los calatravos en 1209, pero sin et rey, es aceptada porVrGUEne' ¿'s rsir¿os d¿ taila§' p 639i y p. :ottr Mou urrnno, "Moya', P. 17; G¡ncá F[rz, Car¡i¡la y León, p.?ll;v^RPLA, "Salvatierra" GAn(:l^ Fr'ü, Lar Ndrds, P. I96. 173 Martín Alvira Cabrer treguas pactadas por Alfonso VIII156. Sin embargo, esta misma razón es la que haría más lógico posponer el ataque a 1210, lna vez que los castellanos recibieron el permiso expreso del Papado para hacer la' guerra a los musulmanes y coincidiendo con las operaciones de los santiaguistas en Teruel y la ofensiva del rey de Aragón en el Rincón de AdemuzIsT. La tercera fuente esla Crónica de Castilla, úr'arefundición de la Estoria de España alfonsl elaborada durante el reinado de Fernando IV (1295-1312). La ruptura de las treguas se atribuye en este relato al infante Fernando de Castilla, primogénito de Alfonso \{III. Se dice que, por orden de su padre, corrió a BaeQa, e a Húbeda, e Sant Esteuan lSantisteban del Puertol, e Jahén, e Andújaiso. La noticia tampoco está datada, lo que sugiere que tiene su origen en el relato del Toledano. Además, se confunde con la cabalgada que el infante realizó contra tierras extremeñas (Trujillo, Montánchez) en el verano de I211, durante el asedio almohade de Salvatierrarse, Aún asf, varios autores de la Época Moderna afirmaron que este ataque del infante castellano tuvo lugar a principios de 1210¡60. prendiendo el fuego de la gLlerra. Operaciones militares en las fronteras La cuarta fuente es la más cercana a los acontecimientos y la al rey de Castilla rnás interesante. Se trata de una carta oficial enüada b' Abd oor el gobernador almohade de laén, AbuZayd'Abd al-Rahmán It-U,l rni.r, para denunciar la violación de las treguas causada por un texto se ha ataque cristiano contra las comarcas de Segura yJaénr6r' El finales de de antes que producirse datádo en t211, pero el ataque tuvo el Reino de pol pactadas izro, f""hu en lá que concluían las treguas Castilla y el Califato AImohade162. Vale la pena detenerse en este testique se monio, porque ofrece detalles interesantes sobre la forma en la para la comprensión esenciales desarroilabán esas operaciones tan dei gobernade la guerra medieval que eran las cabalgadas' La carta áor aláohade habla de la incursión de un grupo grande de caballería cristiana y sus hombres en territorio musulmán' Prendiendo el fuego gran cantide la gueíra, tomaron cautivos y acémilas, y robaron una importancia la áad d"e vacas y ovejas, algo lógico teniendo en cuenta del norte de áe la ganaderia e.t á.tu. **ui"us jienenses ycordobesas. buscaAndaiucf a,0,. Los cristianos, como revela el informe almohade, lrrl ¡ai./i?r, p- 309; vARi, El ¿unet Pp-.67-68 (reed ¿as Na'at' lt§r:rr¡r.rr lrr rrrrtk:ln vrttl|'tt^, ,os ''t'hús.Ia cucrra'e idiología en la España me¿lieual: tuhuru y acti¡udes tr'r. l\7.tllr: ¡^ (:^uluut M (21)l¡l¡) ^¡.vr ,i prurctptrx det si6to Xttt -B;¡attas de Las Nauas d? rotosa (t 212) v Murct il'l,i"i,t,:ii ,ii-i" ls6 quizá fu"ra "una acción v€rificada con acuerdo delreyantesde expirar l¡l tregua con k,§ rhnohrdos, una preconcebida provocación, prcparatoria del d€squite de las Nav¡s" (AY tr, "l.¡rs forlalczas", p. 17, n.34), aunque 1209 parece una f€cha un tanto temprana para una ruplura (aste¡lana de las hostilidades. r57 El propio Raors habla de una segunda incursión combinada del rey Alfonso \4ll desde Toledo y de los calatravos desde Salvatierra contra Baeza, And¡1jar y Iaén en el año 1210, de nuevo tomada la. Hístorít Gothica llib. VII, cap. 35). Se trata de la misma noticia datada unos folios atrás en 1209, aunque sin mención a la toma de Andújar, Montoro, Fesira, Pipafoíl y Vilches lchroníca de Cakúrava, fol.25v). ARGoTE DE MoL¡NA repitió la noticia de R^DES, atribuyendo el ataque sólo al rey d.e Castüa (Nobleza,lib. I, cap. 35, p. 72). Atendiendo al itinerario r€gio de 1210, Alfonso \¡lII no de julio está localizado entIe el 16 de mayo (Cuenca) y el 29 de junio (San Esteban), ni €ntre el (Segoüa) y el27 de agosto (Burgos), MATEU, "Notas'l p.745. de u r5g Crónica d.e Cas¡Ila, p.280. Sobre estafuente, ALvrRA, ¿as Nduas, pp.49-52. I59 La confusión es más clara en la vers í6n de la Crónica de Veínte Reyes, cuyo lexto procede de la Crónica de Casti .t: Cuenta la estotia quel infante.Ion Ferrundo, como eru b-ueno e obediente a su padrc, movió con aquellas gentes quel rrcy, su padrc, le dio e coftió Baeca e Ubeda e Sant Estelan e a lahén e Andújaa e gerc6 to¿la la tie a e Montan7es, e non la puda tomar, e tomóse para Talauera, ¿lon¿le era su pa¿|rc, muy rríco e muy honrrato (lib. Xlll, cap. 16 I27l). Sobre los hechos de 12l l, ,l¿ infta. r60 Citados por MoroÉt^R, Memorias, pp.2go-292. Más recientemente se ha data¿lo también después d,e12Og(V^R,ElLunes,p-29,reed.LasNavas,p.28)yeoI2Og(RosaDoyLóPEZP^\'ER,LaBatalla' pp.6l-62). 