La universal pianista Alicia de Larrocha y su hija Alicia Torra de Larrocha|ANTONI BERNAD
Por ALICIA TORRA DE LARROCHA
*Lo que a mí me parecia normal, resulta que era una excepción
*Me di cuenta que mi família era diferente a la mayoria…..
Crecí en una familia en la que tanto mi padre como mi madre se dedicaban a lo mismo, pero él consideró que ella era mucho mejor. Ante esta situación, mi padre no dudó en dar un paso al lado y hacer todo lo posible por apoyarle y facilitarle el camino para que ella pudiera ejercer su verdadera vocación, sin tener que preocuparse por otros temas de los que él ya se ocuparía.
Lo que a mí me parecía normal, resulta que era una excepción! Me di cuenta de que mi familia era diferente a la de la mayoría… Mi padre se instaló un despacho en casa para gestionar los asuntos de mi madre y estar junto a nosotros y, así, ella podía viajar. ¡Siempre lo hizo sola; fue una mujer muy independiente y no tuvo problemas en abrirse camino en un mundo dominado por los hombres!
¡Con el tiempo he comprendido la suerte que tuvo al tener un hombre así a su lado (que no detrás)!!!
Cuántos casos ha habido y hay (suerte que cada vez menos…) en que una mujer con talento, por el hecho de ser madre, ha tenido que renunciar a dedicarse a lo que realmente vale por no tener el apoyo de su cónyuge…
REFLEXIÓN:
El feminismo no es equivalente al machismo. De una manera muy resumida, el machismo, es la creencia de que el sexo femenino es inferior con todas las consecuencias que ello conlleva (pensar que no tiene capacidad para ejercer ciertos cargos; dominarle, incluso, en casos extremos, ejerciendo la violencia; menospreciar sus opiniones, ante un mismo trabajo, pagarle menos que a un hombre y un largo etc.)
En cambio, el feminismo, lo concibo como una reivindicación de derechos para las mujeres, sin que, por ello, se menosprecie al otro género. Una de las reivindicaciones que claman al cielo es que, ante igualdad de currículum, de méritos y de conocimientos, debería haber igualdad de oportunidades y, sobre todo, de salarios. Otra, sería que, el cuidado de la casa y los hijos (si los hubiera) no son tareas exclusivas de la mujer. Ambos sexos están capacitados para ejercerlas.
Dicho esto, confieso que no estoy de acuerdo con la paridad. Considero que la selección de cargos debería basarse en escoger a los mejores, independientemente de si son hombres o mujeres. El quid de la cuestión es el haber podido tener las mismas oportunidades para estudiar, trabajar y así formarse un currículum.
Llamadme antigua, pero tampoco concibo la “galantería” (halagos respetuosos) como un signo de machismo, ni nunca me ha molestado, ni me he sentido discriminada cuando se usa el género masculino como genérico.
Por hoy, no reflexiono más…