174 it ttt,,' p 175; de Madrid' I' flzll)-,'li:sls nociornl. z i , ¿lr. e. ultrc fJrn¿ndez, Universidad Complutense GltclaÉttz' Las NaÜas' irii*ío v i,áu*, ¡'ntrl, ,a lktt.t o, P- 62i G^Rcf^Ft'tz, Castilta y León,p l42i hizo eco de ouo ejemplo de petición musulrnana de p. oi, V i.u,,,^, ¿ai§ N¿¡rr.§, 1,. t;Z h^ro" "" ¿ otnllcaclonesi',l,osnloft¡§tc(lllcx$rl)nd(.qtleduranteeltiempodelastreguasconelRe}'elMaes|re ü"""n¿,i, l.'ir.il*"do con cr Rev de Arason res havia hecho suerra il';';;;;;¿";;;;,;l;;.; Í Chronica de STnctialao,lol. 24t'v¡ VA ¡nlra. 162 La carta fue escrita por el sccrcl¡rrio al_Balawf, ed MEFrÁH' M llggo) AI'AIá'al'Yaz de tiSuera Motins, M l' universidad complut¿nse de Madrid' ni-¡"ir.i, i".1. no"io.al lnédlla. dtr. ^hmad lbn n' 3I. o. I2l i ed A. Azz ¡ou, Rasá muüahhidiwa Mamú a adida 2 vols ' Kenilra' Université n 775 i.áii. i gs6' r, ,; Á:, pp. 2s?'Zss (data 12l t ), t;;d' Parciat ?\LvtRA Guerru e .ideotosíadet' Iap'rupture i¿; i.á4. f. s"*t", p izb00) "Lettre du Souverneur d; Jaén au roi d€ castile e,proPos si¿cles: de; tréves (1211)", Gu¡cH,rnD, P y I'f¡¡'im, D. leds-), Pays d'tsl1m et monde la¡in' xe-xIIIeALVIRA' Parcial iit"s et ¿i"rment", tyon, Presses Universitaires de Lyo;, n" 58, PP 204_207i trad d€ l.ooo; y ed. traá. nos¡oo Lr-erus, M. D vlorez PAyEn' M G "EI intento v iáiiitcaut¡"o,ltl,i" i" g""i.",í"á"" del 9o6ernádor almohade de Jaén aAlfonsoVIII"' SAIVATIERRA'v' CBESSIER' "l tas Navas ete Tolosa' 1212'2ü2' taé$' Uliversidad de "rl Cruzndas É y i-^..?l,-o l. C. t"a" ¡, Míradas a Maria Dolores Rosado Uamas Ia¿n (en prensa) {pP. r-9, esp. 4-5l Agradezco muy sin€eramente puver lu posi'¡iti¿ua ¿e cánsultar v de citar §u nueva traducción arin en v ü"i'""ic"¡.i"i1ip", prensa en elmomento de escribir estas páginas producción ganadera de los 163 Desde el siglo xlII, ya en época cristiana, las Principales zonas-de laén' sl"á r.'r.i"ü v lai comarcas de náeza' Úbeda vla proliasegura áui.piJ." i" co,ao6" y ¡"¿i, lus ca-pinas cordo6esa y;ienense, asl.como en las sierr¿s de ro" -"i,o"" puitos err "o" r) La g;;aderia nedieuat andaluza' s¡Elos ) ILxvI: ""Ji¿o v i"i"¡", .t*""'rurt ,jo. c^..,..o o.oíi, C. trgs ¡einos dejaény C¿rdota,2 vols.,laén, Dipulación Proüncial,I, pP I59-I60y284' t75 Martín Alvira Cabrer ron principalmente un botln humano y animal que pudieran transportar rápida y fácilmente. Los at¿tcaDtes actuaron en todo momento sin ocultarse, como si no tuvi()ran quc rcsponder ante ningún rey, por lo que fueron reconocidos e iderrtilicados prlr los cafdes y los adalides musuh¡anes de la zona, quo los conttolaron r¡lañana y tardc, cn sus idas y venidasr6a. El gobernaclor altnoltndo l,rcclsa cstos datos para refutar las excusas que ya le habfan llegado rlcs«lc (jastllla: "lin (:r¡flnto a Io que tliccn al¡¡unos sobrc r¡tro los ntrtot0s do e8te hccllo son de Aragón, es una atribución clescabcllatlI o lnll)osll)lc do tt(lrnltlr por lógica, pues el territorio desrlc el que (!ntrtron cs vuus(r{) torrltorlo y ese pafs es el vuestro, y no es verosf¡nil que nlng(tn rragonés lo a(lavlese excepto en caso de llegar a un acuerdo con sus cafdes y a un entcndimlento con los hombres que estaban allf. Y aunque vuestros srlbditos lo prctcndan asf, los musulmanes de esta zona [...] han ve¡ificado que entre ellos no había de Aragón salvo unos 50 iinetes f...1 y que el resto de los centenares de peones y jinetes que estaban con ellos, aproximadamente 1.400 peonei y 150 jinetes, ciertamente eran de vuestro paÍs y entre ellos estaban los que os hemos nombrado en esta carta". Este pasaje es especialmente importante. Demuestra que los castellanos intentaron esconder su participación en ei ataque, acusando del mismo a los aragoneses, cuyo rey estaba ianzando en el verano de 1210 una gran ofensiva sobre te¡ritorio almohade. ¿De dónde vino esta justificación? Si pensamos que procedió de la curia castellana, hab¡ía que deducir que Alfonso VIII aún estaba intentando evitar la ruptura con el Califato Almohade. La actitud del rey de Castilla en relación con este y con otros ataques castellanos durante el período de ügencia de las treguas (1197-1210) puede ser interpretada de varias maneras. El apoyo constante y expreso de Alfonso VIII a las órdenes militares sugiere que animaba y sostenÍa las incursiones, incluso manteniendo formalmente las treguas, pues en última instancia favorecían sus intereses militares y políticos a a prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones miliiares en las fronteras... ¡nedio y largo p1azo165. Otros datos apuntan, en cambio, a que el rey de Castilla procuró evitar Ia guerra con los almohades durante estos años, prohibiendo las acciones hostiles, principalmente de las órdenes militares. En este sentido, deberíamos hablar más bien de una incapacidad del mona¡ca castellano para controlar las iniciativas militares de sus vasallos, que habrían actuado en varias ocasiones Dor su cuenta, provocando lo que Francisco Ruiz ilama "algunas rupiuras parciales" de las treguas166. La desviación de la responsabilidad {el ataque contra las comarcas de Segura yJaén hacia los aragoneses podrfa ser, asf, una forma un tanto inverosímil de excusar una nueva violación de las treguas. La situación de Alfonso VIII se volvió realmente insostenible a partir de febrero de I210, una vez que el Papado permitió a sus vasailos hacer la guerra al mismo Califato Almohade con el que él estaba en treguar6T. En este contexto, es muy posible que la imputación a los aragoneses de la cabalgada de Segumyraén no üniera de 1a corte castellána, sino de los mismos atacantes, ypuede que su destinatario no fueran sólo los almohades, sino el propio rey de Castillar6s' Quienes entraron en territorio musulmán podrían haber justificado su acción hostil, esto es, su responsabilidad en Ia violación de la tregua mantenida por Alfonso VIII, diciendo que actuaban a las órdenes del rey de Aragón, que es lo que el Papado había autorizado a los castellanos en febrero de 12I0. De hecho, la incorporación al grupo atacante de 50 combatientes aragoneses vendría a ser una inteligente manera de garantizar la legitimidad de su actuación, tanto ante los almohades como ante su propio rey. Si Alfonso \¡IiI quería mantener las treguas y se oponía a estos ataques, habría manifestado su malestar ante esta acción hostil, r6s El üsto bueno del rey a Ia cabalgada de Ios calatralos d€ I2Og (AYAI'a, "Las fortaleza§"' estarfa en consonanciacon esta actitud. p 17' n 34) 166 Rurz Gó¡¡ez, ¿os o¡ lgenes, p.228. 167 Mor¡¡raono habla de una "paradoja legal" ("Moya", p. 15). l6s El texto original conservaba los nombres de los caudillos cristianos identific¿dos. 176 do El goberoador almohade informó a Alfonso tr4ll de lo que dicen al8unos sobre qua los Iuloros ("aunql¡r'vuoitloñ osü hccho sorr de Aragón, atribuyendo el origen de taljustificación a sus vasallos srlbdltos lo preteodan asf"). t1t Martín Alvira Cabrer y tenemos una noticia tardfa que alude a una reacción airada del monarca con motivo de un episodio muy similar ocurrido también en 1210I6e. Si, por el contrario, Alfonso \{III preparaba la ruptura de hostilidades, su actitud durante estos meses, seguramente desde el verano de 1209, habrla estado más cerca de Io que llamaríamos una disimulada connivencia con las órdenes militares y con su aliado el rey de Aragón. El monarca castellano habÍa decidido mirar hacia otro lado: negar oficialmente cualquier colaboración con los atacantes y considerarlos ante los almohades como vasallos rebeldes que actuaban por su cuenta o por incitación de Roma, pero dejándoles hacer tanto en Moya como en el norte de Andalucíal?o. La respuesta almohade al ataque castellano-aragonés merece también un comentario. Como vimos arriba, en Marrakech se supo enseguida que el Papado estaba instigando la ruptura de las treguas y que ello daba pie a acciones hostiles que violaban los acuerdos con el rey de Castillatir. Seguramente por esta razór., el gobernador de laén exigió a Alfonso VIII que buscara a los autores, que los pusiera a disposición de la justicia y que reparara los daños materiales causadosr72. Incluso deslizó un leve intento de salvar la cara aI rey, insinuando que el ataque pudo ser una decisión de los hombres de su curia, 1o que insistirfa en la idea de que los atacantes actuaron contra cuenta que Alfonso r/III se enojó con la Orden de Santia8o por üolar las treguas atacando tierras musulrnanas junto al rey de AraSón, en el verano de 1210. El monarca reaccionó asi tras recibir una protesta oficial de los musulmanes lchrcnica de Sanctiago, fol.24r-v). Aunque no es posible asegurarlo, porque el cronista altera la cronologfa de los hechos (MoMBrEDRo, "Moya", pp- 14-15), A.lfonso\4II pudo molestars€ con los santiaguistas aún sabier¡do que ya tenlan el perñiso del papa para combatir a los musulmanes al margen de sus treguas (febrero 1210). RÁDES habla precisamente en este capftulo de los debates sobre la posición que deblan adoptar los freires delas órdenesmilitares resp€cto de las treguas, siendo como eran miembros de institucioneF creadas para Suerear contralos musulmanesy, al mismo tiempo, vasallos del reydé Casrllla Ubaem). t70 MoMBr¡DRo se refiere alabulapapalcomo una "pobre coartada del reyante los almohades" ("MoyaI pp.15-16). Prendiendo el fuego de la gLprra. Operaciones l'nilitares en las fronteras... su voluntadrT3. Así pues, aún tratándose de un incidente grave, los almohades se limitaron a pedir explicaciones y compensaciones, lo que sugiere que también querían eütar la ruptura definitiva con el rey de Castillati4. Los territorios orientales de al-Andalus estaban sufriendo en esos momentos los ataques del rey de Aragón, por lo que tiene sentido que intentaran no involucrar también al rey de Castilla, aun sabiendo que podía estar detrás de los ataquesrTs. De hecho, el riesgo de enfrentarse a una gran coalición cristiana es, probablemente, el motivo por el que el experimentado jeque almohade Abú Muhammad Abd al-Wáhid al-Hafsí, gobernador de lftíqiya, aconsejó al califa ai-Násir que no iniciara una gran expedición en al-Andalus en 1211 en respuesta a los ataques cris!ianos176. la cabalgada castellano-aragonesa denunciada por el gobernador de Jaén y las incursiones cristianas relatadas por Rodrigo liménez de Rada y la Cróníca de Castilla en el siglo XIII, y por Francisco de Rades en el X\¡I? Pues aunque es dificil establecer una secuencia cronológica segura, algunas coincidencias resultan cuanto menos interesantes. Todos los ataques afectaron al mismo escenario geográfico: las comarcas del norte de Andalucía (Jaén y Córdoba) situadas más allá de Sierra Morena (véase Mapa 2). Todos debieron tomar como base y punto de partida la fortaleza calatrava de Salvatierra, posición cristiana adelantada en territorio ¿Hay alguna relación entre RaDEs I7l t72 t7a Véase el texto de la Carta del caliÍa al-Ndt de 1211citadoenlanotat13- "no hay otra respuesta por rnestra parte con respecto a los autores que buscarlos e intensiticar €on urgencia la acción de la justicia para con ellos f...1 los infractor€s fdebla serl puestos a disposiclón de Ia justicia. [...] haréis t..,1 lo que corresponde hacer durante los tratados de paz [...] velar por cl restablecimi€nto [de la paz] y la reparación de todo lo que ha sido saqueado durante el in.idente, con el celo de quien evita que su pacto s€a traicionado y su resolución anulada y refr.rtada", trad. RosADo y Loprz PAr.ER, "El intento", Ip. 51. ''Transigt con traiciones como ésta, con laviolación de los tratados de Paz y Ia ruptura d€l acuerdo de tregua, es algo que no conuene a \,nesuo cumplimiento y tampoco es bueno que sea decidido porcualquiera de vuestroshombres entre las personalidades de urestro consejo" (Ibidem). \74 " Potestad que, en cualqui€r caso, sólo estaba en manos del califa: Si acaso siSuiera el tratado vigente, él lel califa] lo mantendrá y lo conservará, en caso de que se haya desvirtuado, así se lo haremos sabet" llbídem). 17s La Carta del califa ar-Násir de 1211 cuenta que cua¡ido lapaz que habia entre losAlmohadesy el señorde Castilla esiaba para terminar su plazo y su límite, nos enteramos de que tra.rnaba encender el fuego de la guerra (en IBN 'IDÁRI p.266). Segrln un crorista más tardio, el califa almohade recibió nueuas fdespr¿" d" jrrlio de 12101 de q¡¡e en al_A¡dalus Altonso invadía las tierras musulmanas, y cayendo sobre aldeas y castillos,mataba a lo§ hombres y robaba las mujeres y haciendas. Los andalusÍes pidieron aLxilio a¡ Emir de los Creyentes, quien se decidió a hacer la guerra santa, IBN ABI Za¡l RaLo¿ al-qirás, trad. HuIcI MIRANDA, A. (1964) 2 vols., Valencia, Anubaa (Textos Medievales, 12.13), II, p. 4s5- r76 ¡íf¿fl¡ al-'llrr4lrad. fr MacGUc(IN, M., Barón de Slane, Oa52'1a56) Histoire rles Betl,¿t4s et dcs dynastics mus tnnnes de l'Afriq ue septenrrionale, 4 vo ls , Argel, I ñp r d u G ouve rncnrc n t' (rced. Parfs, Geuthner, I978), lI, p. 224; y GoNzlLEz, AWnsoWfi,l,p.9A4 la¡,¡rori¡, 179 Martín Alvira Cabrer musulmán, a la üsta de los pasos montañosos de Sierra Morena y e¡ cuyo radio de acción están las localidades mencionadas. El testimonio de Rodrigo de Toledo y la carta del gobernador de Jaén sugieren que los ataques cristianos ocurrieron en 1210, es decir, después de que el papa autorizara a los castellanos a combatir contra los musulmanes, coincidiendo con Ia ofensiva del rey de Aragón en eI Rincón de Ademuz y a unos meses del final oficial de las treguas pactadas por los almohades y el rey de Castillal77. La incursión de los calatravos contada por Rades -y la del infante Fernando de Castilla, si es que existió- puede adelantarse a 1209 o incluso retrasarse a 1211r78. Pero si fuerzas militares cristianas formadas por tropas castellanas y aragonesas salieron del castillo de Salvatierra para devastar el norte de AndalucÍa, lo lógico es que entre ellas estuvieran los freires calatravos. A mediados de junio de 1210, en plena moülización de las huestes del rey de Aragón, el maestre Rodrigo Díaz estaba en TeruellTs. Que partiera entonces hacia la fortaleza de Salvatierra acompañado por vasallos castellanos de Alfonso WII y un pequeño contingente 177 La ¡eferencia a Ia captura ¿le ganado vacuno y oüno permite preguntarse, a partir de los desplazamientos de los animales en busca de pastos, por la estación del año. En época cristiana, la mayoria de las vacas de las comarcas de Córdoba y Iaén destinadas a carne y cuero pasaba el invierno en las zonas elevadas de SieÍa Morena y en verano descendla a pastizales más bajos. El ganadolanar (oveias, carneros, corde¡os) pastaba en toda Ia región, salvo enlas comarcasjienenses más altas de Sieffa Morena. El ganado "travesio", que se movía entre concejos buscando pastos, s€ desplazaba en verano a Ias Sierras de Segura y Cazorla, ñientGs que el ganado trashumante solfa alimentarse en los pastos de Jaén y Córdoba durante la invernada (entre San Miguel y abril). Con todo,lacarta del gobernador almohade solamente habla de la zona [a¿u¿21 de Segu¡a yotras entre los castillos {¡lJrr¿l que dependen de lacircunscripción tnaarl de raén, datos insuficientes para precisar la fecha del ataque. Sobre el ganado en estas zonas, seguimos a ARGENT E DEL CAsttLLg, La ganadetla medieval andaluzal, pp. 116-777, 124-725,225-226 y 283,285; también MaTELLANES MERCH,(N,l.V (1994)"La Encomienda santiaguista de Segura de la Sierra (r235-r335) ", Hístoria medíeval: Acras del II Congreso de Historía ¿le Andalucla, (Córd.oba, 1991), Córdoba, Junta de Anda.lucia, II, pp. 63-80, esp.70 y 77. r78 En t21t la si¡lan coNz.drEz, .4fo monjes guerrcros, p. t?9. r79 El nso W ,I, p. gATi y r ás recientemente RoDRícuEz,PrcA\,.EA, ¿os *.e"t." calatravo aparece junto a tres de los diez ricoshombres aragoneses comprometidos con su Orden en 1208 -García Romeu, Artaldo de Alagón y Pedro Sesé-, aunque en la campaña del Rincón de Ademuz participarcn todos menos uno -Miguel de Luesia- (véaseTabla l). 180 prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras.. aragonés (unos 50 jinetes) con Ia intención de cruzar Sierra Morena y atacar las comarcas de Segura y Iaén es otra hipótesis sugerenteIso. 7. En guerra abierta: las operaciones mil¡tares de 1211 Después del verano de 1210, el choque entre el Reino de Castilla y el Califato Almohade era ineütable. El infante Fernando solicitó ayuda al papa Inocencio III, pues tenía la intención de "exterminar a los enemigos del nombre de Cristo de 1os confines de su reino, ltierras] que lellos] habÍan ocupado impíamente"l8r. A finales de año, cuando las treguas terminaban, eI obispo de PalenciaTello Téllez de Meneses, ñermano de Alfonso Téllez, estaba en Roma solicitando al papa que enüara un legado a la Península para promover lapaz entfe los cristianos y la guerra contra los musulmanes. Inocencio III no accedió a la petición, pero en febrero y abril de 1211 hizo 1o posible por impulsar el choque con Ios almohades al que, por fin, quería sumarse el rey de Castillats2. Mientras el MiramamolÍn almohade llamaba a la guerra santa, trasladaba a sus tropas a la Península y las concentraba en Sevilla (con gran lentitud y no pocos problemas logísticos), los castellanos lanzaron varios ataques contra territorio andalusÍ (véase Mapa 3)Is. Puede imaginats€ incluso el itinerario s€8uido po¡ este contingetrte,la llamada Cañada de cuenca o Conquenie, una via ganadera conocida de§de et siglo XIII que Partía de la Sierra d€ Alba¡racín, cruzabá todo el términó de Cuenca, pasaba por Socuéllamos y, después d€ atravesar el do Zá¡cara, se dividla en dos ramales: el orienta.l iba por Alhambra hacia Ruidera y Santisteban del Puerto, pasando cerca de Ia Sierra de Segura; y el occidental Pasaba por Manzana¡e§ y llegab-a al Campo de bahtrava (donde está Salvatieca), €ntrando en Andalucía Por eI Puerto del MuEdal, ARGENTE DEI C^srtLt§, La ganadería nediev¡tl andaluza,l, p. 3ll. "desiderans d.edicare ad exterminan¿los ínimicos nomin¡s christiani de Ínibus hereditatis ípsíus' ", ed. MANSILTA, -anoc¿r¡do III, n' 442 (Roma, 10 diciembre t2l0) quam impie occuparun LA2 183 Sr/,tr]f-, Innocent III, pp.92 y95_97;SMIrtr, "The Papacy", P.172; yArlTRA, ¿a§ N¿v6, pp 68-69' Se ha dicho que eI rey de Aragón atacó el te¡dtorio valencialo en feb¡ero de I2I1, pues un documento lo situaba en J¿rica/Xérica el dia 23, MIRET, "Itinerario", p.30; G¡rr'L, Precedentes, p' 211i v GoNúLEz, Atfonso WIL I, p 987. En realidad, se Eata de una lectura err'nea de Exeam (Ejea de Íos caballeros), I¡¡nne y OBoz, M. A. f1962_1964) "Nuevas aportaciones para el itinerario de Ped¡o el Católico", VII Con|reso de Hístoria de ln Corcna de Aragón, Ba¡celona, II-l: "Comunicacioües", pp.67-8r, csp. 70. lBl Martín Alv¡ra Cabrer mayo de 7217, aunque pudo comenzar en abril, Alfonso VIII y el infante Fernando marcharon con las milicias de los concejos dá 14 Transierra o¡iental (Madrid, Guadalajara, Huete, Cuenca y Uclés) con_ tra el Levante almohade, saqueando los alrededo¡es de Játiva/Xátiva y llegando hasta el marlsa. La Crónica latina de los reyes de Castilla menciona una incursión del monarca castellano y su hijo por tierras de Murcia que probablemente sea la mismalss. Por esas fechas, un contingente compuesto por la milicia concejil de Toledo y las huestes ¡robiliarias de los magnates castellanos Alfonso Téllez y Rodrigo Rodriguez (Gi¡ón)186, ambos cercanos a Alfonso VIIi y de linajes ün_ culados a las órdenes militares, conquistó la Torre de Guadalerza (o Castillo de las Guadale¡zas), al sur de Toledo, probablemente con el fin de asegurar un punto fuerte adelantado en previsión de una posible ofensiva almohade sobre la frontera toledanals?. En- Dicho esto, es probable que los cristianos no supieran entonces (primavera de 1211) cuál iba a ser eI objetivo del ejército almohade que se estaba concentrando en Sevilla. Como ya apuntara Luis Mombiedro, las repoblaciones, las conquistas y las incursiones de aragoneses y castellanos en el Bajo Aragón, cuenca y las regiones levantinas de al-Andalus permitirían pensar en un despliegue musulmán dirigido contra el rey de Aragón y las ó¡denes militares, es deci¡ ra4 Anales Toledanos I, p. 170 (mayo 1211); Hurcr, ctundes batatlrs, pp.23;-236i GoNzALEz, Alr,nso lZI¿ I, p.987 (mayo); RoDRIGUEz-prcavEA, ¿as ó.d.enes milítares, p_ lO4 (sóIo tas miticia§); MaRiíNEz Df^z, Alfonso WII, p.176;VTLLEN¡, L. 0997) "Castillos en la Hoz del lúc at,, Castíttas de España, tO7, pp. 3 - 13, esp. 5; RosADo y LóPEZPA\-EF., La Batalla, p. 68; y GARcfa Frrz, ¿¿s N¿ras, p. 14 r . Ei itinerario rcgio sinla al reyAlfonso en Peñafielel29 de marzo y en Cuenca el25 de.iunio, u; plazo de casi tres meses (88 dfas) para eldesarrollo de esras operaciones, MATEu,,.Notas,l p.746. r85.Chron¡catatina,cap.l8(;indata,antesdejuniol2lt);coNárEz,, Dí^2, Alfonso WIl, p. 186 t2II); 182 ¡" hecho, los preparativos militares de Pedro el Católico en la primavera de 1211 sugieren que conocÍa las quejas de los andalusíes levantinos al califa de Marrakech y que temía que la Corona de Aragón fuera eI objetivo inicial del ejército almohaderse. Desde el punto de vista estratégico, era seguramente lo que más convenía a los iristianos. Si Alfonso MII y su hijo atacaron Játiva y llegaron hasta el mar en mayo de 1211 pudo ser, entre otras razones, con el objetivo de atraer al ejército califal sobre ese frente oriental. Finalmente, sin €mbargo, los problemas internos y de movilidad del numeroso ejército almohade llevaron al califa al-Násir a elegir un objetivo mucho ¡nás cercano y asequible: Ia fortaleza calatrava de Salvatierra, esa base cristiana adelantada que tantos males había causado en territolio islámico. Es muy probable que al-Násir no sólo quisiera acabar con el convento central de los calatravos. Seguramente pretendía provocar a Alfonso MII, que éste acudiera con sus tropas al sitio de Salvatierra y forzar así una batalla campal en superioridad de condiciones en Ia que derrotar aI monarca castellano en un segundo Alarcosreo. lesrss. Et ejército califal salió de Seülla a mediados de junio. Dlas después, los almohades tomaron el castillo de Dueñas o Castel de Dios y ásedia¡on lafortaleza de Salvatierrarsl. En su interiorestaban los freires calatravos y otras huestes nobiliarias que se sumaron a la defensale2. AlfonsoMII ordenó al magnate Diego López de Haro permanecer con sus barones en Toledo, mientras él se situaba con otras tropas en la Sierra de San Vicente, cerca d.e Talavera y Maqueda (véase Mapa 3)rs3. "Si el embarque ¿le tropas fue anterior a la ruPtura con Castilla, entonces el desPliegue almohade apüntaba en Principio'co[tra las órdenes militares y Aragón, y Alfonso optó al fin por sumarse al bándo que era el suyo I...1. Esto último €s lo más probable', MoMBIEDRo, "Moyal p. 17. rlonsaWff,I,p.987;MaRrfNEz cap. 18 (sin data, antes d€ iunio GoNzALEz, AlÍonso WII, r, p. 987 (mayo); RoDnfcuEz-PrcA{,.EA, I¿ s órdenes militares, p. t04; y RosADo y LópEz pAú R, La Batall;, p. 68 (rnaio). Rü¡z-GóMEz sugiere que ocurrió en 1212, antes delinicio de la campañade Las Navas ¿os orígenet p.229, n.46). Sobre esta pequeña fortiñcación toledana, véaseVraD RrrEro, M. R. {1907) ,,El cástillo de Guadalerzas. I. Estudio hisrórico", Cast¿los de España,93, pp.35-4O.,VrADA RüBro, M. R. {I987),.E1 carti o-de Güadalerzas. I1. Estud¡o arquitectón ico, , Castiltai áe Espan¿, 94, pp. 43,54; y RosaDo y LoPEz P^\ER, La Batalla, pp.69-7O. . en una ofensiva islámica sobre las fronteras cristianas más orienta- 176; y RosADo y LópEz pAyE R, La Batalta, p. 68. Hermano de Gonzalo Rodrfguez {Ruiz) Gúón, mayordomo real de Alfonso \aIII. Su hermana Elüra RodrÍguez (Ruiz) Girón fue Ia primera esposa d€ Alfonso Té ez, coNáLEz, Atfonso WII,I, pp.3Et y 362: y ArvAREz BoRcF,'Los dominios l p.655. ra7 Chroníca tatíúa, prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones milítares en las fronteras 189 r90 191 Eá. AL4I"A, Ped.ro el Cató¿í¿o, IlI, n" I.126 Garcelona, AL\ 8, ll marzo t2l1); y AL\'LP. , Las Nauas' p 7l' Las Nauas, pp. 72-74. Hurcr, "Estu¿lio", pp. 24-34i Htrtct, Grandes bataths' pp.237-241, H¡rrcl, Hi§totia política, pp.4l8-420; GoNriEz, AW^to wI,I, pp- ge7 -s94; y GAI.cí^Ft'Ez, Las Nauas' Pp. 142-143 ' ll' t92 'hlíis nobilibus et preclaris uirk", Chronica latína, cap. la. y ls3 Anales Totedanos I, pp. 17}-l7l; Chronica Latil¡¿, cap. 19; RoDB¡Go DE TolEDo, Iib I4l, cap 35; Cúnica de Cartitla,;.281. A.llí estuvo entre el 6 de julio v el 13 de septiembre, según eI itinerario regio, MarEU, "Notas'l p. 746. 183 Martín Alvira Calbrer Esta posición era idónea para controlar los avances almohades sobre el flanco occidental de la frontera castellana, una zona muy afectad; por las incursiones califales de 1196 y 1197 y que estaba bastante indefensa tras la pérdida de las fortalezas de Trujillo, Montánchez y Santa Cruzrea. Desde la Sierra de San Vicente, Alfonso VIII también podÍa prevenir una posible ofensiva del rey de León en combina_ ción con los almohades. Mientras los calatravos sostenían el asedio de Salvatierra, tropas ligeras musulmanas corrieron durante esas semanas las tierras centrales de la frontera castellana, alcanzando las cercanías de Toledores. Por su parte, Alfonso VIII enüó a su hijo, el infante Fernando, en una cabalgada contra las plazas de Trujilá y Montánchez con el objetivo de distraer a las fuerzas almohaaes y aliüar el asedio de Salvatier¡a (véase Mapa 3)rs6. En el entorno d;l rey hubo quien propuso marchar hacia Salvatierra y enfrentarse en bata_ lla campal al ejército califal. Se impuso finalmente la voz de los más sensatos y se decidió dejar el choque para cuando los cristianos estuvieran en mejores condiciones militaresreT. La fortaleza de Salvatierra cayó por capitulación antes del 13 de septiembre de 1211. En esos días, el califa al-Násir inició el repliegue de sus tropas a Seüllares. La resistencia de los calatravos y ot¡as fuerzas durante más de cincuenta dÍas fue decisiva, pues agot¿ la capacidad militar almohade para la campaña de ese año e impidió que la ofensiva musulmana cayera sobre las fronteras más vitales del Reino de Castilla, situadas en el Valle del Tajotss. A ñnales de septiembre de 12tt, Alfonso MII de Castilla puso en marcha los preparativos para una gran operación ofensivi que comenzaría en mayo de L212. Su objetivo serÍa busca¡ al ejériito almohade y derrotarlo en una gran confrontación directa en batalla 194 Roonícuez-prcavrr , Las rdenes militarcs, p. Lot. rss Caru del cat¡¡a aI-Nás¿ en IBN .IDiRi p. z6s. 196 EI infunt" reg.""ó e n aíosto, Anales Toledanos I, p. 197 o*¡co o¡ To¡-roo , tib.Wl, cap. 198 IBN 'ID,4Rí p.264. 199 ALwar', Las Navas,p-l3. ta4 Ro prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras ' campal. En octubre, en plena movilización castellana, murió repen,inu-"ot" "1 i.rfunte Fernando' Con el fin de reavivar los ánimos y de Dreparar el teueno, Alfonso VIII lanzó una última incursión en terriconiori,o andalusí. Al mando de una hueste formada por las milicias cejiles de Ia Transierra oriental (Madrid, Guadalajara, Huete, Cuenca v Úclés), vasallos y algunos ricoshombres, avanzó sobre el Valle del iío Júcar y tomó los castillos de Jorquera, Alcalá del Júcar y Cuevas de (véase Garandén, que fueron abastecidos y dotados de guarniciones Mapa 3)200. Las fechas de esta cabalgada tampoco están claras' Iuan que el de §oria, autor de la Crónica latina de los reyes.de Casrilla, dice en Cuenca rey de Castilla se entrevistó primero con el rey de Aragón pára acordar su colaboración en la campaña de 1212' Luego marchó ál castillo de Alarcón y desde alli lanzó el ataque, que duró menos de quince días2ol. Alfonso MII estaba en Madrid el 15 de octubre y en AIarcón el26 de noviembre, 1o que ha llevado a situar el ataque en esos 43 días2oz. Puesto que Pedro el Católico estaba en Zatagoza el9 de octubre, en Teruel el 5 de noviembre y en Daroca el 22, su entrevista con Alfonso VIII debió celebrarse en torno a la segunda fecha, posiblemente antes2o3. El arzobispo Rodrigo de Toledo-añade un dato i t"rr", "., cuenta. Dice que el rey de Castilla regresó de su incursión cuando ya amerlazaba el invierno, 1o que en términos estacionales (no climáticos) nos llevaría a la segunda mitad de diciembre'zoa' Así pues, la cabalgada de Alfonso VIII en et Valle de Júcar pudo desairollarse en noüembre, antes del dÍa 26, como creen la mayorÍa de los especialistas, pero no parece imposible que partiera de Alarcón (como afirma Juan de Soria) después del 29 de noüembre (como permite el itinerario) y que concluyera en menos de dos semanas (como afirma Juan de Soria), regresando a mediados de diciembre, cuando zoo Anales Toledanos I, pp.17L-l?2; chronica ta,ina, cap. 20; y RoDRIGo 2or chronica latina, cap- 20 202 DE TorEDo' Iib vll' cap 36' .746'747;GoNzALEz, Alhnso tfi¿ I, P' 997 (antestel26 de noviembre' regresando octubrc n epobl^ción'I' p-2:;g Udem)jVILiENA, "Castillos'l p 5 (entre finales de y el 26 de noüembre, regresando a A'larcón); y RosAD-o y LóPEZ PavER' p-.l""ipii. á" dio fechas ("Estudio"' "Lí tiiiitt", p. ss"áriá-b're tarrte" del á6 de noviemb¡e, regresañdo aAtarcón)' HuIcI no p.33t Gran¿les batallas, P.24O; e Hístoria poLítica' ll'P.4211. Mereu, "Notas", Pp ,Áa¡c¿nl; Oo¡zliLr, 171; y GoNzfit-,jz, Atfonso WII,l, 33; y Crónica de Casti a, p. 2Bt. p. ggz. 243 Ed. A]J¡a¡, Pedro el CatóIico,Ill, 204 or To r\a l-206, 1.210, 1.212 y 1.214. uoo, R. Urge nte instancia yeñali,llb. vll, cap. 36' 185 Martín Alvira Cabrer ya amenazaba el inüerno (como dice Rodrigo liménez de Rada). 1,6 importante, en todo caso, es que los castellanos se aseguraron con esta operación el control de las vías de acceso a las Hoces del río Jús¿r, protegieron su flanco oriental de ca¡a a futuros ataques musulmanes y limitaron las posibilldades de aproüsionamiento áet ejército alm¡_ hade concentrado en Seüllazos. - Suele olvidarse que la guerra entre cristianos y musulmanes durante este año d,e l2lL continuó también en las f;onteras orientales206. Las Crónicas de los Jueces de Teruel dan noticia de la batalla de Rauanera, un enfrentamiento desconocido, probablemente de carácter local y librado entre abril de l2I1 y rnirzo de l2l2 en las comarcas fronte¡izas situadas entre la comunidad de Teruel y el territorio almohade de Valenciazo7. El objetivo de los catalanoaragoneses seguía siendo la capital levantina, como demuestra la donaiión de Pedro el Católico a la O¡den del Temple, en noviembre de 1211, de la alquerfa yla torre de Ruzafa/Russafa, en la huerta de la ciudad de Valencia2o8. Un mes más tarde, el reydeAragón mostró aún más clara_ mente aún sus intenciones al conceder al obispo Ramón de Castrocol y a la Iglesia de Zaragoza todos los castillos que pudiera conquistar en tierras de los sar¡acenos hasta la próxima festiüdad de San Juan Bautista (24 de junio de l2l2)2oe. 8. En vísperas de Las Navas de Tblosa La situación de las fronteras cristiano-almohades a finales de 1211 fue el resultado de una serie de operaciones militares desar¡o_ lladas tanto en las áreas occidentales cómo, sobre todo, en las áreas prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones militares en las fronteras.., impulsos regios a la repoblación, con la conquista por la fuerza de enclaves foonterizos y la aplicación de estrategias de desgaste mediante el desarrollo de incursiones profundas y devastadoras ;n territotio enemigo. En vísperas de la ofensiva cristiana que acabaría en la gran batalla de Las Navas de Tolosa (16 de julio de l2l2) ' el Levante islámico ofrecía un escenario propicio para una ofensiva cristiana, con posiciones musulmanas debilitadas y accesibles a un avance conjunto de castellanos, catalano-aragoneses, freires de las órd.enes militares y otras fuerzas. Las zonas más occidentales, en cambio, habÍan sido muy fortificadas por los.almohades, eran más vulnerables a una posible contraofensiva islámica por su debilidad poblacional y estaban demasiado cerca del Reino de León, rival de Castilta y potencial aliado del Califato Almohade. a través de Finalmente, la gran campaña de 7272 se desarrollaría en las fronteras centrales de la Peninsula Ibérica, las tierras manchegas que llevaban de Toledo a Sierra Morena y a Córdoba, esto es, el principal teatro de operaciones en el que se habían -enf¡entado cristianos y almohades desde mediados del siglo XII. Ésta era la zona de expansión natural de Castilla, el reino cristiano con mayor capacidad militar. Era también la región más expuesta a una futura ofensiva almohade, estratégicamente muy peligrosa, sobre el Valle del Tajo y Toledo. Y era asimismo la que oftecía mayores ventajas estratégicas de cara a un definitivo control cristiano de la Mancha y a una posterior invasión delValle del Guadalquivir y d e w Sarq al-Andalus cada vez más aisladozro. orientales y meridionales de los reinos hispanos. Estas operaciones combinaron el dominio territorial de asentamientos y despoblados 205 205 207 zoa 2og t86 üu.rr.r,r, "Castillos,,, p. s. Lo recuerda cu¿r, p rccedentes, p.2tt. Cr'-n_¡c!, ae Io,l,"ces deTeruel, pp. Htsbna,p.2a7. Ed. ALwa¡, pedro el Católico,IlI, A2-83 (5 abril tro t.2tz (I.eruel, lb;ae^,n" l.zzz (oaroc¿,6 diciembre tzll). l2tt-27 marzo r2lz) S y 42 (comentario); y UBrEro, noviembre 12I1). 210 Los plant"-nie.rtos estratégicos se desarrollan en l-aDERo, "castilla y León', Pp 533-534' IB? Martín Alvira Cabrer prendiendo el fuego de la guerra. Operaciones m¡litares en las fronteras. . TABLA 1: Personajes presentes en la documentación regia catalano-aragonesa de la campaña del Rincén de Ademuz (13 junio-tg septiembre t2lO) PeE de Modt.8ur, m.€rR 5.rd€nyArnqldo Salóñón k¡rd. Aáár 188 dé Lad¡ór ^lM'in ñay. Mryü! P¿rdó, 189 Martín Alvira militares en las fronteras' prandiendo el fuego de la guerra' Operaciones ' 191 .: Martín Alvira Cabrer t92 TABLA 1: Personajes presentes en la documentación regia catalano-aragonesa de la campaña del Rincón de Ademuz (13 junio-19 septiembre 1210) Fuente: ALVIRA, Pedro el Católico, III Teruel 13 jun. (nº 1.053 y 1.056) Prelados García, ob. de Tarazona Temple Teruel 13 jun. (nº 1.054) Pere de Montagut, maestre Ponç Marescalc, com. Miravet Ademuz, asedio 21 jun. (nº 1.05960) Castielfabib captione 24 ag. (nº 1.073) Castielfabib captione, exercitu 26 ag. (nº 1.074-76) García, ob. de Tarazona Ramón, ob. Zaragoza García, ob. Tarazona Ramón, ob. Zaragoza García, ob. Tarazona García, ob. Tarazona Pere de Montagut, maestre Pere de Montagut,